No es la automatización, son las narrativas: el verdadero poder de la Inteligencia Artificial
Si empiezas cualquier libro, cualquier historia, cualquier guión u obra teatral cautivadora, tu mente empezará a construir un imaginario único. En ese momento razones y emociones se mezclan y por un momento el cuerpo, que es esencialmente biología, ADN y lenguaje, empezará a sentir una nueva realidad. Así funcionan las narrativas en nuestra mente y sobre ello habla el historiador Yuval Noah Harari en su último libro “Nexus: Breve historia de las redes de información desde la Edad de Piedra hasta la Inteligencia artificial”
Plantea que el verdadero poder transformador de la inteligencia artificial no reside en su capacidad de procesar datos o automatizar tareas, sino en su habilidad para crear y manipular narrativas que dan forma a nuestra realidad.
Mientras nos preocupamos por si ChatGPT nos quitará el trabajo o si Midjourney revolucionará el arte, estamos perdiendo de vista algo más fundamental: estas herramientas están redefiniendo cómo construimos y consumimos historias. Para los comunicadores, líderes, directivos, aquellos que construimos percepciones, esto no es un detalle menor. Es, probablemente, el cambio más significativo al que nos enfrentamos.
Cuando escribes un mensaje en WhatsApp, publicas un contenido en LinkedIn o compartes una historia en Instagram, no estás simplemente transmitiendo información. Estás contribuyendo a una narrativa más grande, a una forma específica de ver y entender el mundo. Ahora, con la capacidad de la inteligencia artificial, esto se potencia en la generación de muchas variaciones de una historia, adaptadas perfectamente a cada audiencia.
Las narrativas siempre han sido poderosas. Son el nexo que mantiene unidas a las sociedades, desde las religiones hasta las naciones, pasando por las marcas comerciales y corporativas. Como menciona Harari, todo son historias que hemos acordado creer colectivamente. La diferencia es que ahora, por primera vez en la historia, tenemos máquinas capaces de crear y distribuir estas narrativas a una escala sin precedentes.
¿Recuerdas cuando los memes eran solo imágenes graciosas? Hoy son vehículos de movimientos sociales, campañas políticas y cambios culturales. La Inteligencia Artificial no sólo está acelerando su producción, sino que está aprendiendo a entender qué hace que una narrativa conecte con las audiencias, qué la hace viral, qué la hace consistentemente creíble.
No se trata solo de dominar el arte de contar historias, sino de entender cómo estas historias pueden ser amplificadas, transformadas y redistribuidas con el apoyo de la inteligencia artificial. La pregunta ya no es si seremos reemplazados por máquinas, sino cómo podemos trabajar con ellas para crear narrativas más impactantes, más significativas y, sobre todo, más humanas.
La Inteligencia Artificial se convierte en un agente que ayudará a expandir la construcción de significados. Y esa es, esencialmente, la batalla que debemos ganar.
Por Victor Lozano Urbano