La nostalgia motivadora
Cuando estaba en 4to de secundaria allá por el año 1989 mi libro de inglés estaba forrado con papel periódico, y no es que no tuviera dinero para forrarlo con el típico papel lustre y su vinifán, sino que aquel papel contenía la reseña que hizo El Comercio del más reciente disco de una de mis bandas favoritas: Motley Crue, y a falta de un poster o sticker decente mi fanatismo me llevó a tratar a mi libro como si fuera un pescado recién comprado del terminal pesquero. En el artículo contaban entre otras cosas que esa era la primera producción de la banda luego de un proceso de desintoxicación de todos sus miembros, quienes durante años habían cometido toda clase de excesos, eran realmente unas joyitas: sexo, drogas, accidentes, cárcel y un largo etcétera. Dr. Feelgood (Sentirse Bien), que así se titulaba el disco y era una jerga inglesa que hacía referencia a la Heroina, fue el mayor éxito de su carrera y los llevó a una gira millonaria con centenares de conciertos multitudinarios en los cinco continentes. Con la llegada de los noventas, Kurt Cobain y toda la onda Grunge los enviaron prácticamente al retiro como a todas las bandas de glam metal de esa época. Durante los años siguientes continuaron publicando discos pero su momento de gloria ya había pasado. Dos hechos que no tuvieron nada que ver con lo musical marcaron su paso por los noventas, el primero, la lamentable muerte de la única hija del cantante Vince Neil, víctima del cáncer, lo cual lo sumió en una terrible depresión y la súper mediática relación del baterista Tommy Lee con la chica Baywatch Pamela Anderson, con video sexual incluido.
Se estarán preguntando porque les cuento esto, pues porque hace unas semanas se estrenó en Netflix la película The Dirt, la cual narra la trágica y a la vez ejemplar historia de esta banda. Yo, como buen fan, estuve contando los días, horas y los minutos para verla, finalmente lo hice y no me defraudó, no es que vaya a ganar un Oscar, pero la historia definitivamente te atrapa así no seas un admirador. A partir de allí resurgió en mí el gusto por su música, busqué en Spotify todo su catálogo y ahora está en mi lista de favoritos, y bueno parece que no soy el único. Las cifras son impresionantes: las reproducciones de sus canciones en Spotify aumentaron 570% y en Apple Music 900% y las descargas en ITunes nada más y nada menos que 2027%. (Fuente: El Cuartel del Metal). Además el soundtrack ha puesto a la banda luego de casi 30 años nuevamente en los primeros lugares del Billboard, y debido a la alta demanda se tuvo que re editar el libro en el cual se basó la película y nuevamente se convirtió en Best Seller. En resumen: Un éxito absoluto. Si salieran de gira (la banda se desintegró el 2016 por problemas de salud de sus integrantes, obviamente los excesos te pasan la factura) estoy seguro que tendrían llenos asegurados.
Este es un nuevo caso de marketing de la nostalgia, lo mismo le pasó a Queen y en Latinoamérica a Luis Miguel. Bandas o cantantes que son rescatados del olvido por una película o serie, y vuelven a los primeros lugares. ¿Por qué sucede esto? ¿Qué pasa cuando escuchas una canción de “tu época”? ¿Qué hace que los de base 3, 4 ó 5 nos sintamos atraídos hacía estas historias? Pues que cuando tomas contacto nuevamente con estas canciones automáticamente tu memoria emotiva se activa y regresas a esos años, vuelves a ser adolescente, te conectas con esos momentos, tus amigos, tu familia, tu barrio, tu colegio, tus discos de vinilo, tus cassettes, tus anécdotas y eres feliz y triste a la vez porque sabes que eso no volverá. Claro para que la fórmula esté completa y te lances a comprar discos, entradas, libros o descargas de ese artista, la historia debe tener un final feliz, debe ser una historia de empuje, de resiliencia, de superación. Los Motley Crue a pesar de todos sus problemas, errores y tragedias siguieron tocando unidos por su amistad hasta cuando pudieron. Luis Miguel se sobrepuso al terrible trato de su padre y la desaparición de su madre. Freddy Mercury luchó hasta el último día de su vida contra el sida dejando un legado musical inconmensurable. Es decir la nostalgia unida a una historia motivadora es una mezcla muy poderosa, es como una droga que te hace Sentirte Bien, una especie de Dr. FeelGood. ¡Yeah!.