Cómo no enseñarle a su hijo a montar bicicleta: Aprendizaje e Innovación.
El miedo al error impide que cuestionemos nuestra forma de aprendizaje. En lugar de continuar aprendiendo preferimos darle un repaso a la misma lección una y otra vez. Tal vez, esta sea una de las razones por las cuales las empresas nunca se alejan de las creencias de sus industrias.
Tomemos como ejemplo el proceso para aprender a montar bicicleta. Cuando el niño está entre los 3 y 4 años de edad, sus padres suelen comprarle su primera bicicleta. Antes de iniciar las lecciones, a cada costado de la rueda trasera le colocan una ruedita adicional para darle mayor estabilidad y evitar las caídas.
Así aprendieron a montar bicicleta nuestros padres. Así aprendimos de ellos, así le enseñamos a nuestros hijos y seguramente éstos le enseñarán de la misma manera a los suyos.
Hasta ahora nadie ha puesto en tela de juicio este método de aprendizaje. Sí aprender a montar bicicleta fuera una industria, utilizar ruedas adicionales sería su más sólida creencia.
Utilizando las pequeñas ruedas adicionales un niño aprende a montar bicicleta en unos doce meses.
Pero la repetición no válida de por sí a ningún método de aprendizaje. La repetición únicamente crea costumbres y creencias que por lo general nadie está dispuesto a cuestionar.
Pensemos por un momento en cuál es la principal habilidad que un niño debe desarrollar para aprender a montar una bicicleta: el equilibrio.
La habilidad del equilibrio es la clave para andar en bicicleta y las ruedas adicionales ciertamente no ayudan a desarrollarla. Por el contrario, colocar un par de rueditas a los costados retrasa el aprendizaje del infante. En última instancia, las ruedas adicionales únicamente contribuyen a desarrollan la habilidad del pedaleo.
¿Acaso usted no se ha preguntado si existe algún otro método de aprendizaje que acelere y optimice la experiencia de la bicicleta? Seguro que no.
Ahora bien, sí tiene un hijo pequeño en edad de aprender le sugiero que haga la siguiente prueba: Cuando le compre su primera bicicleta, quítele a ésta las ruedas adicionales que trae consigo. También quítele los pedales. Súbalo a la bicicleta mientras usted sostiene con una mano la parte posterior del asiento. Esto ayudará a que su hijo mantenga el equilibrio. Además, sin los pedales será más fácil para él poner rápidamente los pies sobre el piso cuando sienta que está perdiendo el equilibrio. Esto último le dará al niño mayor seguridad. Quite su mano de la parte posterior del asiento por intervalos de tiempo muy cortos y sin que el niño se dé cuenta. Después, vaya aumentando estos intervalos.
Este método incide en el desarrollo de la habilidad del equilibrio. Sí sigue mi consejo, es posible que su hijo aprenda a montar bicicleta en menos de dos semanas. Eso fue lo que tardó el mío.
El aprendizaje que contribuye al repaso o fomenta el conformismo no es un verdadero aprendizaje. El verdadero aprendizaje nunca repasa, siempre descubre.
En el mercado, la carencia de ideas innovadoras se debe a que la mayoría de las industrias utiliza ruedas adicionales. Son pocas las empresas que se atreven a andar sin rueditas ni pedales.
Pero el miedo a las caídas limita nuestra capacidad de crear e innovar. Lamentablemente, la base del pensamiento innovador es el aprendizaje por caídas. No es posible innovar sin antes darse un buen golpe.
Este artículo ha sido extraído de mi libro de innovación: “Mirando los Negocios al Revés“. Jorge L. Boza Olivari. ESAN Ediciones. Lima 2016. El libro también ha sido publicado en Estados Unidos y España y será lanzado en México, Argentina y Colombia en abril del 2017.