Una trilogía que atenta contra el desarrollo
Quienes creen que la complejidad para crecer y lograr los objetivos empresariales está en afrontar un menor crecimiento de la economía, las consecuencias de un Fenómeno del Niño que no se define, o la incertidumbre natural que generan los procesos electorales en el país, se equivocan.
En muchas provincias existe una trilogía que daña y atenta contra el desarrollo y que hará que usted sienta que todo lo anterior no es más que un problema menor. Esta trilogía se compone por lo general, por una autoridad populista, incompetente y en algunas ocasiones corrupta, por uno o varios medios de comunicación dispuestos a trascender, aplicando estrategias de ataque contra el potencial inversionista, y de una persona(s) natural o jurídica que busca en el ataque al inversionista, una plataforma para trascender y por qué no, mañana ocupar un cargo público relevante.
El objetivo de la trilogía en mención es “defender” a su ciudad (hasta ahora no entiendo de qué) y protegerla de esas “fuerzas enemigas” que a su entender se componen por el inversionista y sus recursos que llegan en una especie de invasión, a alterar el status quo de la trilogía en mención. Aquí no hay riesgo ambiental, ni de depredar nada, solo se trata de una inversión inmobiliaria dentro de los parámetros fijados por una Municipalidad.
Azuzada por la trilogía, la población ha de preguntarse ¿por qué los inversionistas decidieron llegar precisamente a su ciudad?, ¿qué vieron ellos que nosotros no vemos?, ¿en qué nos van a afectar?, generándose una sensación de desconfianza que no les permite mirar, en muchos casos, los beneficios que diversas inversiones privadas pueden llevar a sus ciudades.
Es lamentable que en algunas ciudades se vea al inversionista como el enemigo. La aplicación de la famosa frase del general Benavides se cumple al pie de la letra, para mis amigos todo, para mis enemigos la ley. No conforme con desprestigiar, la trilogía aplica con frecuencia otra arma muy peligrosa; comenzar a atacar con denuncias penales en su terreno y con todo lo que esto puede potenciarse, apoyado por malos medios y voceros de pacotilla.
Lo comentado no se basa en suposiciones ni en historias contadas sino en experiencias reales. A pesar de todo, no hay que dejarse derrotar, la razón tiene que triunfar, la voz del pueblo, a veces manipulada por la trilogía, debe ser escuchada y como el ABC del marketing lo dice, se debe dar a los consumidores lo que quieren, en el caso de los Centros Comerciales esto se traduce en que la modernidad se acerque a su casa, que el bienestar llegue y la calidad de vida sea otra. La trilogía del mal no debe triunfar, eso es darle espacio a la mediocridad y a la manipulación, para privilegiar los intereses de pocos sobre el beneficio de muchos.
Una barrera más, que lleva a quienes invierten y luchan por ello, a disfrutar más sus logros. Ya sabe, no se lamente ni por la desaceleración ni por la incertidumbre electoral, recuerde que hay quienes además deben enfrentar a la trilogía, y derrotarla, en aras del desarrollo y la modernidad en diversas partes de nuestro país.
Las cosas siempre pueden ser más difíciles de lo que uno se imagina, por eso detrás de un entorno complejo puede haber otro peor. Deje de quejarse por este entorno y siga adelante.