CONSENSUAR PARA CRECER
En los últimos meses se viene observando una clara desaceleración de la economía que incluso está obligando a reducir los estimados de crecimiento para este año en alrededor de un punto porcentual. Sólo para reflejar este menor crecimiento podemos observar que el año pasado entre enero y mayo el PBI creció 4.83% mientras que en el 2019 este crecimiento fue de sólo 1.45%, si bien significa crecimiento no lo suficiente para crear empleo.
La disminución de la tasa de crecimiento del PBI significa que se viene produciendo menos bienes y servicios en el Perú, es decir que las empresas vienen perdiendo mercado, tanto interno como externo. Esto origina informalidad, caída de empleo digno y disminución de la inversión. Por tanto, para revertir esta situación debemos impulsar acciones que dinamicen el mercado interno y las exportaciones mediante la generación de cadenas de valor.
En ese aspecto las inversiones mineras son importantes, no sólo por la generación de valor que produce sino por las cadenas productivas que se desarrollan. Debemos construir relaciones económicas sostenibles con la creación de unidades productivas vinculadas a la actividad minera y que sean generadoras de empleo y bienestar para las poblaciones involucradas.
Este desempeño de la economía viene generando una sensación de parálisis sin que se aprecien propuestas que permitan recuperar las tasas de crecimiento por encima del 5% que teníamos en la década pasada. Existen muchas causas que impiden un mayor crecimiento de la economía la pérdida de dinamismo de la inversión privada, el retraso de la inversión pública, la crisis política derivada de la innegable diferencia de opinión entre el Ejecutivo y el Legislativo, los niveles de corrupción evidenciados y la ausencia de liderazgo entre las principales.
Todos estos factores hacen que exacerbemos diferencias en vez de buscar coincidencias. En el país se ha dejado de lado el diálogo que nos permita encontrar acciones concretas para llevar a nuestro país a celebrar nuestro bicentenario como República claramente encaminados en la ruta hacia el desarrollo.
En las últimas semanas se observa la presentación de diversas propuestas económicas desde diferentes frentes, unas mirando el mediano plazo como las del Plan Nacional de Competitividad y Productividad que seguramente será presentado por el presidente Vizcarra durante el mensaje de Fiestas Patrias en el Congreso de la República y otras más enfocadas en el corto plazo como las que vienen realizando los diferentes gremios empresariales y de trabajadores.
Sin duda, todas estas propuestas tienen planteamientos interesantes y necesarios para recuperar el crecimiento de la economía a través del impulso a la inversión y la generación de empleo condiciones necesarias para lograr bienestar y desarrollo. Pero carecen de consensos y eso en cierta forma limita su aplicación.
La lección pendiente es que no sabemos dialogar en busca de consensos, seguimos creyendo que nuestras propuestas son únicas y nadie las puede cambiar, lo que muchas veces genera discrepancias.
Tenemos que abrir espacios de diálogo que nos permita contar con una agenda común en lo económico que plantee soluciones de corto plazo que permitan ingresar a nuestro país en la ruta al desarrollo superando la trampa del ingreso medio en la que estamos inmersos.
Hace unos meses desde el gobierno y el sector privado se creó RIMAY, Centro de Convergencia y Buenas Prácticas Minero-Energéticas, que elaboró de manera consensuada entre actores de gobierno, de las empresas y de la sociedad civil una visión de la minería al año 2030 con acciones concretas que permitan consolidar una actividad económica productiva, inclusiva y sostenible con la minería como eje del desarrollo regional y nacional. Lo que demuestra que si podemos lograr consensos a partir de una visión compartida.
Debemos construir una visión común para lograr un Acuerdo Nacional para el crecimiento que promueva inversión y genere empleo digno, que sea vinculante para que sea exigible y con acciones concretas de corto y mediano plazo. Los peruanos debemos mostrar que si podemos dialogar que los intereses y las ideologías de grupo son superadas por los intereses nacionales.
Tenemos que demostrar que los peruanos si podemos dialogar para lograr consensos y que tenemos la capacidad de lograr acciones que nos permitan el Bien Común. Confío que este nuevo aniversario como República nos independice de nuestras visiones individuales para mirar de manera conjunta las soluciones que permitan lograr una agenda común que construya el camino hacia el desarrollo.
Demostremos que hemos aprendido la lección y entendamos que EL PERÚ ES PRIMERO.