Necesaria reforma del Sistema Nacional de Pensiones

Se escuchan noticias sobre dos proyectos que arrancarían más de una sonrisa a nuestros pensionistas del Decreto Ley 19990, sin embargo, no deberían prosperar pues carecen de sustento técnico. No olvidemos que cualquier iniciativa que suponga incrementar el gasto público debe pasar por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) toda vez que nuestro Congreso carece de iniciativa para ello. Recordemos que la política económica del país es dirigida por el Poder Ejecutivo.

Para entender nuestro contexto como país, tampoco perdamos de vista que el año pasado crecimos solamente en 4% y en el primer semestre de este año hemos crecido 4.4%, lo cual evidencia que no vamos bien en términos macroeconómicos. Inclusive el MEF y el BCR estiman un crecimiento del 4% para el cierre de 2018. Las tensiones políticas entre el Congreso y el Poder Ejecutivo no suman, y la guerra comercial entre China y Estados Unidos tampoco nos conviene. Este bajo crecimiento impacta en la generación de empleo formal pues, si bien en las más grandes (50 a más trabajadores)  se observa una ligera recuperación según cifras del Ministerio de Trabajo, para las pequeñas y microempresas no se ve mejoría. Recordemos también que la percepción del ciudadano de a pie es que sus ingresos no le alcanzan.

En línea con lo anterior, pretender que salgan a la luz leyes que supongan un mayor gasto público es irrazonable. Lamentablemente, el contenido de los proyectos mencionados evidencia una total falta de análisis.

Uno de los indicados proyectos, presentado hace unos días por la Congresista Estelita Bustos de la bancada Fuerza Popular pretende reducir la edad de jubilación para hombres y mujeres de 65 a 60 años en el Sistema Nacional de Pensiones (SNP). Tal planteamiento se sustenta  “en consideración de la esperanza de vida de la población peruana y el respeto a una vida digna de calidad con el objetivo de que puedan disfrutar de su tiempo libre y descanso“.

Recordemos que desde el año 1995, la edad de jubilación es 65 años (Ley 26504).  El Sistema Nacional de Pensiones, hasta la fecha, cuenta con 539 mil 591 pensionistas y 4 millones 578 mil afiliados.

El proyecto promovido por la Congresista Bustos resulta antitécnico, pues no solamente existe la restricción al Congreso para generar gastos adicionales al Estado (ausencia de iniciativa de gasto) sino que el proyecto no contiene un análisis detallado de su impacto en el erario nacional.

En efecto, como sabemos, los ingresos para que la ONP pague las pensiones[1], provienen en su mayoría de recursos asignados por el Gobierno Central a través del Ministerio de Economía y Finanzas. Estos recursos salen  del Tesoro Público. El Sistema Nacional de Pensiones (SNP) no es auto sostenible.

Entonces, adelantar la edad de jubilación de 65 a 60 años en el SNP generaría un aumento inmediato de alrededor de 330.000 pensionistas, según la unidad de investigación de El Comercio, lo cual es equivalente a un incremento anual del gasto público de casi 0,4% del PBI si es que se mantiene la pensión promedio de S/676.

La medida planteada por la Congresista es populista pues no existe presupuesto que la ampare, por lo que si se aprueba, el dinero provendrá probablemente del tesoro público, debiéndose para ello incrementar el aporte del Gobierno a la ONP, mejora que terminaremos pagando todos en términos de PBI.

Otro proyecto relacionado es el que pretende incrementar la pensión mínima a un monto equivalente a la Remuneración Mínima Vital, pero tampoco explica de dónde saldrá el ingreso adicional, con lo cual pagaremos seguramente todos los peruanos. Según declaraciones del Ministro de Economía al Diario Gestión (03.10.2018) dicha equiparación costaría S/ 2,060 millones de soles anuales adicionales.

¿No sería mejor analizar opciones para generar más eficiencias en el Sistema Nacional de Pensiones? El actual Jefe de la ONP ha planteado que el sistema estatal cambie al régimen de cuentas individuales como el sistema privado. Sería interesante estudiar esta propuesta.

Dejemos de lado proyectos populistas que a la larga le hacen daño a nuestro presupuesto público y por ende a nuestro país y enfoquemos las energías en reformar al deficitario SNP, convocando a los expertos sobre la materia, que aborden dicha problemática desde una óptica multidisciplinaria.