El trabajo infantil postpandemia en el Perú
El rostro predominante del trabajo infantil en el Perú es el de un niño de zona rural cuya familia vive de la agricultura y actualmente se registran más de un millón de niños de 5 a 17 años que trabajan en nuestro país. Los efectos de la pandemia podrían hacer que esta cifra aumente significativamente.
Según estudios, son tres los factores principales que generan las condiciones para el trabajo infantil: el nivel de pobreza, acceso a educación y la tolerancia social hacia este problema. Las decisiones que se tomen en torno a dichos puntos hoy son trascendentales para determinar su presente y sus posibilidades de desarrollo a futuro.
La pandemia ha incrementado el riesgo de trabajo infantil: en 2021 la pobreza llegó al 25.9% de la población, afectando más a las zonas rurales donde la cifra llega a 39.7%. Las oportunidades laborales se van reactivando poco a poco pero la subida de costos de los insumos básicos para el hogar no permite sentir una mejora. Más bien se percibe que la crisis económica se agrava con el tiempo. Las acciones del gobierno para aminorar la pobreza en el contexto de pandemia han sido insuficientes pues entre otros motivos los bonos no llegaron a todas las personas que los necesitaban ni son soluciones sostenibles en el tiempo. Por otro lado, muchas familias en condición de pobreza viven de la agricultura y el alto costo de los fertilizantes los ha impactado significativamente. Estos elementos son una fórmula para la agudización y prolongación de la misma.
A ello se suma que las escuelas han estado cerradas por 2 años. Si bien algunos pudieron acceder a clases remotas, esto fue un privilegio especialmente de zonas urbanas. Al estar en casa, los niños y niñas del campo naturalmente apoyaron la precaria situación económica familiar ya sea en la chacra o en labores domésticas. Tras dos años de instaurar esos hábitos y ante una economía familiar que no mejora, es de esperar que el trabajo infantil continúe y repercuta, como señala la investigación, en la inasistencia a clases y al retraso escolar. Esto solo perpetuará el círculo de pobreza en el que viven. Es decir, limita sus posibilidades futuras de un trabajo digno lo cual puede llevarlos a incorporar a sus hijos en el trabajo y así repetir el círculo generación tras generación.
Adicionalmente, la tolerancia social del trabajo infantil en algunas labores, como las agrícolas y domésticas, son muy comunes en nuestro país por tradición y cultura. Como sabemos, cuando un comportamiento está normalizado no se pueden cambiar porque no es visto como un problema.
Considerando que los padres toman la decisión que los niños trabajen, ante este contexto parece no quedarles alternativa y por ende es esperable que hayan más niños, niñas y adolescentes peruanos trabajando. En este contexto, sería sencillo condenar el trabajo infantil pero eso no va a cambiar nada. En paralelo al trabajo en los puntos mencionados antes, hay que encontrar estrategias que aminoren el riesgo como identificar los casos e informar sobre las labores en las cuales los niños podrían ayudar y las que no porque los ponen en riesgo, el ideal de horas que pueden apoyar de manera que no afecte el tiempo de escuela, entre otros.
Finalmente, a los tres factores mencionados sumaría la atención a la salud mental. Todos tenemos secuelas por la pandemia. Imaginen el estrés adicional de no tener trabajo y no saber si podrás alimentar a tus hijos el día siguiente. Esto tiene un efecto en cadena en las familias como aumento de alcoholismo, aumento de violencia, entre otros.
Esto demanda acciones urgentes de todos. Como ciudadanos, podemos apoyar iniciativas que apunten a la reducción de pobreza, a promover la educación, a romper con la normalización del trabajo infantil y a mejorar la salud mental. Hay varias iniciativas privadas en esa línea que pueden apoyar ya sea económicamente o a través de su trabajo voluntario. Además, podemos exigir al Gobierno medidas concretas al respecto. Para empezar, sería bueno conocer los resultados de la Estrategia Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil 2012- 2021 liderada por Comité Directivo Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo que es la instancia de coordinación multisectorial que lidera el tema. Nuestras autoridades deben atender problemas importantes para el país como este. Con mayor razón, porque afectan sobre todo a la población que los apoyó desde el inicio con mucha esperanza de mejorar su calidad de vida y hoy su situación es más crítica.