El sentido del humor con mascarilla
Me contaba un alto mando de las fuerzas armadas del Perú cuyo nombre me abstendré de mencionar, que durante la época del terrorismo su pelotón fue designado a una misión prácticamente suicida; él y su mejor amigo estaban al frente, es decir si alguien tenía las menores probabilidades de sobrevivir, ese alguien podía ser él o su amigo. Esta misión requería que estuvieran escondidos durante largas horas. Ante la tensión previa, empezaron a hacer bromas sobre lo que harían después del éxito de la misión: seremos coaches motivacionales, se decían, daremos conferencias en todo el mundo, uno en silla de ruedas y el otro amputado, seremos un éxito y nos forraremos de billete. Así continuaron toda la noche con las risas cómplices de todo el pelotón y soportando las reprimendas del comandante en jefe. Llegó el momento de la verdad, salieron al frente, lucharon, él fue herido pero su amigo murió en el campo de batalla.
La situación extrema que acabo de narrar muestra el enorme poder del sentido del humor para aliviar tensiones incluso en los momentos más difíciles. ¿Qué puede ser más tensionante que encontrarse frente a frente con la muerte?.
El psicólogo Viktor Frankl autor del best seller El Hombre en busca de sentido, señalaba que cuando se encontraba preso en Auschwitz notó que sus compañeros de encierro en los peores momentos recurrían instintivamente a su sentido del humor, contándose chistes, haciéndose bromas o burlándose de algún oficial nazi a sus espaldas, eso aliviaba sus pesares y por lo menos durante unos segundos eran felices. Muchos de sus compañeros no sobrevivieron al holocausto pero los que lo lograron señalan al sentido del humor como uno de los principales recursos que utilizaron para poder soportar su terrible prisión y salir adelante. Es así que en su LOGOTERAPIA Frankl fomenta el desarrollo de la habilidad humana de captar el lado cómico de las cosas, el auto-distanciarse de manera que pueda objetivar los síntomas y separarse de ellos.
Actualmente vivimos una situación límite, prácticamente un mundo distópico al cual debemos adaptarnos y considerar como una nueva normalidad. No es sencillo, el precio es elevado. Han pasado ya 6 meses y no hay aún un horizonte claro. En este contexto las empresas se han visto obligadas a trabajar de manera remota todo lo que pueda trabajarse de esa manera y en los casos en los que inevitablemente el personal debe asistir a planta o fábrica, han tenido que extremar las medidas de seguridad y limpieza. Todo ello nos lleva a un estado constante de tensión, pues una adaptación inesperada y forzada es traumática, la curva de aprendizaje se debe inclinar en el menor tiempo posible, eso sin contar con todos los despidos que se han producido por la crisis económica debida a la pandemia. Este distrés (que es la enfermedad del constante estrés), baja las defensas, nos hace más susceptibles al contagio, es decir, hay que sumar a ello que estamos más expuestos al virus. Se produce la tormenta perfecta, un círculo vicioso y virulento ¿Qué hacer? ¿Qué decisión deben tomar los líderes empresariales actualmente? No sólo el despido es la solución, pues los que quedan probablemente estén inquietos por la inseguridad, lo cual es absolutamente normal. ¿Qué hacemos con los colaboradores que han presenciado el despido de sus compañeros, que tienen enfermos a sus familiares, que sus sueldos se ven reducidos, que realizan home office en situaciones muchas veces incómodas, que tienen que cuidar a sus familias mientras deben entregar reportes? ¿Qué hacemos con esos colaboradores cuyo ánimo está por el suelo y el distrés está mellando su salud?
Seguramente se pueden plantear diversas acciones de emergencia, pero lo que no puede faltar en cualquier plan de contingencia es considerar al sentido del humor como un salvavidas. Ahora más que nunca necesitamos reír para relajarnos de tanta tensión y fortalecer nuestro sistema inmunológico.
Se suele pensar que aquella persona que tiene sentido del humor es la típica chistosa del salón, en este caso del trabajo y en realidad no es así. Según la psicóloga, catedrática y escritora especialista en estos temas, la Dra. Begoña García, hay 04 aspectos que se deben considerar cuando hablamos del desarrollo o fortalecimiento del sentido del humor: Creación, Apreciación, Utilización y Afrontamiento. Pasaré a comentar cada uno a continuación:
1. Creación: en este caso se refiere a la capacidad de una persona para percibir relaciones de forma insólita, en otras palabras, ver el lado divertido de la vida y sobretodo comunicarlo creando comentarios, chistes, bromas, etc.
2. Apreciación: aquí se refiere a la disposición para reír, puede que una persona que tenga esta capacidad no sea tan graciosa pero si reirá de buena gana si alguien le comenta una anécdota divertida.
3. Utilización: este aspecto considera la dimensión social del humor, como nos relacionamos de manera efectiva con nuestros compañeros utilizando el sentido del humor de manera correcta con asertividad.
4. Afrontamiento: esta característica es a mi parecer la más importante en la actual coyuntura pues considera la habilidad para afrontar los problemas de forma optimista, utilizar el humor en los peores momentos.
Bien, con el panorama más claro ahora si podemos brindar algunas recomendaciones sobre como contribuir con el fortalecimiento sobre todo de la dimensión del Afrontamiento de problemas:
1. Tratar que las acciones que tomen que no sean aisladas, que estén dentro de un programa, que haya una sesión de “trabajo” para divertirse, un break, una risoterapia, el nombre que prefieran pero que sea algo constante, una vez a la semana.
2. Plantear objetivos por sesión, por ejemplo. Reír (contratar a un comediante), Compartir (comentar las situaciones que pasamos en el día a día), Establecer compromisos (cómo podemos mejorar nuestro trabajo en casa).
3. De preferencia contratar a un facilitador que lleve las sesiones, alguien externo tendrá una mejor visión del panorama específico de su empresa.
4. Utilizar todos los recursos que tenga a la mano para hacer las reuniones virtuales más llevaderas y entretenidas (videos, fondos, diseños, sonidos, etc)
5. Considerando el punto anterior sería necesario capacitar en herramientas tecnológicas a su personal.
6. Brindar un listado de buenas prácticas para hacer el home office más efectivo.
Estas son sólo algunas recomendaciones genéricas, recordemos que cada caso es especial. Lo importante es no escatimar esfuerzos ni minimizar el impacto de la salud mental en los colaboradores y no exagero cuando digo que establecer un programa para fortalecer el sentido del humor dentro de su empresa puede salvar vidas.