Migración u Okupación*
La columna de la semana anterior sobre Lima que a sus 480 años es una ciudad multilingüe y multicultural producto de los movimientos migratorios que se han producido en los últimos 60 años, produjo comentarios y correos de diversas ópticas, algunos extremistas que preferirían reconstruir las murallas de Lima (demolidas en gran parte en 1868 por el entonces presidente José Balta) y así evitar que lleguen foráneos que vienen a okupar la capital.
Las murallas usadas desde siempre por el hombre, algunas famosas por su inexpugnabilidad, cumplían generalmente una función defensiva, que separaba la región, zona o ciudad de los pobladores de extramuros que podrían ser piratas, corsarios o enemigos del virreinato en el caso limeño.
La migración en el Perú es un fenómeno del cual han participado en forma directa por lo menos el 20% de la población del país según el último censo y es un proceso del cual se han desarrollado libros, estudios, investigaciones y hasta películas, afecta a todos los países del mundo desde los más liberales hasta los más restrictivos.
Así como la globalización, la migración es un fenómeno que no se puede detener porque forma parte de la naturaleza humana errante, pero también y como parte de nuestra naturaleza existe en el mundo entero movimientos xenófobos u opuestos a la llegada de extranjeros y pobladores de otras regiones del mismo país.
Para muchos esta migración se ha convertido en una okupación de su ciudad o región sobre la cual consideran que tienen una especie de derecho de propiedad regional.
Sin embargo y entrando al meollo del artículo de hoy, la inmigración presenta diversos beneficios para la ciudad que recibe a la población inmigrante. Revisaremos a continuación uno de los beneficios que tiene base estadística.
Hay estudios que correlacionan el mayor desarrollo de una ciudad o región con la mayor inmigración que ha tenido, obviamente las ciudades más desarrolladas atraen mayor migración pero esta nueva masa poblacional generalmente genera valor para su nueva ciudad. Los estudios indican que el nuevo poblador crea los “migradolares” de los cuales tres cuartos quedan en la misma región y un cuarto viaja a través de las remesas a la ciudad natal del migrante. “Massey et al.” (1993).
De allí que se puede considerar a la migración como un reforzador de las diferencias que existen entre una ciudad desarrollada y la que no lo es.
Si miramos las cifras del último censo peruano, las regiones que más reciben migración, medido por el indicador “migración de toda la vida”, como porcentaje de su población total son Madre de Dios donde el 41 % de su población es inmigrante, Tacna (37 %), Lima y Callao (31 %), Moquegua (30 %), San Martín (29 %) y Arequipa (25 %).
Si vemos el desarrollo de los departamentos del Perú, medido por el Índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por PNUD, encontraremos en su versión 2012, que las regiones mejor ubicadas son Lima, Moquegua, Arequipa, Madre de Dios y Tacna, las cuales han recibido por años los mayores flujos de inmigración y reforzando lo encontrado en las investigaciones, no han dejado de crecer en los tres parámetros que mide el IDH (salud, educación y riqueza), al contrario han crecido distanciado de otras regiones.
Por el contrario los departamentos cuya población ha emigrado en forma importante como porcentaje de su población tales como Huancavelica, Apurímac, Ayacucho, Pasco y Cajamarca ocupan los últimos lugares en el índice de desarrollo humano para el Perú.
Desde este enfoque, obviamente el tema tiene múltiples aristas, la inmigración correlaciona positivamente con el desarrollo y el sostenimiento de este.
Tony Blair, primer ministro del Reino Unido entre 1997 y 2007, dijo, “…la mejor manera de medir a un país es observar cuanta gente se quiere ir y cuanta quiere entrar…”. Hoy el Perú atrae, eso debe ser un motivo de orgullo.
* Okupar: Tomar una vivienda o un local deshabitados e instalarse en ellos sin el consentimiento de su propietario. (Real Academia Española)