DINOSAURIOS Y CUCARACHAS
El mundo de los negocios ha sido bastante hábil para construir y aplicar para sí metáforas que provienen del reino animal, mismas que con el transcurso del tiempo terminan por convertirse en axiomas, premisas que en el campo de la lógica se consideran evidentes sin necesidad de demostrar su validez. Es que, cuando una idea es adoptada por el pensamiento mayoritario, suele producir una equivocada y peligrosa sensación de certeza que ninguno de los miembros del grupo está dispuesto a poner en tela de juicio. Una de estas axiomáticas proposiciones de negocios tiene que ver con las cucarachas y los dinosaurios.
Los dinosaurios se extinguieron en el Cretácico hace ya unos 65 millones de años. En tanto, las cucarachas, cuyos antepasados son aún más antiguos que estos gigantescos reptiles, aún están entre nosotros. El corolario es tanto simple como engañoso: No es el tamaño sino la capacidad de adaptarse lo que permite la supervivencia.
Esta conclusión, desde el punto de vista darwiniana, es válida en la naturaleza y en un contexto de adaptación genética y selección natural de las especies. Pero, no lo es en los negocios donde no existe tal cosa. Aquí, adaptarse significa estar condenado a tener que competir contra otras miles de empresas que también lo harán o que ya lo hicieron antes que la suya.
Y es que la capacidad de adaptarse a los cambios es muy diferente a la capacidad de producirlos. A esta última le llamamos “innovar”. Entonces, no tiene ningún sentido afirmar que una empresa es innovadora cuando lo único que hace es adaptarse a los cambios que otras producen. Recuerde que las cucarachas también pueden eliminarse con un buen pisotón (extraído de mi libro Pensando Fuera de la Curva).
NOTA DE REDACCION: No se deje engañar. Innovar NO significa “cambiar” y “adaptarse” a la vez. Ambas palabras son semánticamente opuestas y diferentes como lo son el color blanco y el negro, lo bueno y lo malo, lo bonito y lo feo, el día y la noche o arriba y abajo. De hecho, no existe ninguna palabra, en el idioma español, que represente simultáneamente dos conceptos que son opuestos entre sí. Al menos yo, no he encontrado ninguna palabra que signifique sano y enfermo a la vez o inteligente e idiota al mismo tiempo, etc.
La luz eléctrica, el automóvil, el teléfono, etc., no fueron fruto de ninguna adaptación. No seamos ingenuos, que las limitaciones cognitivas de los pseudo-gurús que pregonan que innovar también es “adaptarse” no determinen las nuestras.
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2. No volver a leer mis artículos o libros nunca más, lo que por cierto me dará mucha pena (pero podré sobrevivir al evento).
2. Dejar de afirmar que el design thinking y el lean startup son herramientas para la innovación porque usted y yo sabemos que estas dos solo sirven para producir mejoras.