El Riesgo Hídrico: No Subestimarlo de Ninguna Manera (Recordaris)
En Julio del 2016 tuve la oportunidad de escribir sobre la necesidad absoluta de no subestimar el riesgo hídrico en Lima, aprovechando una interesante publicación del prestigioso instituto GRADE sobre Lima y el Riesgo Hídrico del Sector Privado (incluyendo impactos como pérdida de empleos). Dije entonces que debía verse como una advertencia a nivel nacional.
Desde entonces se han producido ciertos eventos relacionados con este tema: se declaró a la Ciudad de El Cabo (Sudáfrica) en alerta máxima por un alto riesgo de quedarse sin agua, lo que llevó a la circulación internacional de una lista de las mayores mega-urbes en riesgo elevado de estrés hídrico a causa de razones estructurales de largo plazo (con no pocas sorpresas, algunas siendo más conocidas por riesgos de inundación; Lima/Callao no aparece, al no ser una de las más grandes, pero ha sido citada ya en otras publicaciones internacionales). Pero antes de eso, durante el episodio del Niño Costero, tuvimos un tipo muy particular de estrés hídrico a no olvidar nunca, con los daños causados a la Atarjea por los huaicos en el Rímac. Y el día 22 de marzo las NNUU organizan, con otros sponsors, EL DIA MUNDIAL DEL AGUA, un evento especial de concientización.
Como es muy habitual en el país, parece haberse olvidado nuestro serio problema, que no es solamente en Lima y Callao; en otra oportunidad expresé mi preocupación por Cusco y por las ciudades y zonas cuyas fuentes de agua dependen mucho de los glaciares. Tuvo que suceder lo de El Cabo para que se volviera a pensar en el tema.
La pregunta que me hago ahora: ¿cuánto se ha progresado en Lima y Callao, luego de la mentada columna de GRADE en la versión impresa del Diario Gestión, y en cuando a reducción del riesgo en el río Rímac para que no vuelva a sucederle a La Atarjea lo mismo de hace 1 año, así como a organización de medidas de contingencia si volvemos a tener un episodio similar, o un envenenamiento del río Rímac a causa de los peligrosos deshechos tóxicos almacenados en ciertas zonas, o un nuevo episodio de prolongada sequía reduciendo nuestras reservas a niveles de alerta como ya ha pasado antes? ¿No han conocido otras regiones peruanas situaciones similares?
Hace pocos días, se anunció en nuestro país una noticia casi milagrosa: se logró la aprobación en el Congreso de la Ley Marco de Adaptación al Cambio Climático. En nuestro caso, el cambio climático es muy relevante para el agua, tanto por los mayores riesgos de inundaciones como los mayores riesgos de sequías aún más prolongadas a futuro. Esta aprobación merece ser resaltada y se debe agradecer los esfuerzos de quienes la promovieron, especialmente desde el Ministerio del Ambiente. Esta Ley Marco debe ser la oportunidad para reforzar de manera urgente todas las medidas necesarias de adaptación, entre ellas aquellas destinadas a reducir el riesgo de estrés hídrico en el país, especialmente pero no únicamente, en Lima y Callao.
Ello porque uno de los grandes problemas en nuestro país es la implementación efectiva; ya tuve la oportunidad de mencionarlo para la gestión de la continuidad operativa y de la continuidad del negocio, que de paso tienen de manera directa o indirecta, a la falta paulatina o súbita de agua como una de las principales amenazas. PARA ESTAR SEGUROS DE QUE TODAS LAS MEDIDAS NECESARIAS SERÁN IMPLEMENTADAS, ES ESENCIAL EL ROL DE LOS GREMIOS PRIVADOS, JUNTOS A TRAVÉS DE ESTRUCTURAS COMO ARISE PERÚ, PROMOCIONADA POR LA UNISDR (GRUPO NNUU), ASÍ COMO EL DE LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL, Y EL DE LOS PRINCIPALES MEDIOS (¿otro tema para la campaña Riesgo País, de El Comercio?), PARA CONTRIBUIR EN EL APORTE DE SOLUCIONES Y PRESIONAR CONSTANTEMENTE A LAS AUTORIDADES A HACER SU TRABAJO EN LA MATERIA, CON SENTIDO DE URGENCIA.
