¿De qué nos arrepentimos al final del viaje?
Harvard hizo un estudio de personas que estuvieron en UCI y concluyeron que cuando la gente está al borde del precipicio pesa muchísimo lo que no nos atrevimos a hacer. Eso motivó algunas reflexiones luego de varias conversaciones que he tenido con gente al borde el abismo. Nadie se arrepiente de no haberle dado más dinero al accionista, sino por el contrario:
1. Ojalá hubiese buscado estar más tiempo con los que más quería,
2. Ojalá hubiese tenido el valor para expresar mis sentimientos.
3. Ojalá hubiese pedido perdón o hubiese perdonado a ese familiar.
4. Ojalá hubiese aprovechado esa oferta de trabajo que no acepté por un miedo al cambio,
5. Ojalá hubiese repensado aquel proyecto que no emprendí porque me aferré a lo viejo conocido.
6. Ojalá hubiese escrito aquel libro que solo escribí en mi imaginación,
7. Ojalá hubiese hecho ese viaje soñado con quienes más quería
8. Ojalá me hubiese declarado aquella chica de la Universidad o del colegio….
Y la lista podría seguir. No esperes la visita de esa maestra inoportuna llamada adversidad para empezar a cuestionarte de que te arrepientes. Trae todo aquello al presente, valida las cosas que aun puedes hacer y ponles una fecha de inicio. Seguro vivirás mucho mejor.