¿Sostenibilidad para quién?
A medida que nos acercamos al final del 2020, es doloroso mirar hacia atrás y reflexionar sobre lo que ha vivido el Perú. El año terminará con una democracia muy debilitada tras la vacancia de Vizcarra, que trajo como resultado una movilización sin precedentes de la ciudadanía y la lamentable pérdida de la vida de dos jóvenes, así como varias personas heridas. Esta crisis institucional se sumó a un año que inició con una pandemia mundial y que afectó especialmente al Perú. Es preocupante el hecho de que la pandemia no solo haya cobrado -hasta la fecha- más de 35 mil vidas y afectado la salud física y mental de otros tantos millones de personas, sino que traiga consigo una de las crisis económicas más severas que ha vivido el Perú en décadas. A nivel mundial, la ONU calcula que la pandemia aniquilará 25 años de desarrollo en temas tan primordiales como la igualdad de género y el medio ambiente. Esto, nos plantea la interrogante de qué implicancias tiene este año para los avances de las organizaciones y la sociedad en términos de sostenibilidad.
Desde hace más de ocho años, la organización X-runner Venture -fundada por la co-autora de este artículo- brinda a los hogares urbanos de bajos ingresos una solución de saneamiento asequible, digna y segura. ¿Qué significa esto exactamente? Significa que aún hoy hay millones de personas a quienes no se les está brindando un sistema sanitario en sus hogares, 25.2% de la población nacional (8.2 millones de peruanos y peruanas), según el último reporte público del INEI a junio de 2020. La alternativa más común, especialmente para quienes viven en zonas urbanas, es cavar un hoyo en el suelo dentro de su propiedad y usar eso como baño. No hace falta decir que esto crea serios peligros para la salud, por no mencionar el golpe diario a la dignidad. Junto a un equipo maravilloso y comprometido, y en estrecha colaboración con nuestros futuros clientes, diseñamos un sistema mediante el cual instalamos un moderno inodoro sin agua dentro del hogar y nos ocupamos del recojo seguro de los desechos que genera este baño semanalmente. Para aquellos que pueden pagar nuestro servicio, esto significa que ya no tienen que usar un silo, sino que pueden tener un inodoro real dentro de su casa donde, al igual que el inodoro con descarga de agua, no tienen que preocuparse por sus desechos.
El nuestro es el único sistema de este tipo en el Perú y América del Sur, pero existen sistemas similares en Haití, Ghana, Kenia, Sudáfrica e India, entre otros. Y dado que todas somos organizaciones sociales con modelos de negocio innovadores que operan en la gestión de residuos, nos enfrentamos continuamente al concepto cada vez más popular de “sostenibilidad”: sostenibilidad financiera, sostenibilidad del modelo de negocio y, en particular, sostenibilidad medioambiental. De hecho, este mismo blog está dedicado a las diferentes formas en las que las empresas pueden transformarse comprometiéndose con la llamada economía circular, con el objetivo de hacer que el Perú y sus ciudadanos y ciudadanas sean más resilientes para el futuro y sus desafíos ambientales. Sin embargo, cuando miramos hacia atrás este año, nos hacemos la pregunta: ¿deberíamos quizás ampliar nuestra comprensión de la sostenibilidad como un factor económico y “verde” para incluir otros aspectos del bienestar fundamental de nuestra sociedad?
Según el FMI, y como se ha mencionado repetidas veces, Perú tenía una de las economías de más rápido crecimiento y mejor desempeño de la región. Continuar con esta tendencia, y complementarla con un crecimiento verde e innovador, se ha visto como un requisito para lograr el desarrollo del Perú, aquello sin lo cual nuestras numerosas necesidades – educación, salud, vivienda, infraestructura, seguridad social, etc. – no pueden ser atendidas. Pero, ¿alguna de estas necesidades ha sido atendida? ¿Cumplir con ese deber ha sido siquiera una prioridad para nuestro país? ¿Estamos en el camino de brindar a todos los peruanos y peruanas atención médica universal y de alta calidad o, por ejemplo, agua y saneamiento seguros y funcionales?
La respuesta en nuestra opinión es que no. Atender estas necesidades para toda la ciudadanía no ha sido una prioridad para nuestra sociedad ni para nuestros sucesivos gobiernos. De hecho, la mayoría de peruanas y peruanos tienen que hacer un esfuerzo inmenso para siquiera ser reconocidos como ciudadanas y ciudadanos de pleno derecho ante el Estado y el resto de la sociedad. Gran parte de la sociedad de Lima, por ejemplo, se encuentra marginalizada y viviendo en una pobreza abyecta y sin mayores asomos del supuesto y esperado goteo del boom económico del país. La pandemia nos ha dejado esto claro, dolorosamente, cuando toca quedarse en casa sin agua y saneamiento, cuando el sistema público de salud colapsa y faltan puntos de atención médica cerca al lugar de residencia o cuando, en marzo, cientos de personas migraron a pie de regreso a sus pueblos de origen, entre muchos otros ejemplos de que la pandemia nos golpeó a todos y todas, pero la manera en la que pudimos llevarla fue -y es- muy diferente. Por último, la crisis política más reciente ha demostrado los inmensos costos y riesgos que enfrentan ciudadanas y ciudadanos al reclamar lo que podríamos llamar sostenibilidad social.
Este año, por tanto, ha demostrado una vez más que nuestra economía, nuestra sociedad y nuestra política están interconectadas y que, por tanto, la verdadera sostenibilidad debe entenderse como un concepto profundamente multifacético. Es hora de que, al comprometernos con la innovación, la disrupción y, en última instancia, la economía circular, pensemos de manera cuidadosa y profunda en las estructuras sistémicas subyacentes que causan los desafíos que estamos tratando de abordar. Es momento de pensar en que las calidades de vida de todos y todas en el Perú, sin excepción, están interconectadas y vinculadas a grandes temas como la economía verde. Debemos construir el Perú que queremos juntos, o nunca lograremos que sea sostenible.
Isabel Medem
Co-fundadora y presidente de directorio X-Runner Venture
Arturo Llaxacondor
CEO X-Runner Venture
Miembro L+1