Diversidad de opiniones en los bancos centrales, comunicación eficaz y algunas enseñanzas para la política monetaria
El último número de la Revista Finanzas y Desarrollo del Fondo Monetario Internacional de marzo de 2023 se dedica exclusivamente a la política monetaria. La introducción de su editora se titula nuevas preocupaciones para los bancos centrales e inicia con un epígrafe de Alice Rivlin, vicepresidenta de la Junta de la Reserva Federal de los noventa, donde señala que el trabajo del banco central es preocuparse.
En esta ocasión nos vamos a referir a dos de sus artículos. El primero, de David Blanchflower y Andrew Levin donde se plantea que los comités de política monetaria (CPM), directorios o juntas de gobierno de los bancos centrales tienen que reformarse para evitar la endogamia intelectual y garantizar un proceso sólido de toma de decisiones. El segundo, de Gita Gopinath, donde se anota que la pandemia y la guerra han expuesto nuevos desafíos que los bancos centrales del mundo tendrán que afrontar en los próximos años.
Pertinencia
Los dos artículos tienen elementos muy pertinentes, en particular para los bancos centrales de la región y el Perú. La política monetaria (PM), como cualquier área de la economía, tiene que avanzar en un proceso de mejora continua, atendiendo a los nuevos desarrollos y a las circunstancias particulares de cada lugar. Tenemos mucho por aprender.
En nuestro caso debemos pensar que la PM se realiza en una economía con elevada presencia de mercados informales, tanto laboral como de bienes y servicios, que coexisten con importantes estructuras de mercado oligopólicas; con un sector financiero poco profundo y concentrado.
Por otra parte, a diferencia de las economías desarrolladas hay reducidos niveles de sindicalización que modifican la dinámica tradicional descrita en los libros y modelos de texto; asimismo, desafortunadamente la elevada desigualdad y la presencia relevante de economías ilícitas abonan en la perpetuación de la inflación.
Justificación
Según Blanchflower y Levin para formular políticas monetarias hay que tomar decisiones complejas en tiempo real. Por esta razón, en todas las economías avanzadas, salvo Canadá, la PM se delega en un comité de expertos y no en una sola persona que toma decisiones.
Así la gestión de gobierno de los bancos centrales no se ha mantenido a la par de las prácticas óptimas que buscan fomentar la diversidad de opiniones, y que recomiendan separar las funciones del presidente del directorio y del ejecutivo principal y adoptar procedimientos para garantizar que todos los integrantes del CPM tengan esencialmente el mismo grado de influencia y de responsabilidad con respecto a sus decisiones.
Para los autores un modelo macroeconómico adaptado a datos previos puede resultar útil en ciertos contextos, pero el criterio y el sentido común seguirán siendo indispensables para interpretar nuevos datos, evaluar los contornos de las perspectivas económicas y detectar los riesgos emergentes.
Problemas efectivos
En muchos bancos centrales, según los autores, las actuales prácticas de gestión de gobierno (gobernanza) no propician la diversidad de opiniones en el CPM, Directorio o Junta de Gobierno por las siguientes razones: primero, el presidente del CPM es por lo general el ejecutivo principal (o gobernador).
El presidente cumple la tarea crucial de diseminar información al CPM y establecer la agenda de las reuniones. En muchos bancos centrales, el gobernador cumple la función clave de designar a los otros integrantes del CPM. Segundo, los miembros internos del CPM, incluidos los gobernadores suplentes y otros funcionarios del banco central, no van a tender a diferir ante las opiniones del gobernador, sobre todo si es este quien evalúa su desempeño y determina sus perspectivas de ascenso.
Tercero, los miembros externos del CPM pueden influir solo marginalmente en las decisiones de política, sobre todo si ejercen su cargo a tiempo parcial y si tienen acceso limitado a los análisis internos y los conocimientos especializados de funcionarios que están bajo la dirección del gobernador. Por ejemplo, en la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal que tiene siete miembros a tiempo completo (incluida la presidencia y dos vicepresidencias) ningún miembro ha discrepado de alguna de las decisiones del FOMC desde 2005.
Mejores prácticas
Los autores anotan que estas no se alinean con las mejores prácticas de gobierno corporativo o de gobernanza. En el sector público, las cuestiones regulatorias complejas por lo general las resuelve un organismo independiente cuyo directorio se encarga de definir las políticas y los procedimientos, y los ejecutivos principales de esos organismos rinden cuentas al directorio en pleno, no solo a la presidencia.
En el sector privado, el directorio de una empresa cotizada en bolsa tiene el deber fiduciario de fijar los objetivos estratégicos de la compañía y supervisar la forma en que la gerencia los cumple, y los cargos de presidente del directorio y ejecutivo principal no los desempeña la misma persona. De hecho, hoy en día prácticamente todas las empresas cotizadas en bolsa en Australia, Canadá y el Reino Unido han adoptado estas prácticas de gestión de gobierno.
Propuestas
Los autores proponen que el proceso de selección de los miembros del CPM, Directorio o Junta de Gobierno debe garantizar que esté integrado por un conjunto diverso de expertos. Esta diversidad comprende tanto características demográficas (género, raza, etnia) como antecedentes académicos y conocimientos profesionales.
Además, la composición del CPM debe abarcar distintas regiones geográficas de la economía y no reflejar meramente la perspectiva del principal centro financiero. En el consejo de gobierno del Banco Central Europeo participan los presidentes de los bancos centrales nacionales, cada uno de los cuales es designado por funcionarios públicos del respectivo país. El Banco de Inglaterra está integrado en su mayor parte por personas que han residido por mucho tiempo en la zona metropolitana de Londres, y por relativamente pocos representantes de otras regiones del Reino Unido.