Hace unos días, un destacado risk manager de una de las mayores empresas del país me alcanzaba una interesante entrevista del Risk Management Monitor donde una especialista mundial comentaba las medidas recomendables para Ciudad El Cabo para alejar el riesgo del famoso “Día Cero” (basándose en mejores prácticas australianas), coincidiendo con mi preparación de este post. Existen dentro de varias de nuestras empresas líderes personas realmente preocupadas por el tema, y con ganas de hacer algo pero que saben que solas no pueden: no hay que desanimarlas.
Reproduzco tal cual esas medidas recomendables: recuerdan muchísimo a cosas que hace tiempo que se recomiendan aquí, pero que no se hacen mucho que digamos, ¿no? Y, lástima, varias de ellas recuerdan el programa del Gobierno actual al respecto. Sólo falta mencionar las medidas enérgicas de reforestación, como las que se llevan a cabo en China para hacer retroceder el avance de los desiertos del Norte, mientras aquí en el Perú diferentes autoridades por demagogia o en conjunción con grupos mafiosos hacen todo lo que pueden para acelerar la deforestación en diferentes regiones del país.
“Invest in fixing leaking infrastructure—one of the most cost-effective measures to improve water supplies.
Introduce a demand management program which includes strict new legal requirements on business and domestic water use, coupled with a major education campaign
Diversify water supplies so if one source fails others can be drawn on, among them: dams, desalination, recycled water, rainwater tanks, groundwater, and storm water harvesting
Create a water grid which links major regional water supplies so water can be moved to where it is needed.”
Ese rol de presión desde el sector privado, la sociedad civil y los medios es tanto más esencial ahora (siempre lo ha sido, porque estos temas no interesan necesariamente a todos los políticos y tecnócratas), que andamos actualmente en una dinámica política muy particular, especialmente auto-destructiva en lo institucional, como nos lo ha recordado acertadamente hace poco la Ministra de Economía y Finanzas (podría añadirse, siempre en perspectiva institucional, así como la auto-parálisis burocrática hace lo mismo con la inversión y también pone en peligro al reforzamiento de la continuidad operativa y de la resiliencia del Estado). RAZÓN ADICIONAL PARA OBLIGAR AL ESTADO A HACER SU TRABAJO, pues cuando los apetitos políticos extremos están desencadenados, con impactos en las inversiones y en las finanzas públicas, muchas cosas urgentes dejan de hacerse; es además demasiado difícil para el Poder Ejecutivo trabajar en estas condiciones, que añaden un estrés operativo que consume demasiadas energías, aumenta temores y posterga muchas acciones; digamos que sería entonces una forma de “presión benéfica y bienvenida”, de tipo colaborativo, como puede serla a menudo la de varios organismos de cooperación y desarrollo. ES MÁS AYUDAR QUE OBLIGAR, EN REALIDAD.
Me permito adjuntarles nuevamente el link al artículo de GRADE, como recordaris, porque me da la impresión de que ha sido olvidado muy rápidamente.
http://www.grade.org.pe/novedades/lima-y-el-riesgo-hidrico-del-sector-privado-por-eduardo-zegarra/
Y reproducir, igualmente como recordaris, los comentarios que hice en dicho post de julio del 2016:
. es bueno que alguien nos recuerde una vez más de manera muy concreta a qué punto Lima, la mayor mega-urbe asentada en un desierto, después del Cairo, es vulnerable a la falta de agua, pues esta se malgasta de una manera absolutamente increíble; algunos deben haber visto esas estadísticas comparativas con otras grandes ciudades en cuanto a consumo de m3 de agua por habitante; un monumento a la irresponsabilidad. Y el artículo nos recuerda que este tema es también uno de riesgos financieros para las empresas.
