Aquellos bienes llamados deseos...son mucho más
En la primera columna sobre finanzas personales hablamos de la importancia de armar el presupuesto familiar para saber con mayor certeza si al final del mes nos está sobrando o faltando dinero. Y para hacer este ejercicio, a los ingresos estimados del mes les restamos los gastos considerados como necesarios (pago de servicios públicos, educación, salud, alimentación, impuestos y créditos, entre otros).
A ese saldo es al que debemos prestarle especial atención y podemos denominarlo nuestro pozo de deseos. Este pozo sirve para financiar dos conceptos: aquel gasto que deseamos realizar (vacaciones, compra de auto, remodelación de la casa, etc) o aquello que planeamos ahorrar pensando en nuestras metas familiares de mediano plazo.
Y aquí no hay reglas exactas, pero sí hay claves financieras que vale la pena tener presente:
ü La apuesta financiera es personal
En la Pontificia Universidad Javeriana (PUJ) de Colombia, la universidad puso a disposición de la comunidad universitaria (alumnos, profesores, padres) y público en general el Consultorio de Finanzas Familiares (CFF) en el que tuve la oportunidad de trabajar. Como resultado de esta experiencia aprendí que cada familia no solo tiene metas distintas; sino que lo que marca el grado de dificultad con el que logran las mismas depende de qué tan bien tienen organizadas sus finanzas y cómo han ido construyendo su pozo de deseos. A manera de ejemplo les pongo el caso de dos hogares que cuentan con un hijo en edad universitaria y en los que el ingreso familiar es distinto. Supongamos que la pensión es de S/ 1,500 mensuales. Para una familia de ingresos de S/ 6,000 al mes, el gasto en educación representa el 25%; pero para un hogar con S/ 2,000;éste representa el 75%.
¿Qué razón haría que una familia esté dispuesta a destinarle casi la totalidad de su ingreso a la educación superior? Pues tal vez la razón más poderosa es que para este hogar la educación es una inversión que le generará un retorno y por ende, está dispuesta a sacrificar el rubro de deseos y vivir con lo mínimo indispensable en el componente gastos necesarios, para priorizar el componente educación.
Es evidente que los sacrificios que uno decide hacer para logar las metas de la familia son decisiones únicas; pero lo que debe estar claro es que si se gasta más en un componente -en este caso educación- necesariamente se debe reducir el gasto en el resto de variables que forman parte del conjunto de gastos necesarios.
ü Guarda pan para mayo
Para seguir con el ejemplo anterior, un hogar que vive destinando el 75% de sus ingresos al pago de educación es uno muy vulnerable si no cuenta con fondos de ahorros que formen parte de su pozo de deseos. En este hogar, si por ejemplo, la mamá o el papá se enferman gravemente, no solo se pierde la principal fuente de ingresos que posibilitaba pagar le educación superior sino que probablemente lo hace imposible, al tener que destinar el dinero ahora al pago de las necesidades de cuidado del familiar enfermo.
Las metas que se planteen deben ser financieramente realistas, de tal manera que si la meta es que tu hijo se eduque en una buena universidad, lo deseable es que empieces a ahorrar desde el momento en el que tu hijo nace. Para ello existen una serie de instrumentos financieros disponibles, a nivel de bancos y empresas de seguros que te pueden ayudar y que te permitirían además no vivir solo para pagar la universidad – como lo harías si tuvieses que financiar la pensión con el 75% de tus ingresos.
ü Siéntete protegido
Si la familia de nuestro ejemplo hubiese contado además con un buen seguro de salud e incluso con uno que te de dinero (suma alzada) en caso la enfermedad sea compleja, habría tenido libertad financiera para seguir pagando los estudios del hijo con el ahorro que tenía para esa meta (guarda pan para mayo) y habría estado en condiciones de atender al padre o madre enfermo garantizándole una excelente calidad de vida. Y si contase además con derecho a pensión porque se encontraba afiliado a algún sistema de pensiones, entonces además empezaría a recibir su pensión de invalidez – de ser el caso.
La inteligencia financiera depende de la habilidad que desarrolles para mitigar los riesgos de que un evento no deseado (enfermedad, muerte, pérdida de empleo) afecte tus metas o las de tu familia.
Para que tu presupuesto sirva como herramienta para el logro de tus objetivos tienes que preguntarte si tu familia podría seguir tan bien como hasta hoy si tú no estuvieses con ellos mañana.