Hablemos de riesgo...
En distintas oportunidades en este blog me he referido al concepto de “riesgo”. Algunas veces preguntándome si somos conscientes de él cuando tomamos una decisión de compra, otras simplemente apuntando que tal o cual escenario representaba alto o bajo riesgo, y por último, también me he referido al riesgo para anotar que los inversionistas tenemos distintos perfiles de riesgo. En este post les voy a presentar algunas ideas que creo es importante tengamos bien claro con relación al riesgo, y que nos ayudará a comprender mejor cierta dinámica de los precios.
Lo primero que debemos tener claro es que el riesgo está presente cada vez que debemos tomar decisiones, ya sean de índole personal, laboral, profesional, etc. y obviamente también está presente en nuestras decisiones financieras.
Lo que a nosotros nos interesa es entender el riesgo desde un punto de vista financiero. Para explicarlo me voy a ayudar de un ejemplo. Supongamos que tenemos la posibilidad de invertir en una acción minera y en una acción del sector servicios. Para hacerlo simple digamos que ambas inversiones ofrecen un retorno esperado de 8%. Pero la acción minera en un escenario optimista podría rentar hasta 12%, y en un escenario pesimista el rendimiento podría ser de solo 3%. Mientras que la acción del sector servicios en el mejor de los casos podría rentar 9.5%, y en un escenario adverso tendría un retorno de 6%.
Si planteamos que el riesgo está asociado al rango de posibles resultados, la acción del sector minero, cuyos resultados pueden oscilar entre 3% y 12% (9 puntos porcentuales) es mas riesgosa que la acción del sector servicios cuyos retornos pueden fluctuar entre 6% y 9.5% (3.5 puntos porcentuales). En otras palabras, la acción minera es “más volátil” que la acción del sector servicios.
Financiéramente hablando, riesgo es la probabilidad que el resultado real difiera del resultado esperado. En nuestro ejemplo, el resultado esperado en ambos casos es 8%, pero la inversión en la acción minera, con un mayor rango de posibles resultados, presenta también una mayor probabilidad que el retorno real se aleje del 8% esperado.
Ahora veamos cómo afecta el riesgo nuestras decisiones. Para ello debemos aceptar que los inversionistas tenemos aversión por el riesgo. Es decir, no nos gusta el riesgo. Y como no nos gusta el riesgo, siempre exigiremos un mayor rendimiento cuando percibimos que una inversión es más riesgosa. Ese “mayor rendimiento” que exigimos por asumir riesgo, es lo que llamamos “prima o premio por riesgo”. La prima de riesgo determina que cuando mayor sea el riesgo asumido, mayor sea el retorno total exigido sobre una inversión. De ahí la relación positiva entre riesgo rendimiento. Entonces cuando nosotros evaluamos comprar una acción deberíamos analizar si el rendimiento que esperamos obtener con dicha inversión, es suficiente para compensarnos por el riesgo que asumiremos. Muchos inversionistas dejan de lado esta parte de la decisión. Son presa fácil cuando algún amigo, conocido o incluso su trader les dice “compra ABC, puedes ganar 50% en poco tiempo, no hay pierde” (ese 50% es solo un número referencial). El error en este caso es no considerar cuánto podríamos perder si el escenario propuesto no se cumple. Luego vienen las lamentaciones, mi trader no sabe nada, etc, etc. Señores, no olvidemos que la decisión fue nuestra, nosotros nos dejamos llevar por la codicia, no hicimos un análisis apropiado y terminamos haciendo una mala operación.
Ahora bien, en este momento me parece oportuno hacer una precisión para evitar confusiones. Quiero dejar claro que aversión al riesgo no significa que no queremos asumir riesgos. Ello es imposible pues ya dijimos que el riesgo siempre está presente en nuestras decisiones. Aversión al riesgo significa que como inversionistas evitaremos asumir “riesgos innecesarios”. En el párrafo anterior, cuando decidimos comprar una acción solamente porque “alguien nos dijo que iba a subir”, estamos asumiendo riesgos innecesarios. Esa manera de tomar decisiones viola completamente el supuesto básico de la teoría económica del agente racional. Lo correcto debió ser informarse bien, analizar la acción, y luego tomar la decisión. Seguimos asumiendo riesgo, es verdad, pues estamos tomando decisiones sobre variables futuras, y el futuro no lo conocemos. Pero el riesgo que estamos asumiendo lo conocemos y lo tenemos acotado, y podemos exigir un retorno que compense dicho riesgo. Si el retorno esperado no es suficiente, pues no compramos y se acabo.
Otro punto que me parece interesante destacar es el siguiente. Si bien, todos tenemos aversión por el riesgo, no todos tenemos la misma tolerancia al riesgo. Es por ello que cada inversionista tiene lo que llamamos un “perfil de riesgo” particular que lo define. Quiero aclarar que no existe el inversionista que “ama el peligro”, lo que existe es un inversionista que tiene una alta tolerancia al riesgo, que por lo mismo clasifica como perfil de riesgo “agresivo”, y debido a ello está dispuesto a asumir riesgos altos, en busca de retornos altos.
Finalmente, la aversión al riesgo explica el porqué los mercados bajistas tienden a ser más violentos que los mercados alcistas. El temor a enfrentar pérdidas genera reacciones emocionales por parte de los inversionistas que salen a vender en forma apresurada.
El gráfico superior muestra las variaciones diarias de los precios de BVN y del EPU durante el 2012. Mientras que el promedio de las variaciones positivas de BVN es +1.63%, el promedio de las variaciones negativas se ubica en -1.76%. En el caso del EPU las variaciones positivas en promedio alcanzan 1.19%, y para el mismo periodo el promedio de los retrocesos es -1.23%. El mismo ejercicio lo pueden hacer para cualquier activo, y verán que en valores absolutos, las caídas tienden a superar a las subidas.
Estas son algunas ideas básicas sobre riesgos, el tema es bastante amplio. Mi interés era que todos tomemos conciencia acerca de qué es el riesgo. Recuerden que el binomio riesgo-rendimiento es clave para seleccionar nuestras inversiones, por ello he tratado de enfocar la forma en que el riesgo afecta nuestras decisiones, y como esas decisiones de alguna manera influyen en la dinámica de los precios.