. el problema del agua en Lima se comenta regularmente también por el gran problema de esos desarrollos inmobiliarios que se autorizan primero en las municipalidades, y después se ve cómo se hace con la infraestructura de agua y saneamiento; acá faltan reflejos de planeamiento urbano, el “physical planning” o “land-use planning” de los anglosajones, que forma parte del ordenamiento territorial muy común en algunos países de Europa, notablemente en Francia y Alemania; y ya he escrito al respecto; y el manejo sostenible del agua, tanto a nivel rural como urbano es uno de sus aspectos esenciales
. SEDAPAL, a pesar de estar dirigida ahora por alguien de primer nivel, salido de las canteras de gerentes públicos de SERVIR, no lo puede hacer todo y tiene que luchar con limitaciones antiguas; además hay un enorme trabajo de rehabilitación y reemplazo de viejas tuberías por hacer, si no se quiere que un gran sismo en Lima y Callao nos agarre en estado de vulnerabilidad máxima en ese tema
. ya tenemos un gran problema con el Rímac, con sus altos riesgos de contaminación existente y potencial; ¿qué se está avanzando al respecto? Se olvida además que estaremos entre los más afectados por el cambio climático: riesgo de sequías más prolongadas, pero además, ¿se conoce realmente toda la dinámica del aprovisionamiento en agua de Lima y de lo que podría pasar en las fuentes? Pregunta similar a la que hice en otro post respecto del Cusco frente al riesgo de desaparición de glaciares. Acá el rol del Ministerio del Ambiente, que también debería serlo plenamente de ordenamiento territorial, a mi parecer, es clave.
. se ha estado efectuando grandes esfuerzos en cuanto a reservorios; ¿pero es esto suficiente? ¿no se debería estar haciendo mucho más para aumentar nuestro margen de maniobra frente a sequías severas? La empresa proveedora de agua de Paris publicó hace pocas semanas unos números de pérdida de agua que ellos estimaban malos y que había que mejorar; no recuerdo el porcentaje exacto, pero para nosotros llegar a esos niveles sería como un sueño; o sea, estaban mil veces mejor que Lima, pero igual estaban descontentos y querían mejorar. Bien haríamos en tener asistencia técnica francesa, pues Francia es uno de los países referentes en temas de gestión del agua. Y también deberíamos tener más contacto sobre este tema con Singapur, que ha llegado a niveles de sofisticación elevadísimos en cuanto a recuperación del agua, recurso que maneja como si estuviera bajo amenaza constante de perder el acceso a sus fuentes habituales por actos de hostilidad (enfoque geopolítico); hace varios años escribí sobre cómo con Singapur deberíamos tener una relación que vaya más allá del TLC firmado. Otro país muy interesante en este tema es Israel, como lo son algunos estados árabes.
. El mismo sector privado debería tener planes de contingencia frente a este tipo de escenario y al mismo tiempo presionar para una solución pública global. Esta última no puede venir de autoridades regionales o locales que como lo vemos no tienen ni visión nacional ni visión de mediano o largo plazo. Y también porque es intrínsecamente un tema de importancia nacional por lo que está en juego (viendo el peso de Lima y Callao en el PBI nacional), como lo es el tema de la calidad del transporte y de la conectividad en Lima y Callao (donde hemos estado involucionando en cuanto a competitividad, a pesar de los esfuerzos del MTC).
. Muchos quisieran refugiarse en la idea de que es muy poco probable de que tengamos una sequía muy larga en Lima, para no hacer nada. Bueno, para empezar, pregúntenle a la gente de Sao Paulo, que tuvo hace poco la peor en 80 años. Y luego, eso sería tan absurdo como querer ignorar que podemos tener sismo de magnitud 8.5 Mw o más, o como querer olvidar que los ciclos económicos y financieros mundiales existen, o que los riesgos geopolíticos con serios impactos macroeconómicos existen. O como seguir negando que los fenómenos hidro-meteorológicos están empeorando por efecto del cambio climático. No es porque algo no sucedió en varias décadas que no puede volver a suceder, hay que saber prepararse y organizarse en función de los principales riesgos ¿cuántas veces habrá que repetirlo?
CONCLUSIÓN
El post de julio 2016 fue escrito en circunstancias políticas diferentes, que parecían más favorables, aunque ya existían ciertos indicios muy inquietantes de lo que podría suceder después. Puede parecer paradójico, pero las situaciones de crisis son también oportunidades para que grupos de personas muy comprometidas tanto en el sector público como en el privado, hagan mover las cosas, sin olvidar los temas claves, a pesar de todas las dificultades. Y hay gente que sigue trabajando con ahínco para encontrar soluciones en los diferentes temas de relevancia en la acción del Estado, pensando de manera institucional y a largo plazo, independientemente de las incertidumbres políticas. Además, con el tiempo, como se pudo ver en un evento co-organizado recientemente por la Cooperación Suiza y la Universidad del Pacífico, se diría que se incrementa el número de personal político sub-nacional con mayor sentido de visión nacional. Se puede evitar caer en la desesperanza y en la auto-destrucción. Olvidar nuestro problema de agua también sería auto-destructivo.