Crisis de líderes
Vivimos un contexto muy desafiante en el país, sin rumbo, o peor aun, en uno que nos aleja del progreso. Está de moda vivir en modo “queja”, y razones no faltan. Un presidente (y todo el equipo que lo rodea) que nunca dieron la talla. Y ya estamos sufriendo las consecuencias de ello. Han perdido la confianza y el respeto de los peruanos. Nadie les cree, nadie les obedece. Para muestra un botón con la irresponsable norma de generar un feriado por un partido, que por suerte la mayoría no cumplió. El problema es cuando gente sin autoridad ejerce el poder. Y evidentemente la autoridad la adquieres en función de cómo ejerces el poder, así que estamos en un círculo vicioso.
¿Y cómo me imagino al próximo líder? Alguien íntegro, de una sola pieza. El viaje es hacia dentro y solo desde allí se aspira a liderar. Alguien con valores. Es muy fácil subirse al púlpito y dar un sermón. Predicar desde las redes , ser un charlatán y aprendiz de manipulador están de moda, de esos hay muchos. Prefiero a la gente que hace lo que dice, porque eso inspira. Liderar tiene que ver con el ejemplo. El ejemplo arrastra. Un líder que abrace valores como el coraje, que no es ausencia de miedo sino el actuar a pesar de este. Un líder con carisma y con la mente clara para guiar hacia el bien. Solo así ganará admiración. Justo al revés de lo que tenemos, y así nos va. Echamos de menos los líderes que el contexto requiere.
Pero bueno, es muy fácil criticar desde la tribuna. Y nosotros, ¿Qué estamos haciendo? Nos estamos convirtiendo en una sociedad aborregada que no lucha por salir por ella misma adelante. No es suficiente con marchas. Si, ya sé que no todos somos políticos. Los directivos tenemos una responsabilidad grande ya que podríamos hacer más por el bien del Perú. Comencemos por nosotros, liderando por el bien común en nuestras empresas. Y más importante aun, comencemos por liderar nuestra propia vida.