Innovación y Economía
Cuando la innovación llega a la disciplina de la economía: NeuroEconomía
El campo de la economía inició una nueva revolución cuando en la primera década del Siglo XXI inició a premiar a investigadores que retaban las bases de las teoría económica clásica, dado que la economía parte de un supuesto que no refleja la realidad, al considerar al hombre como “homo economicus” que plantea que las personas tomamos decisiones de forma totalmente racional para maximizar nuestras utilidades minimizando nuestros costos, sin embargo la realidad es que nuestras decisiones tienen en su base una carga emocional muy fuerte. Es en ese entonces que apareció la PsicoEconomía y hoy en los últimos años grandes avances desde el campo de la NeuroEconomía. Ambas disciplinas han permitido profundizar nuestro conocimiento sobre el proceso de la toma de decisiones.
PsicoEconomía es la combinación de 2 disciplinas: Economía y Psicología, mientras que Neureconomía combina la economía con la psicología, y además las neurociencias para complementar y minimizar los sesgos que cada disciplina tiene.
Todos para uno, y uno para todos
El sesgo de la economía: pensar que “nuestras decisiones son totalmente racionales” y no reflejan la forma real de tomar decisiones. Si fuera totalmente racional el tomar una decisión tan sencilla como “qué tipo de transporte utilizaría para ir a mi trabajo” podría tomarnos más de 1 hora, decisión que en la realidad toma tan solo unos pocos segundos.
El Sesgo de la Psicología: Si bien al observar el comportamiento de las personas nos ha permitido a través de la PsicoEconomía descubrir nuevos avances a través de experimentos sociales, y comprender que la gente dice una cosa y hace otra cosa, la psicología (cognitiva) deja de lado el “qué sucede en el cerebro de la persona cuando está pensando qué decisión tomará, y qué decisión toma al final”.
El Sesgo de las Neurociencias: Si bien las neurociencias se centran en observar el cerebro, solo observan la parte biológica de las personas dejando de lado la parte social, porque las personas decidimos de una forma cuando estamos solos, y de una forma diferente cuando estamos en sociedad. Somos seres sociales, y nuestro cerebro es un cerebro diseñado para ser social. De ahí que al combinar las 3 disciplinas y tomando en cuenta que todo surge desde la genética, luego parte hacia entender qué sucede a nivel neuronal, a nivel cerebral, a nivel comportamental, a nivel social, y al final a nivel de entorno o ambiente.
Según la Neurocientífica Kia Nobre de la Universidad de Oxford, el cerebro construye la realidad, y la construye en base a lo que perciben nuestros sentidos, y nuestros sentidos pueden engañarnos suprimiendo información innecesaria para concentrarse en aspectos más relevantes para nuestra supervivencia como seres humanos. Por eso hoy la neuroeconomía se está esforzando en crear una teoría general unificada de la toma de decisiones , y para quienes preguntan cuál es la diferencia entre neuromarketing y neuroeconomía, la neuroconomía se centra en todo el proceso de toma de decisiones, mientras que el neuromarketing se centra en la parte del proceso de toma de decisiones que tiene que ver con el marketing.
Medición de la actividad Cerebral
La Neuroeconomía emplea diferentes herramientas de medición cerebral, dentro de las cuales están el Electroencefalograma, la resonancia magnética funcional, el magnetoencefalograma, la estimulación cerebral TMS (permite inhibir regiones del cerebro para ver qué sucede cuando se hace esto) y otras herramientas más que hoy están revolucionando la comprensión de este proceso de toma de decisiones. La Neuroeconomía tiene bases científicas muy profundas, y sus grandes avances van relacionados de forma directa al progreso de las neurociencias, por lo que veremos más avances en los siguientes meses en este campo.
La Hipótesis de la NeuroEconomía
La NeuroEconomía parte de una hipótesis sencilla, que “nuestra actividad mental es un proceso bioquímico en nuestras neuronas”, por lo que incluso en los laboratorios se ha podido predecir a niveles tan sencillos como si vas a moverte a la izquierda o la derecha, varios segundos antes de que seas consciente de qué decisión vas a tomar, ya la tomaste de forma subconsciente, aunque actualmente solo se ha podido predecir este tipo de decisiones en niveles básicos. Los ejemplos se pueden visualizar en el video de cómo una persona parapléjica puede mover un brazo robótico solo con el impulso de su pensamiento, debido a que tiene 2 microelectrodos implantados en el cerebro, previo entrenamiento, su destreza es parecida a la que desarrolla un ser humano gracias a que los sistemas del brazo robótico, que se basan en el proceso de toma de decisiones.
Futurista verdad? Mira este pequeño video de la Universidad de Minnesota (USA) de cómo pueden pilotar un dron solo con el pensamiento conectado a un electroencefalogama (EEG) de una forma no invasiva (sin implantar ningún chip).
“Pequeños Cambios, Grandes Resultados”
Si te interesa saber más sobre NeuroEconomía entérate sobre mi próxima conferencia de NeuroEconomía “Pequeños cambios, grandes resultados”, ingresando aquí: http://goo.gl/forms/e8r6OU10BB
En conclusión
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