Perú: ¿país sin rumbo económico?
D. Schydlowsky y J.J. Wicht escribieron en 1979 el libro Anatomía de un Fracaso Económico donde propusieron que se implantara una estrategia intensa de promoción de las exportaciones no tradicionales. Han pasado 36 años en que estas exportaciones pasaron de US$ 845 millones anuales en 1980 a US$ 10,857 millones en 2015, equivalentes en este último año al 31.7% de las exportaciones totales del país. Ha sido un proceso largo y tortuoso, que aún algunos soslayan o minimizan. Sin embargo, sus resultados están a la vista. En 1990 sólo fueron US$ 989 millones, en el año 2000 US$ 2,044 millones. Es entre ese año y el 2010 en que pegaron el salto a US$ 7,699 millones (fuente BCRP). Efectivamente, la desaceleración reciente de la economía mundial las ha afectado ya que tuvieron un pico en 2014 con US$ 11,677 millones, pero con una caída mucho menor de lo que ocurió con las exportaciones tradicionales.
Ni en las últimas décadas, ni ahora tenemos una visión clara de lo que queremos ser como país en el mediano y largo plazo. Hemos cedido todos los espacios de nuestro pensamiento y acción al mercado, olvidándonos que estos son creaciones humanas, no entelequias independientes. Hay países que casi nacieron sabiendo lo que querían ser en el mundo y sino lo aprendieron sobre la marcha. Otros seguimos a la deriva, ni siquiera damos bandazos. El planeamiento estratégico nacional no existe en el Perú. Tenemos un ente formal, el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) que no tiene utilidad alguna. Esta allí perdido y marginado, a propósito, en la estructura burocrática de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) para dejar pasar el tiempo.
Sin una instancia específica las políticas de los diferentes sectores continuarán siendo contradictorias y contraproducentes. Por ejemplo, en el MEF predomina la perspectiva del manejo hacendario y de caja; las acciones de diversificación productiva no son acompañadas desde el MEF, a la par que el BCRP aplica una política cambiaria contraproducente. COFIDE financia erróneamente empresas del sector minero mientras que debería estar apoyando la diversificación productiva, la ciencia -tecnología y la innovación y el crecimiento de las pequeñas empresas. La diversificación productiva se olvida de los clusters embrionarios actuales e ignora a los gobiernos regionales. La política comercial no se basa principalmente en la estrategia de diversificación productiva y exportadora, entre muchas otras.
Estamos al inicio de un nuevo gobierno, razón por la cual es importante recordar que hay que establecer una visión de país, definir las estrategias, priorizar, llevarlas a la práctica, evaluar y corregir sobre la marcha. ¿Cuál es la apuesta multisectorial concreta para 2016-2021 y de ahí en adelante?, ¿qué se espera de los precios clave?, ¿cómo se armonizarán las señales de mercado con el planeamiento estratégico y el análisis prospectivo?, ¿No son acaso las señales de mercado las que inducirán el comportamiento de los diferentes agentes económicos?
Circulan muchas mentiras y estigmas sobre el planeamiento estratégico. La verdad es que este es la primera etapa del proceso administrativo de todo tipo de organizaciones privadas y públicas, nacionales e internacionales, ONGs, entre otras. Es la etapa previa a la organización, dirección y control de cualquier empresa. Su ausencia impide el establecimiento de una visión concertada, banaliza el análisis FODA de la realidad, no hay priorización de objetivos, acciones estratégicas y políticas. El planeamiento, a diferencia del enfoque de las políticas públicas, las integra y jerarquiza en dirección a que se concrete la visión del país. En el enfoque de las políticas públicas todas tienen la misma importancia, no se prioriza entre éstas, ni se analizan en conjunto. Este enfoque tampoco atiende la problemática de cómo se construye la visión de un país o de un territorio en particular. No se enfatiza cómo cambiar el curso de los acontecimientos inerciales. Sólo el planeamiento estratégico o la prospectiva estratégica es útil para para contestar las interrogantes planteadas por Godet (2007) y Alonso Concheiro (2011): ¿qué puede ocurrir?, ¿qué podría ocurrir si?, ¿qué tendría que ocurrir (para alcanzar un futuro dado)?. ¿qué puedo hacer?, ¿qué voy a hacer?, ¿cómo voy a hacerlo?, antecedidas siempre por ¿quiénes somos?
No se trata de repetir las viejas fórmulas de antes, que tampoco fueron útiles. El nuevo planeamiento estratégico del Perú debe ser:
- Primera fase del proceso de las políticas públicas
- Establezca y articule las jerarquías y prioridades del gobierno
- Defina criterios de implantación de las políticas
- Articulado al presupuesto público, programas de inversión pública y otros sistemas
- No ordene y registre sólo políticas ex-post. No debe llegar tarde
- No sea avasallado por la coyuntura. Se debe incorporar una perspectiva de largo plazo desde el presente
- No genere documentos que nadie lee y menos utiliza. No sea como un bello cuadro decorativo
- No sea de arriba hacia abajo, ni exclusivamente de abajo hacia arriba
- No exprese únicamente los objetivos del Gobierno, debiendo incluir las políticas de Estado
Nuestra propuesta concreta es que el futuro gobierno cree un Ministerio de Planeamiento Estratégico, descentralización y Economía que se encargue del: planeamiento estratégico y análisis prospectivo, presupuesto público, programación de la inversión pública, promoción de la inversión privada y APPs, reforma de la estructura del Estado y gestión pública, descentralización, coordinación regional y apoyo a las regiones, ordenamiento territorial, cooperación técnica internacional y economía. Este integraría todo un conjunto de funciones del Estado ahora dispersas en el MEF, PCM (como varios organismos descentralizados) y el Ministerio del Ambiente. Con la estructura actual no se llega a destino alguno. La próxima semana explicaremos porqué el MEF debe ser dividido en dos ministerios.
“Mirar alto y lejos hacia el futuro no tiene nada de malo. Tener objetivos ambiciosos no tiene que ser malo, si uno tiene la voluntad para lograrlos (…). Las visiones no podrán venir de fuera, somos nosotros quienes tendremos que construirlas. Sin duda se requieren medios para lograr los objetivos, pero los medios también se construyen”. Alonso Concheiro (2010).
“Las prácticas de gobierno fallan por los pies y por la cabeza. El proceso de gobierno no puede ser eficaz si su cabeza es débil y si tiene los pies pesados. La cabeza no orienta ni produce directivas pertinentes a la solución de los problemas nacionales, mientras que los pies caminan lentamente por su cuenta hacia cualquier rumbo”. Matus (1987).
20/6/2016.