No descartemos el largo plazo...
Me han leído muchas veces en este espacio hablar sobre el largo plazo. En repetidas ocasiones he recibido comentarios de algunos amigos lectores que no están de acuerdo con mi enfoque, pues ellos priorizan el corto plazo. No voy a objetar que el corto plazo puede ofrecer oportunidades, que si son identificadas, pueden reportar interesantes resultados. No pretendo cambiar la manera de pensar de aquellos que piensan así. Sin embargo, si deseo explicar el marco dentro del cual yo enfoco el largo plazo, y terminaré haciendo algunas precisiones sobre lo que significa operar el corto plazo, porque si me parece importante que todos tengamos claro lo que estamos haciendo con nuestro patrimonio.
Primero voy a explicar algunas definiciones necesarias. En un post anterior recuerdo haberles mencionado acerca del capital humano. Me parece que no explique la idea con los términos adecuados, y muchos lo relacionaron con el concepto organizacional del colaborador como elemento importante dentro de la organización, que con su trabajo contribuye a los objetivos de la empresa, etc, etc,etc. No estoy en desacuerdo con ellos, pero esa es otra especialidad, y no es la mía. Cuando yo me refería al capital humano, lo hice bajo el enfoque de las Finanzas Personales, y para mayor claridad permítanme explicárselos a continuación, esto facilitará la comprensión de la idea del largo plazo.
En finanzas personales, el capital humano equivale a los flujos de ingresos (sueldos o salarios) que la persona generará a lo largo de su vida laboral. Evidentemente, mientras mas calificada este la persona (estudios universitarios, alguna Maestría, Especializaciones, certificaciones, tiempo de experiencia, habilidades particulares, etc.) estará en capacidad de generar mayores ingresos. Como estos son ingresos en el tiempo, para calcular el valor del capital humano de la persona hoy día, estos flujos “esperados” deben traerse a valor presente, y este es uno de los componentes de la riqueza de las personas. El otro componente es el capital financiero.
El capital financiero está compuesto por todos los bienes que poseemos. El carro que tenemos en la cochera, la casa o departamento (si es propia), nuestros ahorros en bancos, las inversiones que realizamos en acciones, bonos, etc. Pero con relación al capital financiero debemos hacer una precisión. El auto que manejamos, si bien es un activo dentro de nuestro “Balance General personal”, es un activo que nos genera gastos: gasolina, mantenimiento, repuestos, impuestos al patrimonio vehicular, etc. Este tipo de activos, es lo que llamamos “activos no productivos”. En cambio, las acciones, bonos, un inmueble en alquiler, etc, son activos que nos generan ingresos, en la forma de dividendos, intereses, ganancias de capital, renta o alquiler, etc. Estos son los llamados “activos productivos”.
Si al capital humano, medido de la forma que he explicado, le sumamos el capital financiero, y le restamos las deudas que tenemos, entonces el resultado es nuestra riqueza o patrimonio neto en un momento dado.
Ahora bien, al inicio de nuestra vida económica, cuando terminamos la universidad y salimos al mundo laboral, nuestra riqueza esta principalmente constituida por capital humano, pues no poseemos mayores bienes, pero si toda una vida de trabajo remunerado en función a nuestras habilidades. Pero a medida que pasa el tiempo, nuestro capital humano va decreciendo, ya que el tiempo restante para generar ingresos (sueldos) va disminuyendo. De tal manera que cuando llegamos a la jubilación, la estructura de nuestra riqueza ha cambiado, y ahora el capital humano es prácticamente mínimo. La mayor parte de nuestra riqueza debería estar compuesta por capital financiero, y lo deseable y óptimo es que la mayor parte del capital financiero este formada por “activos productivos”.
