El turismo y las carreteras del país
Pese a que el presidente indico literalmente en su discurso por fiestas patrias que “En estos 5 años se habrá hecho 3.5 veces más vías gubernamentales de lo que se ha hecho en toda la historia republicana del país” y “Resulta difícil visualizar estos avances si estamos enfocamos en Lima, pero a los peruanos de los distritos y provincias más alejadas del país lo aprecian y mucho”, la realidad lamentablemente es en general distinta.
Recorrí la vía que une Piura con Tumbes y desde Sullana en adelante, encontré que más del 25% de la panamericana está en mal estado, con huecos que parecen cráteres, erosionada y en general es notoria la falta de mantenimiento reciente.
Al parecer el afán por construir más vías, nos ha regresado al ciclo tradicionalmente pernicioso y vicioso que se inicia con:
i) la construcción de la carretera,
ii) su posterior abandono en el tema de mantenimiento,
iii) la destrucción parcial o total de la misma y
iv) la inevitable reconstrucción, que cuando no es posible debemos volver al punto i) y volver a invertir.
Cuando como todo especialista sostiene (Provias incluido) deberíamos estar en un círculo virtuoso que inicia con:
i) la construcción de la carretera
ii) su correspondiente mantenimiento rutinario, periódico y proactivo y
iii) mejoramiento de ser el caso
La infraestructura vial tiene el poder junto a otros aspectos de convertir un recurso turístico en un atractivo turístico, es así que existen numerosos e impresionantes recursos turísticos en nuestro país, que la falta de vías de acceso y transporte masivo adecuado impiden su crecimiento, es cierto que cierto turismo aprecia la inaccesibilidad y por tanto exclusividad de ciertas destinos turísticos pero este nicho no es importante en volumen.
Un caso importante es el de la ciudadela de Choquequirao, para muchos, tanto o más majestuosa que Machu Picchu, pero cuyo acceso se acerca más a turismo de aventura o Trekking, sin embargo una gran cantidad de turistas no están preparados ni físicamente ni cuentan con los días que se requiere para tomar la carretera hacía Abancay, luego tomar un desvió que lleva al pueblo de Cachora, donde se deberá iniciar una caminata que oscila entre 2 y 4 días.
Los proyectos propuestos requieren de inversión en infraestructura vial, ya sea el puente por el rio Apurímac o el mejoramiento de la ruta por Mollepata, estas inversiones permitirá incrementar aún más nuestro portafolio de atractivos turísticos y con ello el crecimiento de la llamada industria sin chimeneas.
El camino probado con muchos casos de éxito en el mundo son las concesiones privadas que permiten, a través de una supervisión de parte del estado, garantizar el sostenimiento en el tiempo de una vía.
Al iniciar el artículo indicaba que transite por la vía que une Piura con Tumbes y desde Sullana en adelante está bastante dañada, la frase “desde Sullana” es porque antes de dicha ciudad la vía esta concesionada y la diferencia es enorme, comenzando por que es autopista, pero esto como se ha demostrado en muchos países, como por ejemplo Chile, no es el único camino, justamente por su costo elevado, una alternativa muy usada es la construcción de un tercer carril auxiliar (o carriles lentos) que requieren mucho menos inversión que una doble calzada y atenderían los problemas de flujo vehicular que se presentan en las actuales carreteras del país y que a la larga influyen en su deterioro.
Los viajes de nuestro país deben de comenzar y terminar bien, ello depende en muchos casos de la carretera que nos lleva y regresa. El atractivo turístico lo tenemos, el resto está en manos de unos Proinversión, Ositran y MTC eficientes.