5 puntos importantes para el ecosistema financiero 2023
En el año pasado, la innovación volvió a desmarcarse a través de nuevos servicios y protagonistas en el ecosistema financiero que son producto de la natural evolución y crecimiento del mercado y también de una mirada apropiada por parte de los organismos reguladores que permiten el surgimiento de modelos novedosos para la inclusión de cada vez más peruanos. En este 2023, conviene tomar en consideración algunos puntos que son claves para continuar con una regulación adecuada y creciendo para una mayor inclusión:
1. Fortalecer a los jugadores y organizaciones del ecosistema. La constante innovación hace que aparezcan cada vez más jugadores y que sigamos ampliando el ecosistema lo cual es positivo, sin embargo, es conveniente no perder de vista que están regulados y son altamente reconocidos por todos, tienen un rol importante en el ecosistema por su visión a largo plazo y por consiguiente, promueven su adecuado funcionamiento. Esto es, no solo concentrarse en otorgar facilidades para la innovación en los nuevos jugadores, sino también fortalecer y empoderar a los ya existentes, quienes son “jugadores de muchas rondas” y tienen un compromiso largamente asumido.
2. Mantener el principio de equivalencia funcional. La importancia de saber reconocer el rol social que cumple la empresa u organización financiera para, en base a ello, poder determinar una misma regulación. Esto es, si dos o más empresas u organizaciones cumplen con un mismo objetivo o una determinada actividad, se debe tomar en cuenta que tienen el mismo riesgo, y por lo tanto, deben tener la misma regulación. El producto o servicio de una empresa, puede tener un nombre distinto a lo establecido en el mercado, pero si tiene el mismo objetivo (o rol social) tiene el mismo impacto, en caso llegue a implicar un fallo en el mismo. Por ejemplo, recientes casos del mundo cripto están llevando a los hacedores de política pública a señalar que la actividad de mantener dinero en custodia de manera profesional o habitual es una función equivalente a la de un banco, por lo que es natural que tengan una regulación similar. Esta perspectiva es clave en el ejercicio del rol regulador, y de hecho es parte de una discusión en el espacio cripto que aún se encuentra en desarrollo.
3. Una mirada completa y global al entorno de servicios financieros. Resulta quizás repetitivo señalar que estamos en un entorno globalizado en el que las fronteras por país se difuminan y todos somos ciudadanos cada vez más del mundo y menos de un solo país. Sin embargo, sí es importante que los reguladores puedan estar pensando de manera permanente en ello, pues los servicios financieros se vienen ofreciendo y dando desde cualquier país y por lo mismo, la actividad real debe ser fiscalizada y vista desde la óptica de un entorno macro para evaluar el impacto que viene teniendo, previendo posibles fallos o consecuencias para los clientes y usuarios finales.
Este punto también es relevante para prevenir posibles fenómenos de elusión regulatoria, corrupción o crimen en general. Por ejemplo, puede haber innovaciones que se ofrezcan en determinados territorios para resolver una problemática puntual (y hacerlo así) pero que, visto desde una manera global, pueden estar ofreciendo dicha solución para obtener una ventaja de manera “creativa”, que lo que busca realmente es eludir alguna norma o control que no esté regulado aún y lo requiera. Por lo cual, una mirada holística de la regulación siempre debe ser fundamental en cualquier entorno actual.
4. Fortalecer las instituciones y la privacidad. En un entorno como el actual, en el cual la evolución de los pagos digitales viene desarrollándose a pasos firmes, es cada vez más importante revisar lo establecido acerca de la privacidad de los datos e información personal. El avance debe estar acompañado de políticas y sistemas de seguridad que brinden confianza al consumidor, y ello debe venir desde los organismos reguladores, los participantes del ecosistema financiero y los productos y servicios que estén y que vengan apareciendo. La inclusión de cada vez más personas depende de la confianza que tengan en el ecosistema financiero y de que éste se mantenga sólido a través de instituciones independientes que forman parte de un sistema democrático sano de cada país.
5. Educación financiera para mejores decisiones. Este punto es fundamental para que más personas puedan incorporarse al sistema financiero con el mejor riesgo posible de pérdida, es decir, puedan involucrarse con conocimiento de causa. La tecnología y la regulación nos ayudan a llegar a más personas con más opciones, pero también dicho avance implica contar con conocimientos actualizados y de manera permanente, lo cual no es muy fácil de conseguir. Las personas deben conocer los límites de lo posible y entenderlos.
En esa misma línea, existen esfuerzos de organizaciones como la Asociación de Bancos del Perú (ASBANC) que en alianza con Crehana han lanzado una plataforma educativa llamada Finanzas al Toque, que explica los productos financieros para públicos como comerciantes, microempresarios, mujeres y jóvenes, entre otros. Asimismo, los programas de educación financiera de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS), que brinda charlas gratuitas enfocadas en jóvenes y adultos, así como a docentes, para que puedan tomar decisiones informadas.
Finalmente, la tecnología siempre puede ser utilizada para lograr eficiencias y crear valor, para generar beneficios sociales claros, como por ejemplo, para tener una mayor inclusión. Por lo cual es relevante que los organismos reguladores puedan generar un balance oportuno que permita que la industria siga evolucionando con servicios novedosos y en el que también puedan advertir posibles situaciones que generen riesgos para la sociedad.