Nicole Balansky: "El arte es una respuesta totalmente personal y subjetiva"
La primera vez que vi a Nicole fue trabajando. Ella era especialista en Marketing de moda, algo que yo siempre había querido estudiar. Había vuelto de Argentina y tenía un look de rubia regia que me hacía pensar que era una chica con bastante estilo. En el tiempo y luego de un tropiezo de primera impresión, nos volvimos íntimas amigas. (Eso fue inminente!). Aunque aún hoy lo somos, creo que entrevistar a Nicole es hablar con un Millenial de carne y hueso; una especie revelada en cada gesto, palabra y decisión que va tomando. Esta es la historia de una de las personas que más aprecio hoy y que más me ha enseñado en los últimos 3 años en Lima.
Nicole Balansky es egresada de Marketing de Moda en Argentina y trabajó ampliamente en proyectos relaciones a ellos en Lima. Hace ya 1 año dio un giro simpático al crear su propia galería de arte llamada Rottenslat; con ella ha viajado a ferias de arte internacionales y ha formado una serie de artistas jóvenes que con gusto encontraron una plataforma seria que los represente. Sus opiniones en esta entrevista versan de ello, de aquello y de lo que viene. Lea.
¿Cuál es la mejor forma de abordar la vida? ¿Existe alguna?
Existe más de una, seguro. La mejor que yo he encontrado hasta ahora es la que me enseñó el yoga: balance y paciencia. No tomarse las cosas a la ligera pero entender que tampoco son tan serias, ese tipo de cosas. (Siempre me acuerdo de un cuadrito que vi que decía -frente a un poblema- ¿puede hacer algo/tiene solución? Si sí, entonces por qué te preocupas, si no, entonces por qué te preocupas. Es genial) Que nada pasa de un momento a otro, son procesos y cada paso cuenta. No son fáciles de recordar siempre, pero son las claves que, a mí, extremista e impaciente por naturaleza, me ayudan todo el tiempo.
Trato de recordarme, también, que nada en la vida es definitivo excepto la muerte, la cual es inevitable y no debe ser temida.
Y tomarse todo como una experiencia y aprendizaje, después de todo, para eso vivimos y nos pasan cosas, para aprender. Nada ha sido en vano si de cada situación has aprendido
¿Qué estudiaste y qué haces ahora? ¿Crees que los estudios son determinantes para el éxito laboral de una persona?
Uf. Esta pregunta me atormenta por lo menos una vez a la semana. Empecé a estudiar arte en la PUCP y terminé Marketing de Moda en la Universidad de Palermo. Ahora soy directora de Rottenslat, una galería de arte emergente -después de haber pasado por 5+ trabajos. Creo que no existe una fórmula, pero inevitablemente vivimos es una sociedad que tiene un sistema y, en este caso, un filtro importante son los estudios y/o diplomas que un profesional pueda mostrar como referencia de sus capacidades, aptitudes, conocimientos… Me gusta estudiar y me encantaría hacer un master, pero no creo que tenerlo asegure algo. Me fascinaría ver una evolución en el sistema de selección para programas de post-grado, por ejemplo, verlos basarse en un proceso mucho más personalizado.
Siempre te oigo hablar del ZEN. ¿Qué es? ¿Qué significa para ti?
Me apropié de esa palabra y le di mi propio significado, una mezcla de conceptos pero que tiene demasiado sentido para mí. Es el chi, el flujo vital de energía, es mi centro de gravedad, la alineación y equilibrio emocional, espiritual, mental y físico. Es la mente cesante de fluctuaciones, estar en paz conmigo misma sabiendo que he sido coherente. El zen busca la sabiduría. Para mi es eso, estar tranquila, alineada, no permitir que factores externos desequilibren mi centro de gravedad, actuar de forma auténtica y poder respaldar cada una de mis acciones sin dudar de mi misma, de haberme comprometido. Mi zen lo encontré hace poco y lo valoro muchísimo. Estoy aprendiendo a cuidarlo y mantenerlo.
¿Qué es lo que más ha cambiado en tu vida en los últimos 10 años?
Asu, no tengo idea a donde estaba hace 10 años. A ver, tenía 15, o sea que estaba en 4to de media. Mi forma de pensar, está en evolución perenne. Mis paradigmas, prejuicios, creo que he ido (y sigo) abriendo mi mente. Pero un cambio radical fue independizarme económicamente de mis padres cuando empecé a trabajar en Lima y volver a necesitar su ayuda ahora que emprendimos el proyecto de Rottenslat, la galería. No ha sido nada fácil para el ego bajar la cabeza.
