Nuevo en la ciudad
Hace unas semanas intercambiaba ideas con un organizador del evento Arequipa Marketing, sobre qué aspectos son los que considero que los marketeros y aspirantes a serlo, deben revisar cuidadosamente para conocer, entender, atraer y fidelizar a sus consumidores.
Considero que un aspecto relevante donde muchas veces se equivoca el disparo, es porque no se llega a conocer a nuestros consumidores y extrapolamos la burbuja de los GCU (gente como uno) sin reconocer ni identificar al nuevo arequipeño, al nuevo trujillano o al nuevo chiclayano; grupo que está conformado por la primera, segunda y tercera generación de inmigrantes, que ya son entre el 35 y 70% del mercado en nuestras ciudades. Mucho de los cuales ahora son la “clase media con plata”, siendo en muchos rubros más relevantes en consumo que la “clase media endeudada”.
Las generaciones de inmigrantes que han llegado desde hace muchas décadas a nuestras ciudades han pasado por un proceso de adaptación, cuando llego la primera generación, quizás vivieron en forma precaria y trabajaron duro (hasta las lágrimas, como dice la canción de Pedro Suarez Vértiz) ya que no tenían estatus o pasado que defender, por tanto no había trabajo que no pudieran hacer.
Luego la segunda generación, los llamados Jhonny, Jefferson o Washington, tuvieron desde el nombre un cambio importante de costumbres, producto de la mezcla cultural y porque accedieron a mejores servicios citadinos. Tuvieron, a diferencia de sus padres, educación primaria y secundaria completa accediendo incluso algunos a la universidad, pero mantuvieron la fuerza progresista de los padres.
La tercera generación, es diferente, una gran mayoría nacieron en la ciudad, la identifican como suya y hasta son hinchas del Aurich, Melgar o Mannucci, estudian en la universidad, viajan y consumen. Tienen una característica importante es que son ricos en bienes patrimoniales, tienen la casa de la familia, aquella que vino de una invasión pero hoy está ubicada en un distrito consolidado y no tienen que pagar una hipoteca por una casa nueva hasta que sea necesario. Además pueden construir un segundo o tercer piso de la casa de sus padres.
De allí la clasificación de casa medía con plata, ya que tienen costo de vida menores, al final del mes tienen más liquidez que la clase media endeudada que tiene que pagar el hipotecario, el préstamo vehícular, el colegio costoso, el supermercado, el club costoso y la tarjeta de crédito que pago el restaurant costoso y el viaje al caribe o a Disney.
Hay grandes diferencias de consumo con los “nuevos en la ciudad”, una muestra es que, por más que veamos cada vez más supermercados en nuestras ciudades. En ninguna ciudad del interior del país se supera el 15% de supermercadismo, como indica Juan Gabriel Reyes, gerente general de Nestlé Perú, en la entrevista en G de Gestión de este mes: “Las bodegas y los mercados son los preferidos para las familias peruanas y a eso hay que adaptarse”.
Hay que conocer al nuevo trujillano o al nuevo tacneño, que son ciudades que junto a Lima han tenido un nivel de atracción para inmigrantes altísimo con relación a su población en su hábitat. Saber cómo son, donde compran, atraerlos y fidelizarlos.
De todo ello conversaremos en el 2° Congreso Arequipa Marketing. Están invitados.