¿Política comercial estratégica?
La estrategia principal del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) es la de seguir promoviendo tratados de libre comercio (TLC) con bloques y economías específicas. Actualmente está en negociación con Australia, El Salvador, India, Turquía y el Tisa sobre comercio de servicios. Asimismo, busca una salida al TPP cancelado por EE.UU. En todos los casos la información oficial es prácticamente inexistente. No se conocen las ventajas que podrían obtenerse y todo se negocia secretamente. No hay evaluaciones beneficio-costo. Se insiste erróneamente en que esta es la ruta correcta. La ideología va por delante de la técnica.
Se olvida que los TLC no sólo pueden abrir espacios para nuestras exportaciones, sino que ante todo facilitan las importaciones. Estas mayores importaciones pueden ser un complemento a la actividad productiva, pero si se acompañan de una política cambiaria que aprecia la moneda nacional, la producción local y el empleo del sector manufactura y agropecuario se podrían afectar severamente. Los TLC con EE.UU y China han generado una balanza comercial negativa. Solo el TLC con la Unión Europea tiene un saldo positivo que se va reduciendo. Efectivamente, se exporta un poco más de lo mismo, pero con poco procesamiento y contenido tecnológico; destaca en positivo las mayores exportaciones agropecuarias no tradicionales.
Nuestra estructura institucional no nos favorece. Aquí el comercio exterior se aborda desde un ministerio independiente que tiene una visión parcial de la realidad. En el caso de nuestros socios de la Alianza del Pacífico corresponde a ministerios de economía que también ven los temas productivos e industriales. Quizás esta sea una de las razones por la cuales la reducción de los aranceles en nuestro país fue desafortunadamente más agresiva que en otros economías. Según la Organización Mundial del Comercio (2017) el promedio de aranceles efectivos de Chile es del 5.9%, Colombia 6.3%, México 4.5% y el Perú 1.8%. En Colombia y México los aranceles al sector agropecuario son del 17.2% y 20.1% respectivamente, mientras en Perú 1.6%.
Una política comercial estratégica significa colocar por delante la estructura productiva para expandir las exportaciones. Tiene como elemento clave la política industrial con todo un abanico de instrumentos. El desarrollo intenso de clusters y actividades específicas pueden ser su objetivo principal. La política de ciencia y tecnología, de atracción al capital extranjero, la política de ingresos y la cambiaria deben ir de la mano. El BCRP no puede actuar al libre albedrío en este tema (como en México). Absorber las funciones del Mincetur dentro de un Ministerio de diversificación productiva y de ciencia-tecnología e innovación sería un primer paso positivo.