NO Todos los caminos conducen al desarrollo
Hace unas semanas estuvo nuevamente en Lima Dani Rodrik, uno de los economistas más influyentes en las discusiones sobre desarrollo económico, quien planteó algunas ideas sobre como transitar, de manera exitosa, nuestro camino al desarrollo.
En ese sentido señala que la médula de la estrategia a seguir es incrementar la productividad de la economía de manera sostenida, pero que lamentablemente nuestro país está tarde para seguir la receta estándar que se centra en el impulso de reformas estructurales necesarias que mejoren las condiciones de la economía, así como para aplicar un plan de industrialización.
Ello significa que debemos encontrar nuestra propia ruta al desarrollo. Para ello es importante replantear la estrategia de diversificación productiva fomentando una mayor coordinación entre el sector público y privado. Esto no es nada nuevo, los países que han tenido mayor éxito en su camino al desarrollo lo han hecho a partir de acciones colaborativas entre ambos sectores planteándose objetivos y metas a lograr en el mediano y largo plazo.
Sin embargo, el lograrlo impone un conjunto de desafíos para los cuales no estamos preparados. En primer lugar, se tiene que reconocer que existen fallas de mercado que limitan el crecimiento y que deber ser corregidas, para ello la acción del Estado es clave. Se debe tener la claridad de la estrategia a desarrollar, en ese sentido el Ministerio de la Producción debe asumir el liderazgo para promover políticas que promuevan el crecimiento de actividades productivas alineadas al mercado.
En segundo lugar, debe existir un liderazgo empresarial que oriente sus propuestas a mejoras de las condiciones de competencia del mercado. Sólo así se podrán impulsar reformas que allanen el camino al crecimiento.
En tercer lugar, se debe mejorar la institucionalidad, tanto pública como privada, que permita establecer los adecuados niveles de coordinación que permitan resolver las limitantes existentes al desarrollo.
Adicionalmente, debemos identificar aquellos sectores que tienen el potencial de convertirse en “tractores” de la trasformación productiva por sus niveles de vinculación con otras actividades. Identificar esos sectores en el Perú no es una tarea compleja. Entre los que tenemos con niveles de desarrollo y capacidad de eslabonamiento se encuentran la minería, la agroindustria, la industria de alimentos procesados entre los principales. A ello se debe incorporar a la biotecnología, un sector con enormes posibilidades de desarrollo y a la que se le presta muy poca atención.
Debemos entender que el sector público y el privado son socios del desarrollo, y el coordinar políticas para generar condiciones que incrementen la productividad es importante, pero se tienen que dar con compromisos recíprocos. En ese sentido, una prioridad a trabajar consensuadamente es la de generar empleo para lo cual se tiene que analizar por un lado los factores que lo limitan y por otro lado cuántos puestos de trabajo se pueden generar.
No todos los caminos nos conducen al desarrollo. Debemos construir nuestra propia ruta, tomando en cuenta las experiencias de otros países y resolviendo nuestras propias limitantes para lograr un crecimiento integrador.