En la vida y en la Bolsa, debemos elegir lo que queremos ser
Aparentemente para muchos en la Bolsa se “juega” o se “timbea”. De hecho muchos conocidos míos en algún momento me han preguntado si yo también “juego” en la Bolsa. Debo confesarles que me incomoda mucho escuchar este tipo de expresiones. Aunque algunos probablemente si timbean en la Bolsa, yo prefiero creer que en la Bolsa se invierte o se especula.
En este post me voy a tomar la libertad de explicar lo que en mi modesta opinión diferencia un inversionista de un especulador, y a estos dos de lo que se podría calificar como “timbero”.
Un inversionista es aquel que toma posiciones de largo plazo, o como algunos lo llaman es un “buy and hold”, es decir, compra y mantiene sus posiciones. Este tipo de participantes compra por fundamentos, y no le preocupa si hoy compró una acción y mañana su precio cae. Por el contrario, está caída del precio la considera oportunidad de compra, pues al estar convencido del fundamento de la empresa, sabe que su valor es superior al precio que está pagando en el mercado y que por lo tanto la inversión que realizó le “generará valor en el tiempo”. En otras palabras, a este participante no le preocupa el “ruido” de corto plazo, y no se pasa los días sufriendo porque tal o cual acción de su cartera bajó. Su horizonte es largo plazo y lo tiene muy claro.
Un especulador en cambio, es un tipo de participante cuyo horizonte de inversión preferido es el corto plazo. Sobre esto considero oportuno hacer dos precisiones: primero, no es malo ser especulador. Segundo, no cualquiera es especulador. No basta decir que nuestro horizonte de inversión es corto plazo para serlo, no nos equivoquemos. Un especulador es un tipo que siempre está muy bien informado, recordemos que la Bolsa es un negocio de información, y este señor lo tiene claro. Más aún, es consciente que la información solo le generará valor si es oportuna y veraz, por lo que no opera de forma impulsiva cuando le dan “el dato”. Más bien es analítico, racional, y es capaz de distinguir lo lógico de lo ilógico en esos “rumores” que a veces abundan en el mercado. Un especulador es sistemático, disciplinado, de nervios muy templados y NUNCA es emocional. Siempre es muy seguro de sus convicciones, pero es consciente que independientemente de la complejidad del modelo o las herramientas que utilice, su interpretación de la realidad puede diferir con relación a cómo el mercado interioriza la información. Es consecuente con ello y está listo para corregir a tiempo cualquier error o sorpresa.
Por último, mi interpretación del “timbero” es la de un individuo que entra al mercado a adivinar. Es el que compra porque todos compran, o porque le dieron “el dataso” con el que espera hacerse millonario de la noche a la mañana, es un seguidor de masas. Y si le preguntan a que se dedica la empresa en cuyas acciones está invirtiendo, probablemente no lo sabe, y si lo sabe, les dará una respuesta tan general, como por ejemplo: “ah, me han dicho que es una zinquera”, y ni siquiera se ha molestado en averiguar cuáles son los usos y aplicaciones del zinc, a que factores responde la evolución de su precio, y por lo tanto como afectará la cotización de la acción en la que ha invertido. Esto es lo que para mi define un “timbero”, un individuo poco profesional, que realmente esta “jugando” con su patrimonio.
Estoy seguro que ninguno de ustedes amigos lectores es un timbero. Estoy convencido que cada uno de ustedes toma sus decisiones de inversión de manera seria y profesional, y si su perfil académico o profesional no le permite una comprensión cabal de la dinámica del mercado, es lo suficientemente responsable como para hacerse asesorar por un entendido en el tema, y no juega con su patrimonio o la riqueza de la familia.
Bueno amigos, ahora que ya sabemos que atributos definen a cada participante, hagamos un análisis interno, y definamos quiénes somos y nuestra posición frente al mercado. Hecho esto evaluemos las estrategias. Para quienes se han definido como inversionistas, sigo sosteniendo que el momento actual es muy atractivo como inversión de largo plazo. En post anteriores he mencionado el descuento respecto a sus valores fundamentales y por lo tanto potencial de apreciación de la Bolsa local. Si hacemos un ejercicio para la Bolsa de Nueva York en función al PER (Price Earning Ratio) verán que dicha Bolsa también es atractiva y ofrece rendimientos interesantes. En nuestra página en Facebook (http://www.facebook.com/pages/Kevala-Advisors/332720366816148), encontrarán un breve análisis en base al PER para el índice S&P500.
Para quienes son especuladores y se manejan en un horizonte de corto plazo, debo insistir que la Bolsa local, más allá de algunas mineras junior (no todas), no ofrece muchas oportunidades para la especulación, básicamente por su poca liquidez y poca profundidad. Si tienen acceso a invertir en la Bolsa de Nueva York, recordemos que en el post anterior mencioné que en base al análisis técnico se esperaba que el S&P500 inicie una corrección (retroceso parcial de los precios), y que dicha corrección podría llevar dicho índice hasta 1445 puntos como primer objetivo, o hasta 1435 puntos como segundo objetivo. En la semana que pasó, el S&P500 tuvo un cierre mínimo en 1433 puntos (cercano al segundo objetivo de retroceso), creo que la corrección ya ha terminado y podríamos estar listos para retomar la tendencia positiva, lo que ofrece oportunidades de compra para especular en corto plazo. Solamente debo hacer notar que octubre es un mes pre electoral en EEUU. Las elecciones de la primera semana de noviembre son una fuente mas de volatilidad (riesgo) para el mercado, que ya de por sí esta volátil por los eventos relacionados a los problemas en España y la zona euro.
Para terminar los dejo con una frase muy interesante de un especulador muy reconocido de origen húngaro, y que trabajó mucho tiempo entre Francia y Alemania. El decía “si la especulación bursátil fuera tan fácil, no habría mineros, agricultores, y otros trabajadores en labores pesadas, serían todos especuladores” (André Kostolany).