Del frío de la burocracia a las heladas de la Sierra
Durante la estación de invierno, en los meses de junio, julio y agosto, varias zonas de la sierra sur del país soportan los embates de las heladas, fenómeno climático que se caracteriza por la baja abrupta de los niveles de temperatura (alcanzando hasta los 20ºC bajo cero en el departamento de Puno) generando efectos negativos a la salud de la población y a sus medios de vida. Particularmente en el sector agrario, la actividad agrícola y ganadera se ven seriamente afectadas, cuyos daños se registran con mayor intensidad en aquellas poblaciones rurales que se encuentran en situación de alta vulnerabilidad en virtud de su ubicación territorial (zonas altoandinas sobre los 3,000 metros sobre el nivel del mar y de difícil acceso) y por su condición de pobreza.
Precisamente según lo señalado por el Plan de Gestión de Riesgos y Adaptación al Cambio Climático en el Sector Agrario 2012-2021 (PLANGRACC-A) formulado por el Ministerio de Agricultura y Riego (Minagri) y el Plan Multisectorial ante Heladas y Friaje 2018 formulado por la PCM, a nivel nacional se han identificado 748 distritos que tienen riesgo a heladas y que afecta de manera directa a la actividad agrícola, de los cuales el 25% (190 distritos de 11 departamentos) ostentan un alto y muy alto nivel de riesgo frente a este fenómeno climático. Para la actividad pecuaria, estos dos planes identifican a 768 distritos que tienen riesgo a heladas, de los cuales el 27% (206 distritos de 11 departamentos) registran un alto y muy alto nivel de riesgo.
Estos distritos altamente vulnerables se caracterizan por tener una población con importantes índices de inseguridad alimentaria, un bajo desarrollo humano, un tipo de agricultura predominantemente de secano y de autoconsumo, dedicados a la crianza de animales de altura (principalmente camélidos domésticos), con un bajo desarrollo tecnológico, y escasa inversión de capital en cultivos y ganados. Por lo tanto, en estas zonas de riesgo identificadas, la actividad agropecuaria se configura como uno de los principales medios de sustento de las pequeñas unidades agropecuarias y que involucra, según cifras del Minagri, a más de 626 mil hectáreas y aproximadamente 6.6 millones de cabezas de ganado, activos que se encuentran expuestos ante la presencia de bajas de temperatura extremas y cuyos impactos negativos podrían mermar la capacidad de producción y la seguridad alimentaria de la población rural.
Los datos históricos extraídos del Minagri, sobre impactos por la presencia se heladas en nuestro país, dan cuenta de las importantes pérdidas registradas para el sector agropecuario. En la actividad agrícola, 27 cultivos han registrado las mayores pérdidas en las últimas doce campañas agrícolas (alrededor de 180 mil hectáreas) debido al impacto negativo de los eventos climatológicos (heladas, friaje, inundaciones y sequía), de los cuales nueve de ellos (maíz amiláceo, papa, maíz amarillo duro, cebada en grano, arroz, plátano, trigo, frijol seco y haba en grano) fueron los más recurrentes. En la sierra sur (Apurímac, Ayacucho, Cusco y Puno), la papa y el maíz amiláceo fueron los más afectados. Asimismo, en los últimos cinco años se ha registrado la pérdida de más de 610 mil cabezas de ganado principalmente de los departamentos de Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Cusco, Huancavelica, Junín, Pasco y Puno, concentrándose dichas pérdidas sobre la población de llamas y alpacas (57% del total de cabezas).
Es en este contexto que el Minagri, a través de Agrorural, y los Gobiernos Subnacionales desarrollan sus intervenciones bajo un enfoque de gestión integral del riesgo a nivel nacional, las mismas que se orientan principalmente a reducir la vulnerabilidad en el sector agrario mediante la ejecución de actividades de prevención y mitigación frente a innumerables riesgos, el cual es financiado con recursos del programa presupuestal 0068 “Reducción de Vulnerabilidad y Atención de Emergencias por Desastres” (PP 068) .
