La gestión de la huella de carbono: Una oportunidad de liderazgo para el empresariado peruano
El cambio climático trae consigo enormes retos para la economía peruana. Estos incluyen el incremento en la frecuencia de desastres naturales y una mayor incertidumbre en los patrones climáticos, que influencian los ciclos de producción de las industrias primarias, sobre las cuales aún depende mayoritariamente nuestra economía. Pero somos también, un país diverso y resiliente, y el jalón de orejas del cambio climático que ya tenemos encima también es una oportunidad para ordenar la casa en cada empresa.
Al mismo tiempo nos enfrentamos a un problema paralelo: la degradación de las áreas naturales en todo el país. Como ejemplo, en la Amazonía peruana, la región de mayor biodiversidad del planeta, la deforestación alcanza unas 150,000 hectáreas al año, equivalente al tamaño de 200 mil campos de futbol. Contribuyen a esta crisis la tala ilegal de madera, la poca planificación de la expansión agricultura, la minería ilegal, y la corrupción en el otorgamiento de derechos, temas que tomarán mucho esfuerzo resolver.
Los clientes, consumidores y accionistas de hoy están cada vez más preocupados por el impacto ambiental de las actividades, productos y servicios que consumen. Gestionar las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático, conocidas como la huella de carbono, le permite a una empresa demostrar su responsabilidad ambiental, diferenciarse con respecto a la competencia y afianzar el compromiso con sus clientes y con la comunidad. Gestionar la huella de carbono implica en primer lugar conocerla, y de ahí trabajar en reducirla y compensarla.
La huella de carbono se puede medir con metodologías ya bastante diseminadas como el Protocolo de Gases de Efecto Invernadero (GHG Protocol) o la serie ISO 16040. En Perú ya existe proveedores con sólida trayectoria en la provisión de estos servicios de medición, incluyendo SGS Perú, AENOR Perú y Libélula. El Ministerio del Ambiente también se encuentra finalizando su propia herramienta para la medición y registro público de emisiones, lo cual podría ser un importante paso hacia la masificación de esta práctica. Esto llega en buena hora, ya que día a día, el transporte, consumo de energía, alimentación y compras de cada peruano dejan una mayor huella. Según el Banco Mundial, la huella de carbono per cápita del Perú se ha más que duplicado en la última década.
Ya conociendo la huella de carbono, el reducirla implica una importante oportunidad de eficiencia operativa. El 63% de empresas que han implementado campañas de reducción de huella de manera estructurada reportan eficiencias operativas significativas, incluyendo ahorros energéticos y de consumo de combustibles y otros materiales. Empresas consultoras como Apoyo Consultoría y Deloitte Perú son una opción para dichos servicios en eficiencia energética y gestión de operaciones.
Sin embargo, como detalla un reciente artículo en The Guardian, ya hay un amplio consenso de que la reducción global de las emisiones actuales de gases de efecto invernadero será insuficiente para evitar los 2°C o más del calentamiento global. Esto se debe a que los esfuerzos de la sociedad por reducir las emisiones, ya se han dejado demasiado tarde para evitar este umbral crítico. Una manera de resolver esta brecha es con acciones regenerativas, que reincorporan el dióxido de carbono ya liberado a la atmósfera en la naturaleza; en bosques, en humedales y en cultivos agroforestales. Los ecosistemas sanos son uno de los mejores repositorios conocidos para el dióxido de carbono. Como referencia, la biomasa de cada hectárea de bosque Amazónico peruano almacena en promedio más de 500 toneladas de dióxido de carbono.
Compensar la huella de carbono residual de una empresa vía la regeneración de la naturaleza es una estrategia para no solo combatir el cambio climático, sino también para transformar la huella en un impacto positivo, posicionando a la empresa como aliado del capital natural peruano. Esto es lo que vienen haciendo las empresas aliadas de Regenera, una red de empresas responsables, aliados técnicos y guardianes rurales dedicados a la compensación de la huella de carbono en Perú, apoyando la conservación y restauración de la naturaleza por sus miembros.
Gestionar la huella de carbono de esta manera integral – medir, reducir, compensar – y con una proyección de mediano y largo plazo trae a la empresa una serie de beneficios, incluyendo una mayor coherencia, transparencia y credibilidad en las operaciones, la creación de confianza con proveedores, clientes y el sector público, y la certeza de estar abordando el reto del cambio climático de la mejor manera.
Frank Hajek
Miembro de L+1 y Director Ejecutivo de Nature Services Perú