Los desafíos del gestor de personas
Mi tesis Doctoral tenía la firme convicción de demostrar que el trabajo directivo, y en general de supervisor, tenía una tendencia a lo operativo y estratégico externo y estaba descuidando lo estratégico interno, es decir, la creación de espacios de eficiencia al interior de la organización que promueva un trabajo de excelencia. En el análisis de los resultados obtenidos mencionaba lo siguiente: “el directivo actual que más que reflexivo, es un hacedor de planes y comparte mucha labor operativa, no está cumpliendo la función que de él se espera. Los tiempos han cambiado, la globalización, la alta competitividad y los estándares imperantes nos obligan a mirar su trabajo y a sugerir cambios en él. Delegar, tener información adecuada y convertir la administración en una ciencia son temas centrales que como se aprecia en la investigación nos deben de llamar la atención para encontrar las mejores formas de superar estas brechas y lograr que las empresas peruanas logren la competitividad deseada”. Es decir, tomar decisiones que generen valor al trabajo de los colaboradores a cargo, para generar un excelente lugar de trabajo, que sin dejar de ser excelente sea proactivo. El gran desafío, nunca como antes, el diseño de la organización se vuelve un requisito que hay que ponderarlo y darle la importancia que tiene.
Adicionalmente agregaba: “El directivo debe de tener conciencia de que su principal labor es, entendiendo las dinámicas sociales de la organización, ´construir un espacio de eficiencia`, llámese ´arquitectura social de la organización` que genere que todos los colaboradores puedan ofrecer lo mejor de sí”. Tener en cuenta que las personas quieren desarrollarse, quieren hacer un buen trabajo. Apoyemos lo mencionado en la siguiente analogía: si tenemos una semilla y la colocamos en una tierra fértil y hacemos con el terreno lo que debemos (abonamos, regamos, cuidamos, etc.) la semilla crecerá. Ahora, si cambiamos la semilla por una persona y la tierra fértil por una organización, colocamos a la persona en la organización y hacemos con la organización lo correcto, la persona desarrollará. Continúo con mi tesis: entonces el directivo debe “reflexionar sobre el cómo es la organización que tiene que dirigir, gestionar y liderar y cuáles son los condicionamientos a los que está sujeta, apoyados en ciencias sociales tales como la antropología, la psicología social, la sociología, y otras adicionales. La ´ciencia administrativa`, de acuerdo con nuestra investigación, se debe centrar cada vez más en la ciencia de las personas y su contexto. No solamente en el accionar de las personas, sino en cómo éstas responden a los contextos en que se encuentran inmersas. Para ello la ciencia administrativa tendrá que migrar en su estructura curricular a nuevas áreas del conocimiento que provean lo necesario para que el nuevo directivo cumpla el rol que le toca ahora”.
Resumo lo anterior y lo propongo en este párrafo para dejar clara evidencia de que el conocimiento técnico tiene que ser complementado con una visión hacia las personas, para que puedan éstas entregar su mayor esfuerzo y conocimiento. Ser jefe (supervisor y/o directivo) hoy, es sin lugar a dudas más complejo que antes. Los condicionamientos de las personas ha variado y, como consecuencia “ser directivo es un reto mayor”, que convoca no solo lo que sabe, sino lo que “es” genuinamente, y antes de abocarse de manera kinésica a resolver problemas o generar reuniones, debe ser alguien que construya la organización sobre la base de un conocimiento profundo de ella, actuando con los conocimientos y herramientas necesarias que hacen de la administración una ciencia, aquella que nos acompañará en el siglo XXI y que podrá generar “espacios de eficiencia”, donde las personas (que son la organización) puedan obtener lo que deseen, dar lo mejor de sí, tener sentido de pertenencia y estar seguros de pertenecer a una organización que no solo demanda rentabilidad, sino que también desea sostenibilidad apoyado en el crecimiento de todos. La alta rotación de las personas en las organizaciones no es gratuita. Hoy los nuevos colaboradores están buscando, además que una buena remuneración, un lugar donde crecer y desarrollase como seres humanos.
Para terminar, desearía parafrasear una gran cita de la doctora Reatha Clark King: para ser un buen líder o un buen jefe, debes ser tú mismo. Seguir tu pasión con pasión, ser auténtico y transparente, tolerante, no como una reacción aprendida, sino como consecuencia de tu misma esencia, aquella que has construido con los años y que has ido moldeando a las circunstancias. Gran desafío a los directivos, jefes o supervisores de hoy, pero en conseguirlo se sustenta el progreso de vuestra organización y del país en su conjunto.