Lo que más ha cambiado, en cuanto a frecuencia, ha sido mi pelo. Lo he tenido largo, enano, marrón, con rayitos, pelirrojo, marrón otra vez, rubio, rosado, gris, rubio de nuevo. Y seguirá cambiando, ah.
¿Te consideras perfeccionista?
Pues, sí y no. Ed Ruscha tiene un grabado espectacular que dice: “review it, look it over and whatever” y eso es, básicamente.
Por otro lado, Woody Allen dijo algo así sobre la perfección: “uno como artista siempre busca alcanzar un logro, pero nunca pareces alcanzarlo. Terminas algo y el resultado siempre podría haber sido mejor. Intentas de nuevo y vuelves a fallar, lo cual llegas a disfrutar. Nunca pierdes de vista tu objetivo, simplemente pruebas nuevas cosas. ¿Qué pasaría si encontrara la perfección? ¿Qué haría entonces?”
Me parece que llamarse perfeccionista muchas veces sirve como un escudo detrás del cual esconderse, por miedo, inseguridad, cualquiera que sea el motivo, es una forma de evitar ser juzgado pues nunca revelas el producto final “por que no está perfecto, aún no está listo”. Tampoco me parece un ideal al cual aspirar, no sé que es algo perfecto. No creo que existe tal cosa.
No es conformarse, es cuestión de saber cuándo hay que saber cuando parar. Después de darle las vueltas necesarias, whatever, lánzalo al mundo.
¿Qué es arte para ti hoy?
Es una respuesta totalmente personal y subjetiva. Para mí es el juego de las facultades -la vivificación: aquello que crea un puente inesperado e inexplicable entre el entendimiento y la imaginación, la sensibilidad. El fondo y la forma, una experiencia a priori y a posteriori.
¿Crees que el sistema social en el que vivimos entiende y premia a la gente creativa?
No tanto. El trabajo creativo es de los más difíciles de valorar. Lo ves todo el tiempo cuando tratan de gorrear un diseño gráfico, cuando piden una pieza de regalo, “total, puedes pintar otra” o incluso cuando sueltan frases como “yo también lo podría haber hecho”, despreciando todo el proceso de investigación y creativo que hay detrás. También lo ves desde el lado del artista, no le es tan fácil ponerle precio a su obra o producto. Más allá del arte, creo que siempre es complicado para los creativos, al ser gente que piensa diferente, especialmente en una sociedad conservadora como la nuestra, reacia al cambio y temerosa, tienden a ser señalados como raros o locos, quizás hasta como desadaptados. Sin embargo no tienen que ser mutuamente excluyentes: la tradición puede abrazar la innovación y la innovación respetar a la tradición. Aunque según Martinetti, en el manifiesto del Futurismo Italiano -y esto es riquísimo- debemos aprender de nuestros antepasados y luego desecharlos y romper con ellos para poder crear algo actual y relevante; más adelante vendrá una nueva generación que hará lo mismo con nosotros, pues nuestras instituciones y museos ya serán cementerios.
Si es sistema en el que existen no los reconoce ni los premia, son ellos los que se encargan de engendrar un nuevo sistema y ese cambio es su premio.
Veo cada vez más gente que se anima a ser más y más auténtica, dejando de preocuparse por la opinión de los demás y veo reacciones muy opuestas: la gente que lo celebra y la gente que no puede manejarlo, se asusta y lo trata de invalidar. Aplaudo y admiro a estas personas, que sin atentar contra nadie, decidieron que no les interesa lo que piense el resto y ser ellos mismos.
De hecho, yo crecí en una casa de padres religiosos y en una comunidad muy chica y muy dedicada a opinar sobre la vida de cada uno y hasta hoy me cuesta, aunque no me limita, saber que estoy siendo juzgada siempre, en cada movimiento.
¿Estás segura que lo que haces es lo que harás los próximos años de tu vida?
¡No! Como dije al principio, lo único certero, inevitable y definitivo es la muerte. Sí creo que ahora estoy construyendo los cimientos de algo duradero y me encantaría que sea así, dedicarme a Rottenslat por muchos años más mientras la galería y sus artistas crecen. Pero, ¿quién sabe? La vida tiene un sentido del humor negro, ácido y hasta irónico; uno hace planes y ella se ríe en tu cara. De hecho, creo que hacer planes es súper importante, principalmente para tener una especie de control anticipante para cuando éstos se deshagan. Saber que muchas cosas pueden salir mal y estar preparado siempre para lo que pueda fallar, que probablemente sea bastante. Ahora, eso no tiene por qué ser malo, eh. Simplemente es saber adaptarse. Aprender a surfear las olas que vienen.
