Otra forma de ver el mercado...
Mientras el mercado sigue haciendo lo que tiene que hacer, esta vez pensé que sería interesante describir el ciclo bursátil, no desde el punto de vista económico, si no a través de las distintas facetas emocionales que van presentando los inversionistas a lo largo de su evolución, tanto durante el avance, como durante la fase de retroceso.
El piso del mercado, aquel momento en que los precios ya tocaron fondo, es un escenario depresivo pero al mismo tiempo es el punto de máxima oportunidad. Quienes son capaces de analizar objetivamente los fundamentos, y logran abstraerse del pesimismo dominante, iniciarán en este momento una estrategia compradora.
La presión compradora de estos inversionistas “racionales” le da soporte a los precios, que además de detener su caída, empiezan a mostrar señales de cambio de tendencia. Una mezcla de “esperanza” y “optimismo” empieza a surgir entre los inversionistas, para mas tarde, en la medida que la nueva tendencia alcista se va consolidando transformarse en “excitación”. En este momento todos los inversionistas se consideran a sí mismos, expertos en el tema bursátil.
El problema surge cuando esta excitación y exceso de confianza se transforma en “euforia”. La euforia es un sentimiento irracional, normalmente es la causa que los inversionistas paguen por las acciones precios que no están justificados por los fundamentos. Este sentimiento aparece normalmente cerca de los máximos del mercado, es decir en la cresta del ciclo. Son los momentos en que la Bolsa de pone de moda, y han ingresado al mercado una cantidad importante de nuevos inversionistas atraídos por los retornos que observan se van generando a lo largo de la fase alcista.
En esta parte del ciclo, aquellos inversionistas racionales que fueron capaces de identificar la oportunidad de un mercado tal vez sobre castigado, pero con fundamentos, empiezan a reducir o cerrar sus posiciones. Estos inversionistas no se dejan contagiar de la euforia dominante, y optan por realizar ganancias.
Las ventas de este grupo de inversionistas frena el avance de los precios. Entonces la euforia que llevó los precios a hacer máximos no justificados, se transforma en “ansiedad”. Tengamos en cuenta que en la última parte de la subida del mercado ingresaron muchos inversionistas neófitos en el negocio bursátil, que buscan retornos rápidos basados en los comentarios con sesgo excesivamente positivo que escucharon a sus amigos y conocidos. Al frenarse el mercado empieza la ansiedad al no cumplirse la premisa que los llevó a invertir.
Luego el mercado no logra sostener los máximos alcanzados, se dan las señales de cambio de tendencia, y aparece la “fase de negación” por parte de algunos inversionistas que se resisten a aceptar que compraron mal. En este momento estos inversionistas que invirtieron con una idea de corto plazo se convierten en inversionistas de largo plazo, pues su lógica les dice que los precios en algún momento volverán a subir.
En la medida que la tendencia bajista se va consolidando el “temor” empieza a apoderarse de los inversionistas. Los precios continúan el descenso, y las pérdidas se van acumulando, el temor da paso a la “desesperación”, que finalmente se convierte en “pánico”. Este último, es un sentimiento irracional tal como lo fue la euforia en el extremo alcista, y es la causa que los precios hagan mínimos que no están justificados por los fundamentos, generando esas oportunidades que aprovechan los inversionistas racionales, quienes ya están evaluando su reingreso al mercado.
Dos conclusiones que saltan a la vista en este periplo emocional a lo largo del ciclo bursátil.
1. Los cambios de tendencia están relacionados con cambios en el estado de ánimo de los inversionistas, o lo que en algún post anterior hemos llamado “humor del mercado”. Entonces, en pocas palabras podríamos decir, el paso de un mercado alcista a uno bajista, es el paso de un estado dominantemente optimista, a un estado predominantemente pesimista
2. Cuando actuamos o tomamos decisiones emocionalmente, normalmente nos equivocamos, y esto es mas frecuente o mas probable en los extremos del mercado (alcista o bajista)
Una precisión final. El tipo de ciclo al que estoy aludiendo en este post, es lo que en la Teoría de Dow se llaman “ciclos primarios”. Estos son ciclos de largo plazo que tienen una duración de por lo menos un año. Ahora si para terminar, los dejo con una pregunta, en qué momento emocional, y en qué fase del ciclo de precios creen que esta la Bolsa de Valores de Lima ahora.