Tiempo completo
Todos los integrantes del CPM deben desempeñar el cargo a tiempo completo. La importancia y las complejidades inherentes a la formulación de la política monetaria exigen que los integrantes del CPM desempeñen el cargo a tiempo completo, lo cual reforzará considerablemente la capacidad para actuar de forma resuelta y oportuna ante circunstancias que evolucionan con rapidez.
Los procedimientos de toma de decisiones también son clave para promover la responsabilidad individual y mitigar el riesgo de pensamiento de grupo. En el pasado, la frase decisiones por consenso solía tener connotaciones ampliamente positivas. Sin embargo, la gestión organizativa moderna reconoce que tales prácticas tienden a desincentivar el pensamiento innovador y a marginar a quienquiera que tenga un punto de vista diferente.
Blindaje
Según los autores al analizar los episodios inflacionarios de los años setenta, una enseñanza fundamental que se extrajo fue que las decisiones de política monetaria tienen que permanecer blindadas frente a la interferencia política. De hecho, un fruto de esta enseñanza fue el fortalecimiento de la independencia del banco central establecida por ley en muchas jurisdicciones; principalmente, regulaciones que garantizan que los funcionarios del banco central solo pueden ser cesados por actos ilegales.
Para reforzar esta independencia se establecen mandatos escalonados de los miembros del CPM, nombrando a cada miembro para un solo mandato no renovable, y garantizando que el proceso de nombramiento sea sistemático y transparente y que no esté a discreción de un solo funcionario gubernamental.
Comunicación eficaz
Según Blanchflower y Levin los miembros del CPM no deben verse obligados a hablar con una sola voz en sus intervenciones públicas; más bien, deben asumir la responsabilidad de transmitir sus propias opiniones acerca de cuestiones complejas en torno a las cuales expertos con criterios razonables pueden discrepar. Una mecánica valiosa para aprovechar es la de la FED.
El CPM debe seguir la práctica establecida en el sistema judicial, en virtud de la cual un panel de jueces comunica cada decisión presentando el fallo de la mayoría junto con las opiniones concordantes y las voces disidentes. Desde hace tiempo, este método ha demostrado que aclara los argumentos que sustentan la decisión de la mayoría y la lógica detrás de las opiniones discrepantes. Asimismo, este modo de comunicar las decisiones de política monetaria puede apuntalar la confianza del público en que las decisiones las está tomando un equipo diverso de expertos.
Escenarios
El CPM no debe centrarse simplemente en esbozar las características de las perspectivas de base sino los gráficos de abanico permiten visualizar la incertidumbre. Asimismo, en sus deliberaciones y comunicaciones sobre políticas, el CPM tiene que analizar escenarios y elaborar planes de contingencia. Concretamente, las autoridades tienen que determinar los riesgos sustanciales (con pruebas de tensión) y considerar medidas de política que puedan mitigarlos, o medidas que probablemente se adoptarían de materializarse un escenario.
Por último, según los autores, la política monetaria afecta de forma directa a prácticamente toda la gente: los costos de los bienes y servicios que pagan los consumidores, las oportunidades de empleo y los salarios de los trabajadores y la tasa de rendimiento del ahorro de los jubilados.
Por esta razón, no basta con que las autoridades se comuniquen en términos técnicos con un público reducido de participantes del mercado financiero; lo que se necesita es una gama de herramientas de comunicación para explicar las decisiones de política a familias y empresas comunes y corrientes.
Enseñanzas PM
Según Gopinath se necesitan mejores modelos de la oferta agregada que asimilen las enseñanzas de la pandemia. Por ejemplo, será útil desarrollar más a fondo modelos sectoriales que diferencien entre bienes y servicios y que incorporen restricciones sectoriales sobre la capacidad para poder tener en cuenta los efectos de velocidad y las no linealidades tanto a nivel sectorial como agregado.
También, según la autora, es posible que los bancos centrales deban adoptar respuestas de política más enérgicas en una economía sólida en la que los productores pueden trasladar con facilidad el aumento de los costos y en la que los trabajadores están menos dispuestos a aceptar reducciones en sus salarios reales. Además, el banco central puede tener que reaccionar más pronunciadamente si los shocks son de amplia base y no se concentran en determinados sectores.
Políticas complementarias
El desafío para los bancos centrales también se complicaría si los shocks en la oferta se volvieran más arraigados, algo que podría suceder si los países decidieran erigir barreras comerciales a fin de reducir el riesgo de rupturas en la cadena de suministros. Esto dejaría a los países expuestos a una mayor volatilidad de los shocks de la oferta, lo cual a su vez haría más difícil elegir entre las opciones de la política monetaria y dificultaría la estabilización de la economía.
Por otra parte, los bancos centrales tienen que liderar la lucha contra la inflación, pero hay otras políticas que pueden ser útiles. La política fiscal debe cumplir su función, dirigiendo la ayuda especialmente hacia los más vulnerables, pero sin estimular la economía. Las autoridades tienen que seguir promoviendo la agenda climática para preservar la estabilidad económica y financiera. Por último, las políticas para atenuar los riesgos de fragmentación en el comercio mundial reducirán el riesgo de shocks en la oferta y ayudarán a estimular el producto potencial a escala mundial según Gopinath. En fin, la lista de temas por analizar es amplia.