La conversación más esperada
Queridos padres, como saben hoy cumplo 49 años. Hace algún tiempo buscaba esta conversación para que me ayuden a redefinir la que muchos llaman “la mejor etapa de la vida”. Me hubiese encantado conversar mirándolos a los ojos, pero ahora me toca mirar al cielo y verlos con los ojos de la fe.
Mamá: Hola hijito. Siempre conversamos, pero que bonito tener un espacio para este tipo de temas. Y llegas a tus 49! Como vuela la vida. ¿Estás disfrutando el viaje?
Rafa: Vaya pregunta mami, no cambias! Tu vas a la yugular en una! Respondiendo, pues yo creo que si lo disfruto. Lo curioso es que cuando cumplí 40, miraba hacia atrás lamentando las cosas que nunca hice. Ahora, más bien miro adelante, y me cuestiono de que manera cumplo mejor mi propósito: Remover conciencias para bien (comenzando por la mía, la más difícil) en los disintos ámbitos de mi vida: esposo, padre, mi trabajo, mi labor de Consultor, conferencista, mentor, director y amigo.
Papá: Tarea difícil esa de cumplir el propósito, más aún cuando mucha gente piensa que es un concepto romántico que no sirve para nada. Es la misma gente que no tiene una razón de peso para esforzarse.
LAS HERIDAS DEL CAMINO
Rafa: En mis 40s cometí muchos errores, ha sido una década muy compleja, workaholismo, estrés, miedos, situación política, y pandemia. Pero no me quejo, la adversidad siempre tiene su lado valioso, porque necesitamos de ella para hacernos preguntas incisivas. La adversidad reordena nuestra escala de valores.
Esto va de aprender a perder, detectar defectos y aceptarlos con humildad. El fracaso en la vida es fundamental, nos enseña a luchar y resistir. Tu sobreviviste a muchos inviernos y saliste fortalecido. Yo he tratado de seguirte y aprender de mis derrotas y de algunas victorias. Como sabes bien, me tocó vivir en el 2020, 60 días en los que me dio Covid, mamá y tu enfermaron también y en pocos días se fueron al cielo, juntos, felices y para siempre, además falleció la persona que nos ayudaba en mi depa. Y para colmo, se murió hasta mi perro, y encima, me operaron (por sexta vez) de la rodilla. Lo tomé inicialmente con molestia y reclamos. Pero luego me dí cuenta que, como todas las crisis, son propuestas de cambio que me regaló la vida (yo le llamo Dios). Oportunidades para crecer por dentro. Como bien decías “El árbol necesita ser podado para ser más fuerte”.
Mama: Hijito, menos mal que te diste cuenta ahora y valoras eso, porque en su momento te quejabas bastante. Y si pues, todo tiene su precio. Por cierto, a ti que te gustan las preguntas, te has fijado ¿Cuánta vida te ha costado tu sueldo?, ¿Cuántos momentos que debiste estar en familia?, ¿Cuánto trabajo extra por no saber trabajar en equipo, o no saber decir que no?, ¿Cuántas preocupaciones que sólo existían en tu imaginación? Todo tiene un precio. Y la felicidad también. Implica priorizar, vivir es elegir.
Rafa ¿Han venido afilados con las preguntas los dos no? Ahh, mucho tiempo viviendo permanentemente enchufado al trabajo, y al qué dirán, vivía un poco muerto, aunque para serles sincero, parte de ello lo conservo aún, son esas batallas interiores que sigo luchando. Es fácil predicar la teoría, lo difícil es jugar el partido y ganar, lo que se traduce en disfrutar la vida. De hecho, una de las cosas que más admiré de ustedes fue esa capacidad para disfrutar la vida, cada uno en sus pasiones. Con todas esas horas de vuelo, ¿Qué consejos podrían darme?
5 IDEAS CONTRAINTUITIVAS
Mamá y papá No hay una fórmula perfecto hijo para una vida buena. Lo que hay son premisas claras, cuando las tengas, tus decisiones serán más fáciles. Acá algunas de ellas:
1. No te confundas. Invierte en tus verdaderos tesoros: Tu relación con Dios, tu familia, amigos, y un trabajo con sentido.