¿Qué es lo que más te cuesta día a día?
No perderme en pensamientos. Mi mente avanza mucho más rápido que el resto de mí. Hacia lugares lindos y hacia otros oscuros. Mantenerme concentrada o calmada me cuesta mucho. Especialmente ahora, con el reto que Rottenslat representa. Varias veces al día me pierdo en angustias, el mismo circulo de pensamientos que se repiten cíclicamente. Salir de ahí es, ahora, cada vez más fácil. He encontrado un estado de balance y alineación entre energía y materia que me permiten recordar a dónde estoy y a ver la cosas con calma y claridad, lo cuál me permite salir de ese espiral de miedo que abruma. Pero me cuesta no entrar en él.
¿Cuántas veces has dado giros inesperados en tu vida?
Todos los días. Soy espontánea y me sorprendo a mi misma más seguido de lo que creerías.
¿Estás convencida de vivir en Lima? ¿Qué le pedirías a la ciudad?
Lo rico de Lima es que es casi un lienzo en blanco, donde están empezando a suceder cosas y las oportunidades y posibilidades son muchas. Es el lugar para crear. Le pediría que no sea muy prejuiciosa y que sea receptiva al cambio, a la innovación y la creatividad. Que no dude tanto y tenga más confianza para salir de su zona de comfort.
Fuiste a la marcha “Ni una menos”. ¿Qué piensas del tema?
Con el dolor de mi corazón, no fui. Estaba trabajando y no logré salir a tiempo. Me parece impresionante, esperanzador y me emociona muchísimo ver tanta camaradería entre las mujeres gestado de algo tan doloroso y fuerte. Mujeres que hemos sido intransigentes con otras mujeres, que las hemos juzgado y criticado, hoy nos damos cuenta de lo infundados que estaban esos pensamientos y se siente una empatía inmensa que nos hace hermanas.
Deseo la igualdad, frente a la ley, a los derechos, en la condición humana… Pero no creo que las mujeres y los hombres seamos iguales. Y no me parece que está mal. Podemos ser diferentes sin necesidad de jerarquías u órdenes verticales.
Cuéntame de tu estilo de vida, dónde comes, qué haces los fines de semana, dime si haces deporte o etc cuál es tu mejor plan para relajar…
Mi estilo de vida (risas) es recontra dual, como yo.
Me encanta comer (un montón y chanchadas) y hacer mi detox de extractos, comer saludable. Me encanta clavarme al sofá y ver películas, pero también amo salir a correr y entrenar Muay Thai con mi profe. Salir con mis amigos y loquear o hacer una tina y sumergirme un par horas en un libro pueden ser mi mejor fin de semana. Planes que inviten conversaciones reales, confrontaciones, debates. Quedarme sola y ser mi propia amiga…
Cuéntame más…
Entreno Muay Thai con mi profe Daniel Darcourt, que es lo máximo. Salgo a correr, pero sola me cuesta. Nunca he sido muy deportista pero he aprendido lo importante que es hace ejercicios y a reconocer lo bien que me siento cuando entreno y la falta que me hace cuando me gana la flojera. Así que estoy tratando de ordenar mi vida hacia ese lado saludable. Salir menos, comer mejor, hacer más deporte.
Mis fines de semanas no son iguales nunca, por suerte! A veces ir al cine es lo único que necesito. O matar mis energías en el día caminando, en exposiciones. Hay fines locos, cuando me junto con un grupete especial (que no veo muy seguido y por eso es mágico cuando nos juntamos) y con ellos nos vamos de fiesta seria. Pero de lo que más me gusta, es ir a lugares donde pueda hablar sin gritar, al aire libre (amo las terrazas), donde no me sofoque por el calor/cantidad de gente y que pueda bailar sin sentirme observada.
Mi mejor plan para relajar y que nunca falla es: salir a correr (esta es la única variable dispensable, pues ya sabes, me gana la flojera muchas veces), hacer una tina y quedarme ahí una o dos horas. Con un buen playlist y/o libro, una copa de vino y una mascarilla si estás afanada. Comer un panqueque de manjar blanco también sirve, pero su efecto es más cortoplacista y al final siempre pienso, “debería haber salido a correr en vez.”
Gracias Nicole, me voy a robar un par de hábitos tuyos para este mes.
Risas…