Comité de auditoría potenciado
Uno de los primeros comités que se forman en una empresa que busca tener una buena gobernanza es el comité de auditoría.
Históricamente este comité ha estado enfocado en la información financiera y el control interno, temas importantes en el mercado de capitales. Este comité, formado principalmente por directores independientes o no controladores tenía una función de resguardar los riesgos asociados a fraudes, información errónea al mercado y otros similares, que eran los que en el pasado preocupaban a los directores, accionistas e inversionistas.
En estos últimos veinte años, con los cambios en las percepciones de riesgo, producto de crisis financieras, escándalos contables, fraudes, riesgos mal manejados, problemas reputacionales y otros problemas, causaron que las empresas perdieran valor y por lo tanto los inversionistas, tanto institucionales como individuales perdieran grandes cantidades de dinero en el mercado.
Los gobiernos y sus reguladores empezaron a fortalecer la supervisión de las empresas y buscar que ellas pudieran gestionar mejor sus riesgos y mejoren su conducta corporativa. Es así como se desarrollaron diversas regulaciones y exigencias en modelos de cumplimiento (incluyendo oficiales de cumplimiento) sobre diversos temas (corrupción, lavado de activos, protección de datos, entre otros) y también una mayor supervisión sobre los riesgos principalmente operacionales y financieros. Y por supuesto, mayores exigencias y responsabilidades a los directorios de las empresas para asegurarse que la empresa tenga los modelos de cumplimiento y la gestión de riesgos adecuada o exigida para su actividad. Hay sectores, como el bancario y financiero históricamente más regulados o regulaciones específicas en distintos mercados de valores.
Es así, que en las empresas en que las regulaciones no obligan a tener comités separados, esta función ha ido recayendo en los comités de auditoría, convirtiéndose en el tiempo en comités de auditoría, riesgos y cumplimiento. Tener estas funciones en un comité o separadas en varios comités es un tema que debe definirse caso por caso y buscar hacer esta supervisión de directorio, a través de comités una tarea útil, eficiente y no burocrática. En mi experiencia, manejar estos en un solo comité, reforzado con un número suficiente de directores ayuda a ver el panorama completo de supervisión de estos temas y orientar el trabajo de auditoría interna en cubrir los principales riesgos operativos, financieros y de cumplimiento. Si la tarea, por alguna razón, resulta muy grande y compleja, es posible que tengamos que crear nuevos comités, siempre pensando que más comités no necesariamente potencia la labor del director, también la puede diluir. Es preferible, menor número de comités, pero más potentes.
Veamos que es lo más eficiente para nuestra empresa y directorio en la supervisión de estas funciones.
Como lo indiqué en el primer artículo de este blog, la gobernanza no es una receta, es un concepto y travesía que hay que ir adoptando sin perder la razón de su existencia y buscando mantener una eficiencia operativa.