2. No te pelees con la realidad, haz las paces. Esto lo leímos en un libro que nos regalaste de tu profesor y coach Santiago Alvarez de Mon. Tu vida es la que es, no la que te gustaría que fuera. El no asumirlo, es frustrante, provoca una intoxicación de pesimismo y de indignación. Solo aceptándola serás capaz de cambiarla. Otro de tus amigos, Victor Kuppers decía que tu actitud no puede depender del contexto, sino de la interpretación del mismo. No puedes cambiar el clima, pero sí elegir la ropa más adecuada. Mira el vaso medio lleno y actua en consecuencia.
3. Vive más despacio. En un mundo en el que “vivir a mil” está de moda, además suena a “importante”, reivindica el privilegio de la pausa, la necesidad de enfocar la mirada hacia adentro, de revisar tu conciencia, eso hará que cruces de la tensión a la plenitud. «Ten cuidado con el vacío de una vida muy ocupada», decía Sócrates. Y sabes bien que cuando liberas tiempo para tus hobbies, quien más gana es tu lado profesional. Siempre te hemos escuchado que las ideas más brillantes se te ocurrieron corriendo, escuchando música o en el sauna, rara vez sentado frente a tu laptop.
4. Deja el orgullo de lado. No te fijes sólo en tus éxitos, porque eso te convertirá en un ser arrogante, sino enfócate en cuanto bien te falta por hacer. Alínea bien tus retos y tu preparación porque solo en la intersección más alta de ambos llegarás a apasionarte por lo que haces y ayudar a mucha gente.
5. Gestiona bien tu tiempo y tu atención. De eso dependerá tu nivel de ansiedad o de felicidad. Fiscaliza tu agenda y elige conscientemente enfocar tu atención a lo que quieras percibir. Madurar es prestar atención a lo importante, no a lo fácil. Recuerda que lo que te altera te controla.
Pero bueno, vamos terminando porque ya debemos estar aburriendo a la gente que nos lee. Y tu Rafa, ¿Qué equipaje tomarás en cuenta para continuar tu viaje?
Rafa Los infaltables: una mente curiosa, con ganas de aprender siempre, con muchas ilusiones, y que tenga la capacidad de asombrarse con las cosas simples de la vida. Un corazón agradecido, lleno de amor (entendiendo esto como buscar el bien del otro). Y fuerza de voluntad para cumplir lo que me proponga con perseverancia y disciplina. No deben faltar el miedo y las dudas, porque no tenerlos me harán (más) imprudente e ignorante.
Y por cierto, dejar de lado el victimismo ya que eso me genera ansiedad, y luego hay que tomar pastillas para calmarla. Necesitamos cambiar el mundo, no que nos mediquen para soportarlo.
CONCLUSIONES
Mamá: Hijito, recuerda lo que te decía los últimos años que estábamos juntos. Tu padre y yo conocimos muchos amigos que al final de sus vidas se arrepintieron de haberle dado una excesiva importancia a cosas que no la tenían, de no haber hecho más feliz y pasado más tiempo con tanta gente que tenían cercana, de no haber formulado y encontrado las respuestas a las preguntas más imporantes de la vida, de no haberse involucrado en proyectos de vida nobles y con sentido y haber vivido permantemente su “Plan B” y finalmente de no haberse aferrado a su fe. Recuerda siempre lo que decía un santo, que la felicidad del cielo es para los que saben ser felices en la tierra.
Las métricas sobre las que seré evaluado al morir, que es al final lo que de verdad importa, no son cuantas utilidades le generé a la empresa de turno ni el dinero que hice ni los likes que tuve sino cuan cerca estuve del propósito para el que fui creado. Esto no significa por cierto que el dinero y/o la fama no sean importantes, diría que son una feliz consecuencia de cumplir bien mi propósito.
Querido lector, como sabes, mis padres partieron hace 4 años exactamente y quise hacerles este pequeño homenaje en un formato que te invite a agendar esa conversación pendiente con quienes más te quieren. Cuidado con postergar lo importante. Los que dejamos en la cola suelen ser nuestros seres más queridos. A lo mejor descubres ideas que habían estado enterradas y el sacarlas a la luz, te pueden cambiar la vida! Piensa profundamente sobre ellas, solo luego, actúa! Vive sin prisa, pero con alma!!