Alessandra Sala: "Integro mucho a mis hijos en mi vida"
Alessandra Sala es dueña de D’Sala Café. Su sueño empezó luego de tener su primer hijo y no ha parado desde entonces. Recuerda en esta entrevista su paso por la fotografía, sus individuales, su aventura al volverse mamá en los últimos años y los detalles que hacen sus días tan agitados. ¡Lea!
¿Cómo fue la experiencia de hacer su propia individual?
Estaba con el corazón roto y para mi la fotografía era muy terapeutica. Me encerré mucho en ese primer proyecto y sucedió desde la primera vez que entré a la Clínica Italiana; me sentía como ese lugar y no pare de ir de día o de noche hasta tener las fotografías que yo creía suficientes para la muestra. De hecho nunca pensé hacer una exposición pero al enseñarles las fotografías a Cecilia Gonzales le encantó y todo arrancó vuelo.
¿Qué elementos fueron determinantes?
Para mi la escenografía. Sabía que era igual de importante que el arte en sí, no quería que fuera en una galería de paredes blancas porque no iba con lo que yo sentía. De hecho, en el momento de las fotos escuchaba música que le di a un pianista para que la tocara mientras ocurría la exposición. Buscaba una crear una experiencia completa.
¿Qué buscaba transmitir?
Quería que al entrar, la gente entendiera la desolación que yo sentía en ese momento.
¿Fue su única exposición?
No. Después hice otra que se llamó “Tras el telón” con la Municipalidad de San Isidro. Esa iba sobre la “doble cara” de la gente en la ciudad.
¿Ojos que no ven corazón que no siente?
Eso. ¡Quería desenmascarar eso un poco!
¿Qué tipo de fotografía la define?
Me gusta aquella en la que puedo entrar a fondo y eso implica dedicarle mucho espacio mental. Cada exposición era un hijo prácticamente.
¿Ha dejado de hacer estas exposiciones?
Sí… decidí formar mi propia familia.
¿Cómo define su profesión?
Digo que soy fotógrafa principalmente.
¿Qué es D’Sala café?
Es un emprendimiento que nace de cero. Abrí un café porque me encanta y además era la cosa que más compartía con mi papá desde que era niña.
¿Qué es el café para usted?
Disfruto lo que está detrás de eso en realidad. La idea de siempre conectarse y crear conversación a través de una taza de café es algo que experimenté de primera mano en el primer local que tuvimos. Era pequeño pero vimos cómo clientes que llegaban solos se hacían amigos entre ellos. ¡Se crea como una comunidad!
¿Cuáles han sido los retos al ser mamá y tener el emprendimiento?
Mi vida es casi un circo. A veces siento que estoy haciendo todo mal pero hago lo mejor que puedo. Creo que el principal reto es el tiempo y como mamá soy bastante involucrada con mis hijos. De hecho, integro mucho a mis hijos en mi vida, los traigo a la cafetería y el mayor a veces ayuda a moler café.
¿Pensó alguna vez en estudiar alguna carrera alineada a los negocios?
Empecé estudiando Administración pero luego de nivelación sabía que no era lo mío. Decidí salir de Lima y fui a Barcelona; ahí retomé mis estudios de administración y luego estudié fotografía.
¿Cómo tomó la decisión de estudiar fotografía formalmente?
Creo que en esa época Barcelona me impulsó a hacerlo porque ahí la fotografía no era un hobby. Era una profesión.
¿Se puede vivir de la fotografía?
Sí, pero hay que ser muy disciplinado. Y realmente, con tanta tecnología muchos pueden tomar una buena foto. Ver que por $50 le dan el trabajo a otro es fuerte.
¿Pone sus piezas en los D’Sala Café?
Tengo varias expuestas pero no quiero que todas sean mias tampoco… . ¡Hay tanta gente trome! Jenny Woodman por ejemplo…
¿Suele comprar arte?
Mi esposo y yo somos coleccionistas de fotografía.
¿Cómo disfruta su estilo de vida en Lima?
Trabajo un montón. Mi rutina son mis hijos y adoro estar con mi familia. Salimos a comprar al mercado, cocinamos en casa y si salgo a comer me gusta La Gloria. Si no tomo café en mi cafetería caigo en Bottega Dasso porque me gusta el ambiente y tienen también buen café. Carnaval para tomar un trago y para comer Osaka. Me gusta ir al mercado de productores los fines de semana.
¿Cuál es el plan a futuro?
Quizás mudarnos a otra ciudad. ¡De repente Londres!