Cómo retengo y desarrollo talento
Se menciona, y con razón, que cuando uno hace lo que le gusta o aquello en lo que encuentra satisfacción, aprende rápido y como consecuencia genera una alta automotivación. Por otro lado, aquella satisfacción proviene de usar en las responsabilidades de nuestro trabajo, nuestros talentos, aquello que tenemos innato y que Ken Robinson, autoridad en la materia, llama TU ELEMENTO. Es decir, tener a la persona correcta en el puesto correcto hoy, no solamente responde a las competencias que tenemos (con lo cual sin duda garantizamos una buena performance), sino también a los talentos que tenemos que generan satisfacción intrínseca, creatividad e innovación.
El propósito de este blog, por lo tanto, es responder la gran pregunta: ¿cómo descubrir mis talentos en primer lugar y cómo la empresa puede descubrir los talentos de los colaboradores y darles aquella ubicación donde rendirán e innovarán más? ¿Cómo cruzamos esta perspectiva con la perspectiva de las competencias?
En ese sentido, lo que se propone es lo siguiente: (1) sin duda debemos de tener la capacidad de identificar las competencias que los puestos de trabajo demandan para realizarlo con eficacia y eficiencia de acuerdo a los condicionamientos a que nos veamos sometidos por circunstancias diversas; e (2) identificar a las personas que tengan las competencias pero que éstas sean soportadas por sus talentos (aquello que nos permiten aprender rápido y lograr satisfacción laboral). La consecuencia de este procedes será contar con la persona idónea para realizar el trabajo de la mejor manera ¾que además y en función de estar utilizando sus talentos para ello¾ y que pueda disfrutar haciéndolo. Esto es lo que se denomina una “construcción social” para la generación de eficiencia.
Asimismo, buscaremos la manera de evidenciar que lo mencionado se encuentra en el camino correcto. Todos hemos conocido a alguna persona que rinde en un trabajo el 70% y en otro un 80%. Entonces, ¿qué puede hacer la diferencia? Sin duda varias cosas. Podemos enumerar un mejor clima laboral, un mejor jefe, una mayor identificación con el propósito de la empresa, etc. pero, sin duda, también tenemos que incluir la comodidad con la que la persona aborda su trabajo. Esto puede desprenderse de sentirlo posible, de sentirse capaz para realizarlo con solvencia, se sentirse a gusto haciéndolo, lo que sin duda generará logros y satisfacción. Alguien mencionó: “sentirse como pez en el agua”.
Ahora bien, en este contexto hay dos responsables: la organización que debe ubicar a las personas en el lugar correcto, y las personas que deben de ayudar a construirse el trabajo correcto. Las personas debemos tomar un rol activo en la construcción de valor (ser proactivos) y ello lo podremos hacer ayudando a construir el trabajo desde la perspectiva de lo que nos hace sentir bien. Si logramos hacerlo, la consecuencia será el querer perfeccionarlo, mejorarlo y desarrollarlo, lo que derivaría en la siguiente frase: “yo quiero trabajar aquí”.