Las ventajas de emprender usando tu experiencia corporativa
X es un ejecutivo que tiene una posición gerencial en el mundo corporativo, así como él, muchos de sus colegas tienen interesantes ideas de negocio pero no las realizan por falta de tiempo o porque les invade un gran temor ejecutarlas. Además se sienten muy cómodos en los puestos que ocupan como para aventurarse a un proyecto nuevo. Pero se dan casos de quienes, por alguna razón, dejan de trabajar en una compañía y de pronto tienen tiempo para emprender; pero ¿cómo vencer el miedo de empezar de cero? y ¿cómo continuar el negocio si recibe otra oferta laboral?
Dependiendo de su aversión o no al riesgo, existen diversas formas con las que un ejecutivo del mundo corporativo puede afrontar la aventura de participar en un emprendimiento. Los hay quienes están dispuestos a lanzarse totalmente a la piscina, seguros de que las cosas funcionarán y vivirán de su emprendimiento; también quienes solo lo harán si ven que otros se lanzaron y ya están nadando, es decir, si ven resultados; y los hay quienes apoyan desde el inicio a quienes se van a lanzar, los auspician y les dicen cómo deben nadar, es decir, son sus socios y los asesoran.
Recientemente supe de la historia de Autodiagnóstico, una startup que fue creada por tres ejecutivos, muy amigos ellos, que trabajaban en una misma compañía. Ellos identificaron una necesidad en los compradores de autos usados: el hecho de no contar con un mecánico para saber si el auto que desean adquirir se encuentra en buen estado o no, o incluso contando con el mecánico no tener tiempo disponible como para trasladar el vehículo al taller para su revisión. En poco tiempo, los especialistas de Autodiagnóstico vienen a modo delivery y emiten un informe inmediato del estado en que se encuentra el automóvil, lo que permite al interesado en comprarlo tomar una mejor decisión en forma más rápida.
Por cuestiones coyunturales, uno de los tres amigos dejó el trabajo y fue así cómo tuvo tiempo para hacer realidad la idea de negocio. Luego de seis meses la idea despegó: ya había un producto diseñado y se tenía un website con una aplicación para que los clientes soliciten los servicios. Pero este emprendedor no estuvo solo. Contó con el apoyo de los otros ejecutivos, quienes aportaron con recursos, conocimientos y una red de contactos que le permitió poner el negocio en marcha. Todo parecía estar en orden por este lado. De pronto, el emprendedor inicial recibe una oferta laboral irresistible. Y es aquí cuando este desafío se convierte en una oportunidad especial.
Lazlo Belmont, quien también había trabajado años atrás en la misma corporación, recientemente acababa de vender sus acciones en una startup anterior por lo que se encontraba con tiempo disponible y evaluando sus próximos negocios. Es aquí donde el emprendedor inicial y sus socios lo contactan y le ofrecen una participación accionaria y que se haga CEO de Autodiagnóstico. La confianza mutua y la amistad de muchos años con los emprendedores ayudaron a cerrar el acuerdo. Lazlo, quien también tenía experiencia corporativa, estaba decidido a emprender para no volver al mundo corporativo.
Es así cómo Lazlo, al igual que el emprendedor inicial, tampoco estuvo solo, pues contó con el apoyo de sus socios. Luego de un año cuenta con un equipo de técnicos expertos bien equipados que realizan 70 inspecciones por mes y la empresa ya está por llegar al punto de equilibrio. Una muestra de lo bien que han hecho las cosas es que el emprendimiento ganó el premio Startup Perú.
El caso de Autodiagnóstico demuestra lo valioso que es formar un equipo de socios con buena formación y experiencia corporativa complementaria y que uno de ellos, quien tenga menor aversión al riesgo de emprender, se dedique a tiempo completo, con el apoyo disciplinado del resto de amigos, en cuanto a dedicar algunas horas de trabajo y financiar los primeros años del negocio, que son los más difíciles.
