¿Por qué se van del país?
Enero, 2024. Seis de cada diez jóvenes de Perú consideran emigrar en los próximos tres años, y en el último año ha crecido en 11 puntos la cantidad de peruanos que tiene intención de irse del país, afirmó un estudio del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) publicado hace algunos días. Las personas que están considerando irse a vivir fuera están principalmente en Lima y tienen menos de 40 años. La cifra es alarmante, y quiero resaltar algunos factores para entender el problema y una idea para enfrentarlo, juntos.
En primer lugar, las oportunidades para emigrar hoy son mas y mejores que hace algunos años. Es más, cada año se abren nuevas becas, programas, redes laborales y hasta facilidades formales en los sistemas migratorios de otros estados para atraer capital humano. ¿De dónde atraen este capital los países más desarrollados? De Latinoamérica, para empezar, por su amplia población joven y capacidad de adaptación cultural. ¿Recuerdan nuestro bono demográfico? Bueno, estos países se están llevando nuestro bono de forma exitosa.
Segundo, no olvidemos la cantidad de información que tenemos. Hoy sabemos cómo se vive en Dinamarca, Canadá, Australia, Estados Unidos, y hasta en Asia, perfectamente, sin necesidad de viajar. Una buena búsqueda de datos a cargo de un joven medianamente hábil con la tecnología es suficiente para que pueda comparar y decir “en este país no la hago, me voy”.
En tercer lugar, después de 30 años de apertura económica “chicha” y libre mercado “bananero”, y con muchos problemas estructurales e históricos graves, es evidente que tenemos mucho por corregir. ¿Perú es un mejor país que hace 30 años? Sí, de todas formas, pero sigue siendo un país maleducado, desordenado, informal e inseguro.
Cuarto, y en esta línea, los debates políticos que se construyen últimamente desde la élite intelectual progresista y la derecha peruana están, a mi parecer muchas veces, desconectados de esos problemas estructurales, y no me canso de decirlo.
El primer grupo lanza arengas de reforma, de democracia, grita “golpes” y “copamientos”, se llena la boca de ultraderechas, ningunea a todos desde su altar, pero lo que discute es irrelevante, o por lo menos accesorio. Y el segundo no deja de hablar de la agenda 2030, de globalismo, de neo-marxismo y de batallas culturales que podrían ser reales, pero que en Perú terminan siendo discusiones de acomodados.
Justamente lo que el informe del IEP muestra es que a los jóvenes NO les interesa defender ni a Rafael Vela, ni a la Junta Nacional de Justicia o las PASO, pero tampoco les interesa el globalismo, la agenda 2030, o una batalla cultural intelectualoide. Tienen necesidades más concretas. La gran mayoría de jóvenes (esa que se cuenta en millones) quiere trabajo, dinero, seguridad, casa, comida, oportunidades, servicios públicos de calidad, salud, educación, etc. No se iría si tuviera todo esto aquí.
Y, ¿Cómo logras darle lo que necesita y quiere a esa gran mayoría? “Reformando el Estado”, gritará alguno. NO. “Reformando los partidos”, gritará otro. NO. Eso es imposible por ahora. El estado ya es indomable y los partidos políticos también lo son. Se debe trabajar en esta línea pero sin dejar de atender lo más concreto.
Debemos ir paso a paso. De lo pequeño a lo grande. Por ejemplo, algo que podemos y debemos HACER todos, es vigilar, controlar, fiscalizar a la burocracia del Estado todos los días, sin cansarnos, algo que en la Asociación de Contribuyentes hacemos sin meternos en la pelea de titanes de la democracia o la batalla cultural.
Vigilar y tener a raya al burócrata y al político es un camino poco “sexy” pero realista y práctico para hacer que trabajen bien y no se roben nuestros impuestos. Denunciar que la burocracia del Estado aumenta su presupuesto para el 2024 en 12% habiendo crecido como país CERO es hacer algo por el país. Denunciar que los burócratas ejecutan el 93% del gasto corriente (sus sueldos) pero solo el 66% de inversión pública, es hacer algo por el país. Investigar a alcaldes, funcionarios municipales y arrinconarlos cuando son corruptos, es hacer algo por el Perú. Detener maniobras mercantilistas de ministros mafiosos, exigir que el Estado cumpla con pagar a las empresas que contrata y enfrentar a las entidades del Estado cuando aún siendo ineficientes quieren más dinero, es hacer algo por el país. ¿No les gustaría hacer esto todos los días? Es una tarea gratificante y en la que nunca dejas de aprender.
¿El llamado a la acción? No les pido que dejen sus agendas ideológicas a un lado, pero pongan en su lista de prioridades diarias vigilar a los políticos, escuchar las denuncias de emprendedores y contribuyentes, evidenciar las injusticias que cometen los burócratas y políticos, impedir su intervención irracional o desmedida en la economía, promover la libre empresa, la inversión privada, defender la generación de riqueza sin vergüenza, sin respetos humanos. ¿Tan difícil es incluir esto en sus prioridades y hojas de ruta?