La omnicanalidad y la gran disposición de los peruanos a usar nuevos medios de pago
Como ya hemos comentado en este blog, el último año y medio nos ha enseñado mucho sobre adaptación. Aprendimos a valorar el tiempo en casa y a convertir nuestros hogares en espacios multipropósito. Un día nuestra casa podía ser una oficina, otro un gimnasio, o quizás un salón de clases. La verdad es que las personas empezaron a ver al mundo con nuevos ojos como consecuencia de la pandemia de la COVID-19 y esto nos llevó a abrirnos camino hacia nuevas formas de hacer las cosas.
El sector financiero no fue la excepción. Ante una necesidad de distanciamiento y reducción al mínimo contacto físico, distintas soluciones de pago sin contacto empezaron a volverse más populares entre los usuarios, mientras que otras tecnologías menos comunes ganaron popularidad. Así, los códigos QR, el uso de biometría, las criptomonedas, las billeteras digitales y demás, se empezaron poco a poco a popularizar dentro del mercado peruano y los consumidores comenzaron a elegirlos como métodos de pago alternos al efectivo, considerado aún más peligroso en un contexto de pandemia.
Pero ¿cómo podía el sector acomodarse a las necesidades de todos los consumidores?
Un gran paso previo que se necesitaba en el país y que llegó justo antes de la pandemia fue la aceptación multimarca en todas las plataformas de pago, eliminando la tradicional pregunta de qué POS preferirías y cualquier otra condición, de tal manera que ya no es relevante el tipo de tarjeta que tienes.
Y es que los consumidores exigen hoy en día poder escoger el tipo de medio que prefieren, y esperan una gran experiencia de uso con bajas fricciones y alta seguridad. En esa línea, según el informe New Payment Index de Mastercard, la solución parecería estar en la omnicanalidad de medios de pago, es decir, la posibilidad de usar diferentes medios de interacción según el momento y necesidad, entre los cuales están los sitios web, las aplicaciones móviles, las tarjetas físicas e incluso los canales telefónicos tradicionales, entre otros
Los gobiernos y el sector privado deben desempeñar un papel conjunto para permitir un entorno operativo seguro y protegido, que ofrezca las mejores oportunidades a los usuarios para consumir tranquilos y a los comercios para poder repotenciar sus negocios. Es aquí donde la diversificación de canales y medios de pago que trae la omnicanalidad se establece como potencialmente la mejor de estas oportunidades para introducir al mercado nacional al mundo de la nueva virtualidad de manera innovadora, tecnológica y segura frente a la estrategia de distanciamiento que se requiere porla pandemia.
El estudio referido, realizado en 18 mercados de todo el mundo, muestra que el 93% de las personas encuestadas se plantean usar al menos un método de pago emergente. Específicamente dentro de la región de América Latina, el 83% de las personas planea usar al menos un método de pago emergente como las criptomonedas, la biometría, las tarjetas sin contacto o los códigos QR. Adicionalmente, el 65% de los encuestados a nivel global confirman que ya han probado un nuevo método de pago a raíz de la COVID-19 y que no lo habrían hecho en circunstancias normales.
Además, en el Perú en particular, hoy en día, el 94% de los consumidores tienen acceso a más formas de pagar en comparación con las opciones que ofrecía el mercado el año pasado, y el 84% de ellos esperan poder comprar lo que quieran cuando quieran y cómo quieran.
Esta situación presenta a los negocios con un panorama en el cual el 79% de los encuestados peruanos afirman mantener mayor lealtad a aquellos comercios que ofrezcan múltiples opciones de pago. Por otro lado, el 81% dice que compraría más en pequeñas y medianas empresas si es que estas ofrecieran más opciones de pago. Por su parte, el 59% de consumidores peruanos afirmó que evita a los comerciantes que no aceptan pagos electrónicos de ningún tipo, siendo este grupo principalmente conformado por Millennials (64%), lo que reitera la expectativa de un alto nivel de servicio.
La situación en la cual vivimos nos ha forzado a entender al mundo de manera distinta; a mirarlo con nuevos ojos y a repensar muchas cosas. Sin embargo, a pesar de las complejidades, no hemos parado de buscar maneras de salir adelante y continuar con nuestras vidas. La omnicanalidad y los medios de pago emergentes han permitido que muchos consumidores peruanos puedan continuar comprando y abasteciéndose de manera segura.
De igual manera, esta llamada “nueva normalidad” nos ha acercado cada vez más a una mayor alfabetización digital y financiera, en pro de una verdadera inclusión. Es, entonces, imperativo que este tipo de tecnologías se popularicen mucho más, buscando mayor alcance al conocimiento y aprovechamiento de sus beneficios y facilidades para la población.
No somos pocos los que desde nuestras organizaciones estamos trabajando para ampliar el horizonte de beneficios de la que la tecnología nos ofrece, por ello no cesaremos y continuaremos impulsando una mayor difusión de estas oportunidades. Y lo haremos con la confianza de que cada vez seremos muchos más los que asumimos el compromiso de alfabetizar, incluir y aportar para hacer crecer el universo de beneficiados.