A manera de reflexión Lazlo me comenta que si a su equipo y socios -todos ellos con altísimo nivel profesional- les está tomando casi dos años llegar al punto de equilibrio, la pregunta es: ¿cómo será para aquel emprendedor que no tiene la formación ni los recursos para los primeros años? ¿Cómo será para quienes se lancen solos, sin asesoría ni apoyo de nadie, sin networking aportado por otros? Ahora entendemos por qué el 90% de emprendimientos NO supera el primer año de actividad.
Lazlo afirma que el flujo de caja durante los primeros años “mata” el negocio. “Además, al inicio nadie quiere trabajar contigo”, dice. Y seguidamente hace una comparación sencilla: “¿Quién llega temprano a la fiesta para ayudar a poner las cosas? Nadie. La gente viene cuando la fiesta ya empezó y para comer”.
Emprender por necesidad y emprender por oportunidad
En su estudio Anatomía de un emprendedor, Vivek Wadhwa muestra el perfil del emprendedor por oportunidad, luego de analizar la motivación y el background de más de 500 emprendedores de compañías exitosas en Estados Unidos. Varios resultados de esta investigación contradicen algunos paradigmas o estereotipos que todavía imperan acerca de los emprendedores. Así, por ejemplo, según el estudio los emprendedores norteamericanos son mucho más propensos a trabajar para un empleador que a poner sus negocios en marcha rápidamente.
La mayoría de los encuestados (75.4%), señala el estudio, había trabajado como empleados de otras empresas durante más de seis años antes de lanzar sus propios emprendimientos. Casi la mitad (47.9%) lanzó sus primeras empresas con más de 10 años de trabajo en el ámbito corporativo. Además, porcentajes significativos de los encuestados comenzaron sus primeras empresas después de trabajar para otros entre 11 y 15 años (23.3%), entre 16 y 20 años (14.3%), o más de 20 años (10.3%).
Igualmente, el estudio revela que la edad promedio de los fundadores de las compañías de la muestra cuando comenzaron sus empresas actuales era 40 años. Esto significa, unido al dato anteriormente referido,
“que el emprendimiento no es una exclusividad de los más jóvenes”
de modo que aquellos que traspusieron las cuatro décadas pueden emprender y aplicar toda su experiencia adquirida en el ámbito corporativo.
La investigación revela también que el 69.9% de los encuestados indicaron que estaban casados cuando lanzaron su primer negocio. Un 59.7% indicó que tenía al menos un hijo cuando lanzaron su primer negocio, y el 43.5% tenía dos o más hijos.
Autodiagnóstico es un emprendimiento por oportunidad. Mientras se toma el café y luego de mostrar su asombro por el gran tamaño de la taza, Lazlo Belmont me comenta que están visitando a las compañías aseguradoras más importantes para hacerles saber que su servicio de chequeo mecánico al instante puede hacerles ahorrar miles de dólares ya que sabrán el verdadero estado del vehículo y de acuerdo a ello ajustarán el precio de la póliza al usuario.
“No es lo mismo un auto que enciende que uno que no enciende, pero ahora ellos (las aseguradoras) no lo pueden identificar porque sólo va un motorizado y revisa la parte externa del vehículo”, dice. Cosas sencillas como esta es la oportunidad que muchos en el mundo corporativo pueden identificar, pero que no se lanzan por temor al fracaso.
A modo de conclusión, si bien emprender puede ser 3 veces más difícil que trabajar para una corporación, será más fácil hacerlo con socios desde el inicio, el hecho de emprender usando tu experiencia corporativa tiene ventajas sobre aquellos que no tienen formación corporativa o son menores de 25 años. 1. La buena formación académica, 2. La experiencia profesional, mejor aún si ha ocupado cargos gerenciales/directivos y 3. Una amplia red de contactos que les facilitará hacer alianzas o les abrirá puertas más fácilmente.
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