El consumidor actual de música en-línea
Un reciente artículo presenta una propuesta de segmentación de consumidores de música, basándose en sus conductas para conseguirla y almacenarla. Creo que cada uno pertenece a alguna o varias de estas categorías.
El artículo, publicado en el Journal of Consumer Behaviour, señala en su título que procura el desarrollo de una tipología del consumidor actual de música, en particularmente enfocado en el usuario con acceso digital, quien puede descargar o escuchar en línea, así como piratear o bien comprar los archivos musicales.
Los autores Sinclair y Green realizaron un estudio cualitativo, basado en 35 entrevistas en profundidad, a consumidores de música contemporánea a partir del cuyos resultados delimitaron cuatro tipos de usuarios quienes en algún momento han conseguido la música de forma ilegal: piratas activos, ex–descargadores, los de cinta mezclada, y aquellos que denomina de la vieja escuela.
Es interesante la clasificación que los autores presentan debido a que el acceso legal a plataformas musicales se encuentra bastante a la mano, cabe recordar que Spotify empezó en nuestro país hace unos años y ha sido seguido por el servicio musical de Apple hace poco tiempo. Aún a pesar de este acceso legal a la música, un gran número de personas aún consigue atender su gusto musical con la adquisición pirata o ilegal a estos archivos.
Los denominados “piratas activos” describen el perfil clásico de aquella persona que consigue sus archivos musicales en línea sin pagar derechos de autoría por ello. Los “ex–descargadores” describe la categoría que contiene a que ellos usuarios que, por un ánimo de respetar la legalidad o bien por motivo funcionales, así como por el bajo precio de la acceso plataformas de música en línea como Spotify, han cesado de conseguir de forma pirata los archivos de audio.
La categoría de “cinta mezclada” hace referencia a las personas que aún recorren ambas vías, es decir, que utilizan los servicios streaming de música (quizá mayormente en sus versiones gratuitas con publicidad) pero también adquieren ilegalmente algunas de sus colecciones desde archivos en Internet.
Por último describen a un grupo de usuarios que nominan bajo el título de la “vieja escuela”. Los autores se refieren a aquellas personas quienes no piratean desde Internet por motivos éticos, sino que no lo hacen por no conocer los accesos a la música por este medio, ni tampoco las formas de pirateo. Básicamente se trata de aquellas poblaciones para quienes algunos aspectos aspectos la tecnología es un poco más lejana.
Los autores de esta investigación han ampliado el conocimiento fraccionado que existe sobre la conducta de consumo de música en formatos digitales, arrojado más luz sobre el comportamiento de aquellas personas quienes racioanalizaban sus actos de piratería con argumentaciones complejas y, en último término, incongruentes. Es interesante observar que la “ex–descargadores”, quienes han dejado la ilegalidad clientes de Spotify, Apple Music u otras alternativas, es la que muestra ser la conducta predilecta por las personas, y a su vez se encuentra en incremento.
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Fuente: Sinclair y Green (2015) Download or stream? Steal or buy? Developing a typology of today’s music consumer. Journal of Consumer Behaviour. August. DOI: 10.1002/cb.152