Se aprueba la Ley Bases en Argentina y Perú...
6 meses después de haber asumido el poder, que en realidad nunca fue mucho tiempo, el presidente Javier Milei se anotó este jueves un reverendo triunfo legislativo, con la aprobación por parte del Senado de la llamada Ley Bases. Tiene modificaciones mínimas y, de más de 600 leyes, al final quedaron más de 300, pero sobrevivieron las más importantes. Solo como anécdota que le dio emoción y toques de película a la votación, fue el voto a favor de la vicepresidenta Victoria Villarruel la que rompió el empate, entrada la noche pero más rápido de lo que muchos pensaban.
¿Qué trae la Ley Bases aprobada en el Senado y que seguro será aprobada rápidamente en la Cámara de Diputados a la cual debe volver para ser ratificada?
Lo más importante: las cámaras le otorgaron a Milei competencias extraordinarias por un año. Esto le permitirá a Milei contar, hasta mediados de 2025, con facultades que normalmente le corresponden al Poder Legislativo. Punto. Para la Asociación Argentina de Contribuyentes, solo con esta delegación de facultades podría bastar para implementar otra gran cantidad de normas que Milei tenía pensadas y que no necesariamente tendrá que negociar con las cámaras de diputados y senadores.
Se aprueba, además, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). El RIGI prevé beneficios impositivos, aduaneros y cambiarios durante 30 años, además de estabilidad normativa y protección contra los abusos del Estado, para proyectos que superen los US$200 millones, con el fin de fomentar grandes inversiones, tanto nacionales como extranjeras, a largo plazo. Salvo algunas críticas del sector privado más pequeño, que en realidad será beneficiado con otras normas tributarias, laborales y económicas, esto traerá un potencial boom de inversiones a la Argentina, y para mí, le moverá el piso a varios mercados regionales, como el chileno, el peruano, el uruguayo o el brasileño.
La ley aprobada le permite al gobierno poner en venta algunas empresas del Estado. Quedaron fuera de cualquier privatización Aerolíneas Argentinas, Correos Argentinos y las empresas de telecomunicaciones estatales. ¿Esto significa que Milei no puede tocarlas? Para nada. Se les deja fuera de cualquier privatización pero podrían ser reorganizadas y hasta cerradas, técnicamente. En Argentina aún existen 40 empresas estatales que arrojan pérdidas y que sigan en la mira del gobierno.
Finalmente, la Ley Bases contiene varios reformas en materia laboral para promover el trabajo formal. La norma ofrece beneficios para los empleadores que regularicen a sus trabajadores y reduce la dureza de muchas sanciones para los empleadores que incumplan normas laborales. Esto también ha recibido críticas pero según el gobierno, esta flexibilización llevará a más empresas a contratar personal, ya que, en la actualidad, muchos empresarios temen tomar empleados nuevos ante la posibilidad de enfrentar un juicio laboral que puede llevar a una pequeña empresa a la quiebra. Cualquier parecido con la realidad peruana no es coincidencia.
¿Qué nos toca a los peruanos? Ver, envidiar y esperar. La clase política que nos dirige, congresistas, burócratas, ministros, incluyendo algunos a empresarios, gremios y grupos mercantilistas está muy lejos de proponer reformas revolucionarias como las que se darán en Argentina después de décadas. Lo que vivimos en Perú es una jungla de intereses particulares que ninguna voluntad política con calidad técnica y sustento académico puede ordenar.
En Perú vivimos en un caos normativo en donde no sabemos qué esperar de nuestros tomadores de decisiones, y por lo tanto, el sector privado, lobistas, periodistas y actores políticos se ven obligados a recurrir a estrategias de barrio, informales, precarias, para poder sacar adelante “sus” normas, normas que muchas veces solo son parches mercantilistas o reformas incompletas que fortalecen el status quo y no sirven para mucho.
En Perú seguiremos esperando 2 años más a ver si logramos tener un candidato con una propuesta radical, constante, coherente, valiente y no una gradualista, amelcochada, temerosa, diplomática, común en nuestra elite políitica y corporativa limeña, que más preocupada está por el qué dirán, el apellido y el evento de aplausos en San Isidro, que por salvar al Perú de una inminente decadencia moral, económica y política.