Privatización del agua: negocio privado y pérdidas públicas
En las últimas semanas se ha iniciado una campaña mediática a favor de la privatización del servicio del agua potable en Lima Metropolitana. Esta campaña cuenta con el auspicio de la consultora privada más grande del país y de la Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN). Las propuestas parecen interesantes pero en realidad tienen serios problemas. Se está aplicando el mismo protocolo perverso de siempre para inducir a la privatización del servicio. Hay mucha ideología, muy buenos negocios privados y poco beneficio público. Afirma el Ministro de Vivienda que se dejaría lista la ejecución de los proyectos para el próximo gobierno.
Se trataría de tres propuestas para encargarse de la gestión comercial (distribución y facturación del agua) en las zonas norte, centro, sur de la capital en la modalidad de asociación pública privada (APP). Dicen sus defensores que no se producirían aumentos de las tarifas del agua. Se trataría de mejorar la cobertura de servicios, la misma que se financiaría con la mejora de la cobranza, al 100% en nueve años. Para vendernos mejor los proyectos señalan que se trataría de tres APP autofinanciadas donde el gobierno no tendría que colocar dinero alguno. También anotan que no debemos preocuparnos ya que la producción del agua seguiría a cargo de SEDAPAL y que la participación de privados ya se da en la empresa pública desde años atrás mediante contratos de corto plazo para la cobranza del agua. Aparentemente no suena mal: misma tarifa, aumento de cobertura, cero desperdicios y cobranza plena. No se conocen más detalles adicionales de las propuestas.
Las propuestas hacen agua desde el inicio ya que se pierde la integralidad del monopolio natural. Hay que recordar que la inversión principal de la prestación del servicio del agua es su producción. Esa corresponde a la gran inversión de desviar cauces de los ríos, construir grandes túneles y áreas de tratamiento que demandan muchas áreas y recursos, mientras que la distribución y cobranza no involucra mucha inversión, es más sencilla. Dividir la producción de su distribución es dejar el mal negocio (pérdidas) a la empresa estatal y otorgar el simple, el de las utilidades a los privados.
Quedarían varias interrogante abiertas: ¿quién y cómo se financiaría SEDAPAL si es que le quitan la parte más rentable del negocio? Hay que recordar que la empresa actualmente autofinancia sus actividades operativas, su programa de inversión y tiene utilidades que tiene que reinvertir obligatoriamente. ¿Cuánto pagarían los prestadores de servicios privados por el agua proporcionada por SEDAPAL?, ¿quién y cómo se financiaría su programa de inversión? Asimismo, ¿estos prestadores de servicios pagarían una contraprestación (costo de capital) a SEDAPAL por la infraestructura desarrollada por esta empresa a lo largo de los años (redes de distribución) y entregada a los distribuidores? Si no pagan por la inversión acumulada, que fácil, yo me apunto, hago compromisos sin invertir un sol y a cuenta de utilidades futuras.
La segunda observación es legal, dicen que las empresas privadas se comprometerían a aumentar la cobertura del servicio de agua potable (y suponemos de alcantarillado) y el 100% de la cobranza sin desperdicios. Sin embargo, no debemos olvidar que la probabilidad de que se renegocie un contrato de APP en el Perú es del 100%. Casi todos los contratos de concesión en el Perú se han renegociado y hasta hay concesionarios que tienen numerosas adendas. ¿Hay garantía de que los contratos no se podrían modificar?, ¿cuáles son las condiciones y montos de las fianzas para garantizar el cumplimiento de los mismos?, ¿cómo garantizar que los prestadores de servicio privados cumplan con sus compromisos?
La estrategia que se propone es la misma de siempre: 1) se debilita por años a la empresa pública; 2) hasta se establecen malos contratos como los que se mencionan; 3) desde años atrás se han desarrollado APP cofinanciadas independientes de SEDAPAL afectando su integralidad y rompiendo el monopolio natural; 4) luego vienen estas propuestas para generar buenos negocios a unos pocos mientras se condena a la empresa pública al fracaso absoluto. Cualquier semejanza con lo ocurrido con otras empresas públicas es mera coincidencia. La lista de empresas privatizadas a las cuales se ha aplicado este protocolo es muy numerosa. ¿Dónde están los resultados del análisis del comparador público privado donde se demuestre que estas propuestas son mejores a un SEDAPAL reestructurado y repotenciado?
SEDAPAL tiene mucho por mejorar (Alarco, 2014). Sus críticos ni siquiera se han tomado el trabajo de revisar la información existente donde resaltan muchos reconocimientos recibidos de terceros. Tiene actualmente una calificación de riesgo bastante positiva: AA- que le permitiría apalancarse de manera importante (endeudarse). En 2013 su utilidad neta después de impuestos respecto de las ventas fue del 27.3% y respecto al patrimonio del 6.9%, nada mal y que habría que evaluar respecto de su programa de inversión.
Hay mucho por hacer antes que privatizarla. Hay que mejorar su Estatuto Social y revisar el Plan Estratégico. Los objetivos, la visión y misión deben ser claros. Hay que pensar en grande con la empresa, no en destruirla o desaparecerla. Se requiere de un régimen de directores estable libre de presiones políticas y evaluado conforme a exigentes indicadores de desempeño. Hay que perfeccionar sus indicadores especialmente de cobertura hasta el 100%, eliminar el agua desperdiciada y no cobrada, otorgar mayor autonomía de gestión, mayor transparencia, alinear incentivos y control interno. Contratar a una empresa internacional para identificar brechas de desempeño; ampliar el acceso al mercado de capitales, entre otras.
14/3/2016.