¿Qué es un "especialista en regulación"?
Ser “especialista en regulación” tiene varios problemas, algunos derivados del hecho de que no se sepa exactamente qué es o qué hace y el otro tiene que ver con que -una vez que averiguamos qué es- preferimos a cualquier otro especialista antes que a él.
Primero, qué no es. Un especialista en regulación no debe ser confundido con un especialista en regulación sectorial. Un especialista en regulación sectorial es un profesional con un conocimiento profundo sobre la maraña regulatoria de un sector específico de la economía; por ejemplo telecom o energía. Dependiendo de su carrera base, tendrá un conocimiento mayor o menor sobre temas técnicos asociados a la regulación. Si es un buen abogado, conocerá también algunos aspectos económicos y técnicos ligados a la industria. Si es economista o ingeniero, tendrá más conocimientos sobre tarifas, cálculo de multas y otros aspectos técnicos, pero quizá menos habilidad para interpretar las obligaciones regulatorias.
Un especialista en regulación tampoco es un experto en Derecho administrativo. El Derecho administrativo lidia con principios generales y reglas aplicables a los procedimientos administrativos, de forma transversal a cualquier industria. Los abogados de esta rama del Derecho, al menos en Sudamérica y Europa, suelen ser abogados dogmáticos, con pocos o nulos conocimientos sobre economía. Podría decirse que tampoco lo necesitan demasiado para su actividad diaria: los mejores “administrativistas” de estas partes del mundo son abogados dogmáticos.
Tampoco es un experto en “calidad regulatoria”, ya que los abogados y economistas expertos en “calidad regulatoria” son burócratas o consultores especialistas en un “tool kit” diseñado para moderar el impacto -idealmente- o -realmente- justificar la existencia del “estado regulatorio”.
¿En qué es experto entonces un especialista en regulación (económica)? Es experto en las justificaciones, explicaciones y efectos de la regulación; la cual analiza con un prisma (micro) económico en principio, pero que en realidad se puede nutrir de cualquier ciencia (matemáticas, psicología, historia, sociología, comunicaciones, etc.). El esquema de análisis de un experto en regulación económica no se circunscribe a un sector regulado, sino a cualquier norma, que puede variar desde una norma de tránsito hasta una regulación sectorial (como las comentadas en el primer punto); o, incluso, la constitución de un pais. Los expertos en regulación suelen ser economistas, abogados o científicos políticos, pero en realidad no se circunscribe a una profesión en particular.
Parafraseando a uno de los mayores expertos de regulación de la historia, Alfred E. Kahn, la teoría (y práctica) de la regulación económica tiene como objeto la defensa del libre mercado. Esto puede parecer más ideológico que técnico, pero solo desde una mirada inexperta. El entendimiento de la teoría económica de la regulación nos lleva a la conclusión de que es casi imposible justificar una regulación específica; fuera de las normas marco como el Derecho civil, penal o constitucional. Es tan complicado encontrar una falla de mercado -que sea conveniente eliminar mediante regulación-, como encontrar un unicornio. La tarea del experto en regulación suele ser demostrar esto y -con eso-, indirectamente, defender el mercado.
Pero ésta es una tarea poco apreciada. La respuesta de un especialista en regulación muchas veces será “no hacer nada”; lo cual es una respuesta impopular entre políticos y la ciudadanía. Por eso, los especialistas en regulación solemos ser reemplazados por pseudo especialistas en las materias de fondo que buscan ser reguladas; o, por especialistas en calidad regulatoria que son activos promotores del aparato estatal, queriéndolo o sin querer. Tomen casos como la pandemia o la alimentación saludable o la reforma universitaria. Fueron médicos; nuevamente médicos (con pretensiones de nutricionistas); y, educadores o economistas y militares (!) (con pretensiones de educadores) los que nos hablaron de justificaciones y prometieron efectos de regulaciones que -en el fondo- no comprendían o -más realisticamente- tenían razones para llevarnos por caminos distintos a los que sugeiría un -verdadero- especialista en regulación económica.
Por otra parte, el entendimiento de la regulación y la defensa del libre mercado debería ser una tarea de todos. Quizá el rol más importante de un especialista en regulación sea educar y orientar al público sobre las reales causas y los efectos de las regulaciones. Si el proceso regulatorio es como un mercado, lo que existe es demanda por regulación. Si no variamos esa demanda, el resultado seguirá siendo el mismo. Aquí un estudio de regulación, que puede servir de ejemplo (clic aquí).
Finalmente, “regulación económica” no es algo que se enseñe en la universidad habitualmente (al menos, no a nivel de pre-grado), pero debería enseñarse. Regulación económica es tanto o más importante que clases de civismo o de educación financiera. Al final del día, todos somos ciudadanos en un “estado regulatorio” (más desarrollo, aquí). La regulación es lo que define las democracias occidentales (o asimiladas a occidente) actualmente.