Trump: burbujas y crisis
Las políticas económicas de Trump no sólo son inconsistentes, sino que incuban diferentes modalidades de crisis. No ha pasado un mes como Pdte. de los EE.UU. y muchos ya estamos discutiendo estos temas. Hay inconsistencias en el ámbito fiscal cuando comience a expandir el gasto en infraestructura a través de créditos fiscales y el de defensa a la par de una drástica reducción de los impuestos a la renta de las personas y empresas y elimine el impuesto a las herencias. Se generan problemas por las distorsiones y sobrecostos de su política proteccionista y de inmigración al romper los sistemas de producción y las cadenas logísticas previos. También las políticas expansivas serían neutralizadas por la elevación más acelerada de las tasas de interés a cargo de la FED; sin considerar sus efectos al incrementar los spreads bancarios y la desigualdad. El viernes pasado a través de dos órdenes ejecutivas a favor del sistema financiero ha abierto la posibilidad de formación y explosión de burbujas en los mercados de activos.
Los tipos de crisis económica que se podrían generar con Trump son tres: descalabro financiero abrupto a partir de una crisis en los mercados de valores, crisis económica progresiva y crisis luego de la formación y explosión de burbujas financieras. Cada una tendría una dinámica, canales de transmisión y probabilidades de ocurrencia diferentes. El primer escenario se daría a partir de la explosión abrupta de las expectativas negativas de los diversos agentes económicos. Los ingredientes están listos: acciones y reacciones violentas en el campo económico aderezadas por temas geopolíticos-militares y la psicología de Trump. El segundo escenario implicaría un periodo de maduración más largo, hasta quizás con una ligera fase expansiva, pero al final predominarían los efectos negativos de la política comercial, la expulsión de inmigrantes, las elevación de las tasas de interés, el déficit fiscal creciente y los problemas de su financiamiento sobre las políticas de gasto y de reducción de impuestos que le darían aire en el corto plazo. Bloomberg (2017) acaba de señalar que el programa de infraestructura de Trump (US$ 100 billones anuales por diez años) no impulsaría los precios de las materias primas, siendo menor a la inversión realizada en China en el año 2016.
Las dos últimas órdenes ejecutivas de Trump acaban de abrir la puerta para la tercera modalidad de crisis. La formación y explosión de burbujas financieras podría ocurrir por la combinación de la política fiscal expansiva, la reducción de impuestos y la desregulación financiera que serían su caldo de cultivo perfecto. La reducción de impuestos aumenta la liquidez en los mercados, genera prosperidad temporal, eleva la rentabilidad de las firmas, aumenta sus valores de mercado y aviva la especulación. Sin embargo, esta política de valorización financiera (“Financiarización”) sería contrarrestada por la política comercial que afectaría los canales logísticos de las empresas y las otras políticas.
Krugman (2017) nos acaba de recordar que la desregulación financiera es del gusto de los Republicanos. Se trataría de desarmar la reforma financiera Dodd-Frank establecida durante el gobierno de Obama en 2010 y relajar la responsabilidad de los administradores financieros sobre el manejo de fondos privados. La “Fiduciary Duty Rule” establecía que se deben priorizar los intereses de los depositantes e inversionistas sobre el de la institución financiera. Con la propuesta de relajación se abre la puerta para mayores fraudes financieros a la par que se acelera la especulación. Afirma Trump que la regulación financiera ha frenado el otorgamiento de créditos. La verdad es que tenemos los elementos perfectos para nuevas burbujas. No hay que olvidar lo ocurrido en la reciente crisis financiera internacional de la primera década de este siglo. El ciclo de manía, pánico y crack de las burbujas descrito por Kindleberger (1991) podría darse más rápidamente de lo normal. Sin embargo, el problema adicional ahora es que la capacidad de los instrumentos de política económica para hacerle frente siguen muy limitados.
10-2-2017