Barreras para la innovación: la criollada
La criollada peruana -esa manera de sobrevivir que hemos desarrollado los peruanos a lo largo de nuestra historia, a través de la cual buscamos sacar el máximo provecho con el mínimo esfuerzo- es una de las barreras más importantes para la innovación.
La mal llamada creatividad peruana, el recurseo, no favorece a la innovación, sino la bloquea. Es un mal que nos afecta y que está en todos los niveles y actividades.
Escribo sobre este tema a raíz de mi último viaje a Estados Unidos. Tuve la oportunidad de reunirme con un colega en la ciudad de San Francisco y, entre algunos temas de empresas y gestión, me comentó dos puntos:
1. El asombro que le causaba la cantidad de coimas que le han pedido para realizar proyectos en el Perú. 2. La interrogante que tenía sobre si era una práctica normal que, después de llegar a un acuerdo, los peruanos normalmente tratemos de cambiarlo para favorecernos.
Son dos cuestiones que primero me molestaron internamente, pero sobre las que luego reflexioné, pues venían de una persona que conozco desde hace algunos años y que tiene una gran trayectoria profesional a nivel mundial.
Es una pena y una vergüenza que aún se piense así del Perú y de los peruanos. Perdemos oportunidades por creer que somos “vivos” y no nos damos cuenta de la imagen negativa que dejamos en los demás.
Confianza: la base del todo
Cuando hacemos algo en contra de lo que se espera de nosotros, dañamos la confianza que se nos dio. Este hecho trae consecuencias negativas en nuestro trabajo, nuestra imagen y nuestras relaciones y, como ven, ello termina siendo una reacción en cadena muy difícil de salvar.
Este fin de semana Antonio Ognio, coordinador de la comunidad Linux Perú, me envío un correo recomendándome un libro que justo hablaba de la confianza desde el ángulo empresarial.
“Liars and Outliers”, del tecnólogo Bruce Schneier, habla de los diferentes factores que determinan el funcionamiento del mercado empresarial en base a la confianza social y la importancia de pensar en el grupo antes que en el individuo para mantener el orden.
Las ideas de seguridad y libertad han cambiado completamente gracias a la Internet y a las redes sociales. De pronto, lo que antes se pensaba privado ya no lo es tanto y, así como se han desarrollado mejores sistemas de seguridad, también se han creado nuevas maneras de robar, siendo algunas de ellas aceptadas socialmente.
“As our systems -whether social systems like Facebook or political systems like Congress- get more complex, the destructive potential of defectors becomes greater. To use another term from the book, the scope of defection increases with more technology. This means that the societal pressures we traditionally put in place to limit defections no longer work, and we need to rethink security. It’s easy to see this in terms of terrorism: one of the reasons terrorists are so scary today is that they can do more damage to society than the terrorists of 20 years ago could–and future technological developments will make the terrorists of 20 years from now scarier still“.
Me gustaría resaltar el tema de tecnología. El universo digital es tan basto que aún no lo podemos manejar de manera adecuada, legalmente hablando. Esta no es una tarea sencilla por la inmensidad de lo digital, pero también depende mucho del individuo. Si somos empresas que nacen de la era digital, debemos de cuidar nuestra imagen y trabajar en conjunto.
Los beneficios de un trabajo limpio son mucho más productivos que los que se puede conseguir timando al cliente. No solo porque desarrollamos una buena imagen de nuestra empresa, sino porque logramos que la competencia confíe en nosotros, y se logre un trabajo de constante cooperación y de innovación abierta, como hablamos en el anterior post.
Recomiendo ampliamente el libro de Schneier. ya que estudia los cambios tecnológicos que estamos pasando y, por ende, el cambio de definiciones en cuanto a seguridad y confianza. La transparencia juega un papel importante en esta sociedad, cada vez más libre y menos personal. Recordemos que mientras más avancemos en la era digital, más responsabilidades debemos afrontar para que esta siga ayudando al progreso y no a las malas prácticas.
Es hora de preguntarnos qué podemos hacer para no caer en el facilismo, para hacer que el cliente y la competencia entienda el valor de los aportes que hacemos al mercado y a otras empresas. ¿Qué hacer para generar confianza y seguridad? No solo a nivel personal, sino a nivel social y empresarial. ¿Por qué no aprovechar las oportunidades, pero de manera inteligente e innovar?
Finalmente, les dejo un video que tal vez ya algunos conocen, pero que me parece fundamental para entender lo que debemos de cambiar: “Entre vivos y plebeyos”.
["Innovación+Disrupción" se publica cada dos jueves.]