El desafío de la incertidumbre y el cambio
Se hace difícil expresar con palabras lo que se siente. No hay mucha certeza para responder a preguntas que naturalmente se nos vienen encima; ¿tendremos la capacidad de atender la salud de miles de peruanos? ¿cuánto tiempo más durará este aislamiento? ¿cómo sacaremos adelante nuestra economía en un contexto de crisis mundial?
En poco menos de dos meses, nuestras proyecciones y expectativas sobre el 2020 cambiaron radicalmente y muchas empresas siguen en proceso de adaptación semanal, incorporando en sus decisiones nuevas variables que nunca antes habían considerado.
El impacto económico de esta emergencia sanitaria no tiene precedentes, así como la reacción que ha tenido el Estado para contenerla. El gobierno ha comprometido una partida equivalente al 12% de nuestro PBI (unos 25,000 millones de dólares), que será destinada a un potente paquete de incentivos para contener la pandemia y a reactivar la economía en una segunda fase.
Por su parte, el sector privado está reaccionando rápido, y principalmente, estamos reaccionando unidos. Desde mi experiencia dentro de plataformas empresariales, he podido ver cómo la empatía y solidaridad ayudan a gestionar tanta incertidumbre.
Desde L+1, grupo de líderes empresariales de varios sectores económicos del país, se viene llevando a cabo un programa de asesoría (mentoring) para apoyar a emprendedores a enfrentar la crisis, a través de consejos sobre temas comerciales, legales, tributarios o de financiamiento.
A través de Perú 2021, visibilizamos las acciones de muchas empresas en medio de la coyuntura; como bancos que aplican medidas para proteger el bienestar financiero de los ciudadanos y pequeñas empresas, o compañías de consumo masivo, que han adaptado sus procesos productivos para dar soporte a la emergencia, elaborando artículos de primera necesidad e higiene personal, así como la disposición de donaciones de equipos médicos, alimentos y agua para las poblaciones vulnerables.
Resulta crítico reconocer cómo la crisis económica viene impactando diferente a las industrias. Algunas empresas están en modo de supervivencia y economía de guerra, teniendo que tomar medidas extremas de cierre de operaciones y otras, tienen la posibilidad de adaptar sus modelos de negocio al modo virtual. En general, es importante valorar el rol que cumplen muchas empresas como agentes de cambio positivo, esforzándose por impactar positivamente en los más vulnerables, considerando las actuales circunstancias.
Si bien los retos que estamos viviendo nos exigen tomar acciones de respuesta a corto plazo, resulta esencial potenciar medidas para la reactivación de la economía a mediano y largo plazo. Hace unos días escuché una frase que me dio ilusión: “Cuando regresemos a la nueva normalidad, no seremos los mismos, seremos mejores”. Para ello, creo que es cada vez más evidente la necesidad de priorizar un enfoque integral de sostenibilidad en nuestros negocios. En esa línea, quiero compartirles tres conceptos que considero pueden ayudar a enfocarnos en cómo ser mejores empresarios para el país y para el mundo: 1. Comprender que estamos en un entorno VUCA, 2. La importancia de tener una visión sistémica y 3. Buscar soluciones que nos lleven a la resiliencia.
1. Entorno VUCA
VUCA es el acrónimo utilizado (a partir de sus siglas en inglés), para describir situaciones con características de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad, típicas de retos globales, como por ejemplo, el cambio climático.
V = Volatilidad: Considera la naturaleza, dinámica y velocidad de los cambios en el entorno, considerando las fuerzas y catalizadores que los incitan.
U = Incertidumbre: Se refiere a la falta de predictibilidad que dificulta trabajar con escenarios futuros para tomar decisiones y elaborar escenarios.
C = Complejidad: Es la multiplicidad de fuerzas en los retos por resolver. Con frecuencia, es difícil establecer las relaciones entre los diferentes elementos, tanto internos como externos.
A = Ambigüedad: Tiene que ver con la falta de claridad entre causa y efecto, así como con la dificultad para conceptualizar las amenazas y oportunidades antes de que sea tarde.
Entender la coyuntura actual como un entorno VUCA nos permite explorar y reconocer las características variables del contexto y reducir la ansiedad de predicción para, en su lugar, enfocarnos en adaptarnos y, en lo posible, planificar de manera consciente y conectada con el sistema.
En esa línea, una organización aumentará su capacidad de adaptabilidad, si conoce mejor cómo interactúa con el sistema más amplio, que incluye su entorno, su cadena de valor y grupos de interés (clientes, empleados y colaboradores).
2. Visión Sistémica:
Hablar de sostenibilidad es hablar de conexión en múltiples niveles, con el planeta, con la ciudad en la que vivimos, con los recursos de los que dependemos y, sobre todo, con las personas.
En tiempos de COVID-19, el entendimiento sobre nuestra interconexión dentro del sistema es clave. Cada persona y organización forma parte de un todo. Por ello, la unión es lo que conseguirá que nuestra recuperación llegue más rápido.
Para potenciar esta visión sistémica, podemos reflexionar sobre cómo entendemos la relación entre el planeta (o medio ambiente), la humanidad y la economía.
En la perspectiva empresarial tradicional, que viene desde la época industrial, la dimensión económica predomina sobre la social y ambiental. La economía es una gigante esfera que contiene a la sociedad, y la sociedad a su vez envuelve al medio ambiente, que es la variable más pequeña, pues se limita a proveer recursos naturales.
El contexto actual de la crisis sanitaria nos hace cuestionar esta perspectiva tradicional y pone en evidencia la relevancia del pensamiento empresarial sostenible en el que la economía, si bien es esencial para la humanidad, es solo una parte de un sistema socioambiental más amplio, en el que la Tierra es es el máximo sistema por definición.
3. Resiliencia
Es la capacidad de sobreponerse a momentos críticos y adaptarse luego de experimentar alguna situación inesperada. La resiliencia aumenta cuando comprendemos el cambio como parte de nuestro ciclo de vida, somos flexibles y valoramos la diversidad. Cuando mantenemos el foco en nuestras metas a pesar de las adversidades y cuando cambiamos una visión del corto al mediano o largo plazo. La resiliencia implica aumentar nuestro nivel de autoconocimiento, lo cual de por sí, representa un importante esfuerzo de evolución personal y organizacional.
Somos un país que ha pasado por varias crisis y ha sabido levantarse. Tomemos la oportunidad de ser mejores empresarios y ciudadanos para el mundo. Conectemos nuestros negocios a través de una visión sistémica, para ser agentes de cambio positivos y resilientes. La unión siempre ha hecho la fuerza en el Perú y en el mundo.
#JuntosPodemos
Micaela Rizo Patrón
Gerente General Perú 2021 / Directora Ejecutiva L+1