Oportunidades de invertir en Latinoamérica
En el primer trimestre revisamos algunas ideas u oportunidades de inversión menos cubiertas o populares, pero que en dicho momento resultaban interesantes. De las tres propuestas realizadas para las distintas clases de activo: renta fija, renta variable, y alternativos, diría que a la primera la ha ido bastante bien. En dicho momento la tasa del bono del tesoro de EE.UU. a 10 años estaba muy por encima del 4% y el planteamiento era asegurar inversiones aprovechando esos niveles elevados de tasas y que, en caso las mismas sigan subiendo, se debía de incrementar la exposición. De la misma manera, en el caso de alternativos se recomendaba exposición a dichos instrumentos dado el beneficio que brindan a un portafolio en términos tanto de diversificación como de retornos esperados; y el comportamiento de esta clase de activo también ha sido bastante bueno a lo largo del año. Finalmente, en lo que respecta a renta variable, se abordaron algunas ideas que iban en contra del consenso de ese momento y que no estaban muy presentes en la conversación del mercado, pero las mismas representaban una alternativa interesante debido a una serie de factores fundamentales que le daban soporte a mediano plazo.
Dentro de las ideas en el mundo de la renta variable estaba la de invertir en Latinoamérica, región que había mostrado los mayores retornos (medidos en dólares) por dos años consecutivos. Sin embargo, en lo que va de 2024 Latinoamérica se ha quedado rezagada en términos de retornos vs. otros países o regiones, viéndose afectada tanto por un efecto de moneda (esto es, las monedas de la región se han depreciado vs. el dólar) como por una caída en los precios de las acciones de su índice. Dado ese comportamiento, vale la pena revisar si la tesis de inversión se mantiene y cuáles serían algunos de esos factores que le darían soporte hacia adelante.
Primero podemos destacar que, en términos de valorización, hoy el descuento de la región frente al resto del mundo sigue siendo considerable, aunque el mismo se ha moderado frente a los mínimos históricos que alcanzó a mediados de año. Por otro lado, en lo que respecta a utilidades esperadas, la expectativa son crecimientos elevados a doce meses, aunque estos números (superiores al 20% en el caso de Brasil y México, ambos en moneda local) han sido revisados a la baja en los últimos meses. Finalmente, analizando data histórica se observa que la bolsa latinoamericana es una de las que más se ha visto favorecida por el inicio del ciclo bajista de la Fed. Esto especialmente cuando la reducción de tasas llevó a una depreciación del dólar.
Los factores mencionados líneas arriba son los que normalmente se muestran en reportes. Sin embargo, existen otros puntos bastante relevantes para la tesis de inversión en la región y que son poco discutidos. El primero es la relación comercial con China. En tal sentido, luego del inicio de la guerra comercial entre el gigante asiático y EE.UU., se ha dado una reducción muy importante (debido a aranceles, restricciones, etc.) en la actividad comercial entre China y países como EE. UU., Alemania, Japón y Corea, por mencionar algunos casos. En dicho contexto, Latinoamérica se ha visto beneficiada incrementando su participación en la actividad comercial con China de manera relevante en los últimos años. Esto a través de exportaciones de soja, petróleo, metales, productos minerales, etc. En esa misma línea, en el contexto de esta guerra comercial y la tendencia hacia el “nearshoring”, países como México se han visto muy beneficiados en el comercio con EE.UU. De hecho, México se ha vuelto el principal socio comercial de dicho país por encima de naciones como China y Canadá. Y, solo por mencionar algunas cifras, se estima que Latinoamérica podría incrementar sus exportaciones hacia EE.UU. en más de USD 70Bn en los próximos diez años gracias a esta tendencia. Finalmente, está el cambio en la matriz energética. Al respecto, las energías limpias y los autos eléctricos demandan una mayor cantidad de metales para su generación o producción, y la región se encuentra muy bien posicionada para aprovechar esta tendencia dada su participación en la producción mundial de metales como el cobre, litio, zinc, solo por mencionar algunos ejemplos.
Todos los puntos mencionados hacen que, a pesar de los retornos mostrados durante este año, la región presente un potencial interesante. Las tendencias mencionadas, los niveles actuales de valorización, y un entorno global de reducciones de tasa resultarían favorables para Latinoamérica.