Nuevas realidades, nuevas necesidades
Hace casi 200 días nos juntábamos aquí para discutir el creciente comercio electrónico en el país, y los beneficios y retos que la digitalización había traído al Perú. Con lo que no contábamos era que una pandemia global de la escala del COVID-19 caería encima nuestro, tan solo días después de aquella discusión.
Fue entonces que vimos un incremento sostenido y rápido en las compras por internet; en la cantidad de empresas y comercios que recurrían al comercio electrónico como alternativa para seguir funcionando; y en los consumidores que navegaban las diversas plataformas digitales de compra para poder adquirir diversos productos y servicios.
Según la Cámara Peruana de Comercio Electrónico (Capece), durante el tiempo de duración de la cuarentena, las compras en línea en el país incrementaron en hasta un 400% de su ritmo normal. La expansión de la COVID-19 obligó a un gran número de tiendas a ingresar al sistema de ventas online. Y, a lo largo y ancho del Perú (y de toda Latinoamérica), millones de usuarios nuevos empezaron a utilizar plataformas de comercio digital como una alternativa segura para evitar el contagio y resolver necesidades.
Ahora, casi 200 días después, hemos visto una evolución en la forma en la que los ciudadanos adquieren sus productos y servicios; en la forma en la que los comercios los ofrecen; e, incluso, en la demanda de los propios consumidores, la cual hoy parece estar más enfocada en buscar opciones virtuales.
La evolución de nuestra sociedad a través de este acelerado proceso de transformación digital que el virus nos forzó a aceptar, ha demostrado la gran resiliencia y espíritu de superación que yace en todos los ciudadanos.
Hemos visto como los gimnasios ofrecen sus sesiones de entrenamiento a través de plataformas de videoconferencia o Instagram. En esa línea, cualquier persona que tenga la habilidad de enseñar algo, comunicar o entretener, y pueda manejar herramientas de pedagogía en línea, edición e interacción, podrá acceder a oportunidades laborales antes no imaginables, por la posibilidad y necesidad de los consumidores a migrar hacía un mundo no presencial.
La explosión de las redes sociales para potenciar PYMES también ha sido notoria. La posibilidad de reservar, pagar y hasta realizar consultas de manera virtual se ha vuelto una medida imperativa que todo centro médico debe de implementar. Los aplicativos de delivery han surgido como una alternativa a las largas colas y aglomeraciones en supermercados, y las plataformas de video y audio en línea o “streaming” han ocupado el lugar de los cines, conciertos y diversos sitios de entretenimiento que, por la coyuntura, han tenido que detener sus operaciones. También hemos visto ejemplos en el segmento empresarial más tradicional, de compañías que han buscado la forma de seguir adelante, aceptando el cambio y dándole un giro de 180° a sus negocios: una panadería que se volvió tienda de abarrotes, un zoológico que se convirtió en autocine o hasta una empresa de preservativos que supo aprovechar la situación para promoverse a través de aplicativos de “delivery” y escapar de los estantes.
Los ejemplos de empresas que han ayudado a otras tampoco han sido escasos. Iniciativas prominentes de apoyo a las PYMES en sus procesos de digitalización, con soluciones gratuitas que faciliten su mudanza a lo virtual, han sido instauradas y llevadas a cabo por una de las empresas que lideran la gestión de transacciones electrónicas globalmente. Por otro lado, esas mismas corporaciones sirven como ejemplo de transformación digital de conceptos que, tradicionalmente, solo funcionaban de manera física. Como ha sido el caso, por ejemplo, de los conciertos, eventos musicales que solían atraer a fans de diversos músicos peruanos e internacionales a exclusivas presentaciones; y que ahora son experiencias digitales que los usuarios pueden disfrutar en cualquier momento, desde la comodidad de sus casas y sin perder su exclusividad.
Estamos en medio de un fenómeno con impacto global, que definitivamente dejará su marca en la historia y del cual le hablamos a nuestros hijos y le hablaremos a nuestros nietos. Más aún, estamos siendo testigos del potencial en bruto que cada país manejaba para poder crecer en el mundo digital y del e-commerce. Estamos viendo el surgimiento de nuevas necesidades dentro de nuevas y retadoras realidades.
Carlos Rodríguez, Socio & cofundador de Consumer Truth, escribió un interesante artículo para el Diario Gestión, en el cual cuestionaba si esta situación nos estaba presentando un escenario de evolución digital o si, en todo caso, era uno de evolución cultural. Personalmente, creo que se trata de entender la nueva coyuntura, aceptar el cambio y caminar hacia el futuro; teniendo en claro que esta realidad, este sentimiento de seguridad y modernización que lo digital nos brinda, es una oportunidad para explotar todos los canales online con los que contamos; “sacándole el jugo” positivo a una situación compleja, pero de la cual podemos salir fortalecidos, y apoyando la evolución del Perú en el proceso.
Dicho esto, los dejo con la siguiente pregunta: ustedes, ¿están listo para aceptar el cambio y avanzar hacia la digitalización? Recuerden que el tren pasa, pero no espera mucho.