Dada la evolución del capital humano en el tiempo, se darán cuenta de la importancia de una gestión profesional de nuestras inversiones hoy, y del porque la estrategia está basada en el largo plazo. Señores, en la vida y en la Bolsa no hay atajos, pretender hacerse millonario con ese “dato” que nos pasó el amigo, o vieron en alguna web, no es precisamente lo que yo llamaría profesional. Algunas veces puede funcionar, pero esa no es la regla, generalmente es la excepción, y si no, díganme cuantos de ustedes en el neto, no en una operación particular sino en el agregado de todas sus inversiones en mineras junior, han ganado plata. Y es que por ejemplo en el caso del capital de riesgo (mineras junior en nuestra Bolsa), la mayoría de quienes invierten en estas acciones lo hace pensando en un horizonte de corto plazo, cuando es totalmente lo contrario. La inversión en capital de riesgo es largo plazo, tengan en cuenta que están “invirtiendo en proyectos”. Para invertir en estas acciones es necesario tener “espalda financiera”, es decir la capacidad de poder esperar el tiempo que sea necesario hasta que el proyecto madure (si lo hace), y estratégicamente es una locura asignar a estas inversiones un porcentaje alto del total del portafolio. He conocido casos de inversionistas cuya cartera estaba compuesta 100% por mineras junior.
En Kevala Advisors nunca hemos recomendado más de 5% del portafolio en este tipo de acciones, y eso si es que el perfil de riesgo del inversionista lo justificaba. Más aún, recordarán que en el último post (“Revisando al estrategia” del 13.05.2013), les mencioné que nuestra táctica desde hace unos meses fue reducir a 0% la posición en minería junior. Una lectora me preguntó si aún con pérdida recomendaría vender. Mi respuesta fue (aunque el correo rebotó) que lo vea como un costo de oportunidad. Mantener una posición que no subirá, y probablemente siga bajando, la expone a dos costos, uno explicito por la desvalorización de sus inversiones, y otro implícito, pues mantiene dinero inmovilizado en una acción que está en pierde cuando en el mercado puede encontrar mejores alternativas.
Regresando a la idea central de este post, el concepto que recomiendo manejar es construcción de riqueza en el tiempo, no se estresen con la volatilidad del día a día, que si ayer bajo, hoy subió, y mañana quien sabe…. Esa es la receta para volverse viejo y canoso en dos años. Ojo, no digo que ignoren el corto plazo, de hecho para eso existen los rebalanceos, para ajustarse y aprovechar coyunturas particulares, pero aún en estos casos siempre deben tener presente los fundamentos.
Y para quienes se autodenominan especuladores, aquellos que se tomaron muy a pecho la frase del señor Keynes “en el largo plazo todos estaremos muertos”, debo sugerirles lo siguiente. No asignen un porcentaje importante de su portafolio a la especulación, operar el corto plazo equivale a operar “volatilidad”, y no es fácil. Es necesario manejar mucha información, tomen con pinzas los famosos “datos”, ya les dije, en la Bolsa no hay atajos, y como dicen, “no hay almuerzo gratis”. Nadie es tan buena gente, generalmente siempre hay algo atrás de la recomendación. Un verdadero especulador es muy disciplinado con su estrategia, no convierte en largo plazo una mala decisión en el corto plazo y por lo mismo, aplica el “stop loss” cuando lo debe hacer.
Ya para terminar, y dado que bajo el concepto de finanzas personales están “jugando” con su futuro, les planteo la siguiente reflexión sobre sus inversiones. Señores, el tema es simple, lo están haciendo bien o lo están haciendo mal, no hay mas. Si sus inversiones están concentradas en Lima, su referencia podría ser por ejemplo el IGBVL, que al cierre del viernes acumula en el año (YTD) una pérdida de 20.2%. Entonces, si ustedes están perdiendo mas que eso, los invito a replantear su estrategia y su táctica porque algo no está funcionando.
Si parte de su portafolio esta en EEUU, tendrán que construir un benchmark teniendo en cuenta el porcentaje asignado a dicho mercado y la evolución del S&P500, que en lo que va del año va rentando 15.7%. Otra vez, si su portafolio invertido en los dos mercados no mejora el rendimiento promedio del índice compuesto que han construido, entonces quiere decir que algo no está funcionando. Entonces cualquiera sea el caso, mas allá de lo emocionante y adrenalítico que reconozco puede ser manejar nuestras inversiones, sugiero que evalúen lo que están haciendo con su futuro.