La actividad 5005611 “Administración y almacenamiento de kits para la asistencia frente a emergencias y desastres”, vinculada a este programa presupuestal, ejecuta intervenciones que buscan mitigar los principales riesgos de orden climático (heladas, sequías, granizadas, inundaciones, entre otros) cuyo monto asignado, en los tres niveles de gobierno, para el presente ejercicio presupuestario 2018 es cercano a los S/. 21 millones, reduciéndose a una cifra de S/. 17 millones si solo consideramos los 11 departamentos que ostentan los más altos niveles de riesgo frente a heladas, de los cuales el 81% se encuentra en manos del gobierno nacional a través de Agrorural.
En el caso particular de las heladas, estas intervenciones corresponden a la entrega directa, por parte de Agrorural y las Direcciones Regionales Agrarias y Agencias Agrarias de los gobiernos subnacionales, de insumos agrícolas o kits (abono foliar, semillas, empacadoras de forraje, cobertizos y medicamentos de uso veterinario) a los productores agropecuarios más vulnerables de aquellos cultivos o crianzas que han sido afectados por las bajas temperaturas.
Sin embargo, los avances de la mencionada actividad en estos 11 departamentos son insuficientes ya que hasta el mes de julio solo se ha ejecutado el 44% de los recursos programados para este año, registrándose notorios retrasos en los gobiernos locales de los departamentos de Arequipa (0% de avance en la municipalidad provincial de Caylloma-Chivay) y Huánuco (0% en la municipalidad distrital de Tournavista), Cusco (6.3%) y Apurímac (14.2%), siendo además regular el desempeño de los departamentos de Pasco (40.5%), Lima (42.7%) y Puno (50.4%). A nivel de los gobiernos regionales, con un grado de avance del 47.5% al mes de julio, resulta preocupante el desempeño mostrado por los departamentos de Ayacucho (12.8%), Huánuco (7.7%) y Puno (0.7%), mostrando esta última región un pobre desempeño sabiendo que 67 de sus 108 distritos tienen los mayores niveles de riesgo de su población frente a la ocurrencia de heladas. Huancavelica ha tenido un avance regular (49.3%) y los demás departamentos han registrado buenos desempeños especialmente los gobiernos regionales de Cusco (95.1%), Pasco (95.6%) y Junín (99.6%). En el caso de Agrorural, resulta preocupante el grado de avance del presupuesto destinado al departamento de Puno que no supera el 30%.
Finalmente, en opinión del Instituto Crecer, es muy importante reforzar la respuesta del Estado frente a este problema de las bajas temperaturas que se ha vuelto recurrente en las zonas altoandinas. Ello implica, en primer lugar, fortalecer la articulación de las intervenciones de los tres niveles de Gobierno para de esta manera potenciar los efectos de la mitigación de los riesgos climáticos; en segundo lugar, el Estado debe contar con otras medidas y/o programas de respuesta inmediata, más aún si está en juego la integridad de las personas y sus medios de vida. Sobre este último punto, el sector agrario contaba con otros instrumentos estratégicos de carácter preventivo y de reducción de riesgo que permitieron en su oportunidad resarcir a los productores afectados ante las bajas temperaturas como el Fondo de Reposición Alpaquera gestionado por el INIA (permitía reponer los animales muertos) y el Seguro Agrícola Catastrófico contratado con compañías aseguradoras privadas cuyas primas eran financiadas al 100% por el Minagri (permitía proteger los cultivos de las regiones de mayor pobreza monetaria, pagándose una indemnización fija por hectárea).
Asimismo, es obligación del estado dar cuenta de los avances del Plan Multisectorial ante Heladas y Friaje 2018 de la PCM (cuenta con un presupuesto que supera los S/. 330 millones), sin embargo, no se visibiliza una clara estrategia de comunicación sobre el accionar articulado de los diferentes sectores del Gobierno Nacional (PCM, MINAGRI, MIDIS, MINSA, MINEDU, MVCS, MTC, MININTER, entre otros), el cual deberá ser mejorado si es que se busca potenciar los efectos de los servicios brindados por las diferentes instancias responsables de su implementación.