¿Inflación por el tipo de cambio?
El reciente comunicado del BCRP (11/1/2016) sobre la aportación de las modificaciones en la paridad cambiaria a los precios llama la atención. En este se afirma que dos tercios del incremento de los precios en 2015 (sin alimentos y sin energía) se explicaría por el alza en el tipo de cambio del mismo periodo (2.28 sobre 3.49 puntos porcentuales de la inflación). Al respecto, es indudable que esta variable es clave para la fijación (y las modificaciones) de los costos y precios internos. También es cierto que el propio instituto emisor nos hizo más adictos a las divisas, a los bienes y servicios importados por la apreciación de la moneda nacional entre julio de 2009 y marzo de 2013 cuando llegó a cerca de S/. 2.5 por dólar americano. Sin embargo, el comunicado y la nota que le dio origen parece más justificación del manejo cambiario realizado a partir de 2013 y preludio de lo que podría ocurrir hasta el fin del mandato de las actuales autoridades del BCRP. Estas tratarían de evitar, al máximo posible, la depreciación de la moneda nacional, por su virtual impacto inflacionario, a pesar del elevado costo en reservas internacionales. Dejaremos para otra oportunidad la discusión del elevado costo de esta decisión sobre la producción doméstica de bienes transables en una perspectiva de mediano y largo plazo.
Sin utilizar modelo alguno habría que confrontar estos resultados con la información proporcionada en el cuadro 49 de la nota semanal del BCRP. Aquí surgen varias inquietudes. La primera es que la inflación reportada para los bienes transables o comercializados internacionalmente -explicados principalmente por las modificaciones en los precios internacionales y el tipo de cambio- sólo tuvo una variación promedio del 2.1% en 2015. ¿Cómo es posible que la inflación en los bienes transables sea inferior al impacto estimado del tipo de cambio sobre los precios de 2.28%?, ¿habría que reclasificar los bienes y servicios entre transables y no transables? Una segunda inquietud surge al observar que la inflación promedio de 2015 de 3.55% se explica por la aportación de los no transables que crecieron 4.39% como promedio en el mismo periodo. Aceptando la conclusión de que el tipo de cambio impacta en los precios no transables, ¿cuáles serían los canales de transmisión del tipo de cambio sobre los precios de los no transables?
Por otra parte, si bien es cierto que un estudio más reciente puede rechazar o ratificar las conclusiones de otros previos habría que explicar la divergencia con los resultados incorporados en el Reporte de Inflación de setiembre de 2015 (p.112-113). Aquí la depreciación nominal explicaba 1.3 puntos porcentuales de la desviación de la inflación y poco más de un tercio de la inflación total de 3.5% observada hasta ese momento en 2015. ¿Por qué en un estudio de hace tres meses el impacto del tipo de cambio sobre los precios era de un tercio y ahora es de dos tercios?
Ojalá que el último comunicado y la nota que le dieron origen no sean simples justificaciones de la actual política cambiaria y que se utilicen para explicar el incumplimiento de las metas de inflación de 2015. Efectivamente el tipo de cambio es un elemento relevante para explicar la inflación, que aumentó su aportación por culpa del propio BCRP. Sin embargo, la autoridad monetaria debe prestar más atención a lo que ocurre con los precios no transables en circunstancias en que el crecimiento de la demanda está en problemas. Asimismo, debe analizar lo que ocurre con los márgenes de comercialización (por la importante divergencia entre la evolución de los precios al consumidor de 3.55% y al por mayor de 1.77%) y en los márgenes de ganancia de las empresas en general. El BCRP mantiene a nuestro juicio una errónea política cambiaria y una política fallida para frenar la inflación. Por el bien de todos es imprescindible que introduzcan nuevos elementos a su viejo paradigma de política económica (12/1/2016).