Cambiando los peros, por los porqués
En un vuelo de regreso de Piura, en una aerolínea conocida, se escuchó la voz de una tripulante del avión quien leyó una frase dirigida las mujeres por nuestro día y me gustó la parte que destacó y la cual elijo hoy como título: “cambiando los peros, por los porqués” invitando a todas a seguir luchando por sus objetivos y continuar “volando” hacia el sueño de sus propias ilusiones.
Que interesante es ver cuando las empresas aprovechan el ámbito de su influencia para dar mensajes con contenido de respeto de derechos. Probablemente alguien me dirá, pero es un tema comercial, utilizan el género para ganar lealtad de clientes. Creo que ello podría ser la consecuencia natural, pero sin duda, ha habido aquí una motivación, impulsada de seguro por una mujer (disculparán el prejuicio de género, pero quién mejor que una mujer parar darse cuenta de lo que le gustaría recibir otra mujer), para dar un mensaje dirigido a otras mujeres por su día. Y es que eso pasa cuando en la gestión que pone en el centro de nuestro actuar a las personas. En este caso, el grupo beneficiado ha sido el género femenino en una fecha clave como el 8M. Y la verdad, sí creo que es probable que la aerolínea va a ganar más “clientas fieles”, aquellas que escuchamos esta frase y nos sentimos identificadas. Esa es la gran oportunidad que tienen las marcas vinculadas con la promoción y el respeto de derechos.
La conducta empresarial responsable identifica a empresas que, comprometidas con el respeto de derechos, gestionan las potenciales consecuencias negativas a los derechos humanos que sus actividades empresariales pueden llevar a cabo. Esta frase, que forma parte de las Líneas Directrices de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) para empresas multinacionales, actualizada al 2011 en la que hizo suyas los Principios Rectores sobre empresas y Derechos Humanos, identifica a las compañías que son conscientes que sus actividades, así como generan impactos positivos en la sociedad (generación de empleo, pago de impuesto, bienes o servicios que satisfacen necesidades y espero agregando valor social), también son susceptibles de generar consecuencias negativas potenciales o reales a los derechos humanos. A los que legítimamente nos corresponde a ti, a mí, a todos como el derecho a la vida, a la salud, a la igualdad y no discriminación, al trabajo, y así un largo etc.
Desde la perspectiva de la Conducta Empresarial Responsable, se busca no solo identificar posibles impactos, sino tomar acción a través de tres aspectos clave: (i) Asumir el compromiso por el respeto de derecho (ii) implementando la Debida Diligencia en Derechos Humanos (iii) contando con mecanismos operativos de quejas y denuncias, así como integrar dichas acciones con la sostenibilidad. Algunos de los aspectos que se destaca como efectos propios de tener una conducta empresarial responsable son fortalecer la reputación empresarial, fidelidad de marca y clientes, prevenir problemas futuros y agregar real valor social, porque las empresas, TODAS, independiente de su tamaño, origen o sector económico, ejercen influencia frente a terceros, llámese socios comerciales, proveedores, Estado, sociedad en general. Por ello, dado lo importante de esa influencia, cuando las empresas hacen bien las cosas, pueden apoyar en la construcción de valores sociales. Cuando las empresas influyen positivamente, pueden constituirse en verdaderos agentes positivos de cambio.
Desde un mensaje comunicacional a través de un medio público o un programa de medidas en favor de la sostenibilidad, existen múltiples formas como las empresas pueden aprovechar su ámbito de influencia para fortalecer la cultura de respeto de derechos. ¿O creen que el mensaje difundido a través del parlante del avión, no tuvo un efecto positivo en las personas que se percataron de él y lo escucharon? Las empresas, deben aprovechar cuanto espacio u oportunidad tengan para contribuir a fortalecer la cultura de respeto, tolerancia, valoración a la persona humana y, como en el caso destacado, de empoderamiento hacia las mujeres que resulta esencial para que la igualdad de género sea real y no solo formal.