Ética, Responsabilidad Social Empresarial y Riesgo Sistémico
En uno de los posts anteriores les había mostrado las relaciones que existían entre la ética y la gestión de riesgos. En otro había tenido la oportunidad de darles una idea de lo que era el riesgo sistémico, a través de la temática de la supervisión macro-prudencial y de la estabilidad financiera. Esta vez les hablaré de la importancia de la ética y de la responsabilidad social empresarial (RSE) para la reducción del riesgo financiero sistémico.
Para empezar, recordemos que el riesgo sistémico es aquel que afecta a todo el sistema financiero, y no solo a una que otra entidad financiera, con un fuerte impacto en la estabilidad financiera de un país o de varios países (o hasta mundial), y por ende con consecuencias macroeconómicas y sociales considerables. La Crisis actual, que ya lleva más de 5 años, es un perfecto ejemplo de lo que es la materialización del riesgo sistémico.
Cuando uno analiza las crisis financieras, lo que aparece de manera obvia es que entre sus factores esenciales está siempre una extensión generalizada de graves deficiencias en la gestión de riesgos. En general se trata del riesgo de crédito, pero no únicamente. Incluso muchas veces la mala gestión del riesgo de crédito tiene su origen en una mala gestión del riesgo operacional, a través de malas prácticas respecto de los clientes, de actitudes que lindan con el fraude, y de procesos inadecuados, donde los contrapesos internos brillan por su ausencia.
Una de las herramientas para mitigar el riesgo es el control interno permanente que vimos en el post anterior. Pero existe otra que no se suele considerar como un factor de reducción de riesgos, la RSE, aplicada en serio y de manera profesional, con una férrea “voluntad política” de parte de las empresas del sector financiero.
Hace unas semanas, una revista especializada francesa publicó una interesante contribución de los Responsables del Desarrollo Sostenible de dos bancos de ese país, donde analizaban la relación entre una buena gestión del riesgo operacional y la RSE, haciendo paralelos entre la metodología de la gestión del riesgo operacional y varios de los temas desarrollados en la norma ISO 26000 relativa a la RSE (norma publicada en el 2010). Hay varias coincidencias, y entre los temas están los de las prácticas responsables en los negocios, los de las prácticas laborales y los de las buenas prácticas respecto de los clientes. La RSE enriquece así a la gestión del riesgo operacional y la fortalece, aportándole además el enfoque de la responsabilidad respecto de la sociedad.
No es difícil imaginarse que una difusión extensa y real de una verdadera cultura de la RSE al interior de los bancos de varios países desarrollados, e incluso de algunos supervisores, habría evitado seguramente la generalización de prácticas absurdas tanto desde el punto de vista de la responsabilidad social como de la gestión de riesgos. Podríamos decir sin exagerar que una difusión sistémica de la verdadera RSE podría habernos ahorrado la tremenda crisis sistémica que estamos viviendo; hubiéramos tenido una seguramente, por la inevitabilidad de los ciclos crediticios, pero no tan profunda.
Pero eso no fue posible, por la simple razón de que en la banca y las finanzas, un enfoque de RSE verdaderamente eficaz es imposible sin una visión ética en la manera de ejercerlas. Sin esa visión, la codicia generalizada – que va mucho más allá que el tener objetivos de rentabilidad – al ser en la práctica sacralizada, puede tener efectos explosivos. Y no pocos observadores lo mencionaron, entre ellos, The Economist en el 2009. Un total olvido de las consideraciones éticas es muchas veces un factor clave en las fallas de gobierno corporativo y de control interno, y por ende en las deficiencias graves en la gestión de riesgos. Y como este factor estuvo demasiado extendido, jugó un rol esencial en la generación de riesgos sistémicos: agravó considerablemente esta Crisis.
Un enfoque de RSE realmente sincero y eficaz, donde la ética sea una preocupación constante y no una línea abstracta en una matriz o cuadro, llevaría por ejemplo a diseñar sus productos y políticas comerciales y de riesgo en función del objetivo de no sobreendeudar y no inducir en error a los clientes, a no subestimar riesgos con acrobacias contables y modelísticas y evitar así engañar a inversionistas y a supervisores (pues no siempre se dan cuenta), a no premiar a ejecutivos que obtienen resultados maltratando a subordinados, directamente o negándoles recursos (una gran fuente de riesgo operacional) o utilizando maniobras desleales, a menudo semi-delincuenciales, contra los pares o colegas que podrían resultar molestos para sus fines. En un gran banco o fondo internacional, incluiría el abstenerse de sacar provecho de la debilidad de un país que ya está en dificultades.
Para darles una visión más concreta, algo diferente de lo que ya pueden haber leído en la prensa, y para ser más completo en el análisis, les comunico los links a dos artículos.
. Una colaboración que hice para la revista Testimonio nº 105, una reflexión basada en la experiencia y en ejemplos reales, incluyendo uno que mencioné en un post anterior:
La transcripción de la notable intervención del jurista colombiano Sergio Rodríguez Azuero, especialista en regulación financiera, en un evento de setiembre 2011 organizado por la Maestría de Derecho Bancario y Financiero de la PUCP:
Y por último, a aquellos que tengan un cierto conocimiento del idioma francés, me permito hacerles descubrir a un autor de varios libros y numerosos artículos, colaborador del diario francés Les Echos (algo así como Gestión), que aporta un enfoque original a la reflexión sobre la banca y las finanzas, y que es justamente uno de los máximos dirigentes de la Federación Bancaria Francesa y de la Asociación Francesa de Mercados Financieros, el Sr. Pierre de Lauzun.
Aunque este post se refiere sobre todo al mundo de la banca y de las finanzas, en realidad es igualmente útil para la gestión de riesgos en cualquier tipo de organización, sea privada, estatal, gobierno, con o sin fines de lucro.